ᴅᴀʀᴋɴᴇss ✨ p.jimin • p.chaeyoung

t r e s

🔮

Era un día monótono y aburrido, igual a los últimos meses. La quietud y silencio envolvían los alrededores de la mansión donde los hechiceros permanecían.

Jimin permanecía sentado en su cama, dejándose cautivar por el paisaje repleto de árboles grandes y cientos de nubes en un cielo despejado y plano. Era pasado el medio día y no había algo que el peligris tuviera que hacer en aquel momento, por lo que había pasado la ultima hora en su habitación ordenando algunas cosas.

El frió viento de Febrero hacia que la piel del joven comenzara a sentirse erizada, la ventana permanecía abierta pero por alguna razón Jimia deseaba sentir aquel frió.

<< Me pregunto si Tae puede sentirlo...>> pensó el chico cuando un ligero escalofrió le recorrió la espalda al sentir el viento entrar entre las ligeras cortinas grises que decoraban el marco de la ventana frente a él.

Con un suspiro pesado se levanto para ir hacia la ventana y cerrar el flujo de aire, si seguía así solo conseguiría enfermar y nadie necesitaba mas preocupaciones en esa casa. Después de asegurar el seguro en la ventana se dirigió a la puerta, con la idea de asegurar igualmente las ventanas de la habitación de Taehyung. Recorrió el pasillo rápidamente y acto seguido tomo la perilla de la puerta para abrir la habitación, donde lo primero que sus ojos encontraron fue a su hermano recostado entre las sabanas de su cama.

Como siempre lo hacia.

Ya era algo común para todos encontrarse con la imagen de un Taehyung durmiente cubierto hasta el pecho con sabanas y un edredón púrpura, con su cabello cenizo descansando sobre la almohada. Apenas se podía notar que respiraba, por el ligero movimiento de su pecho y el mínimo sonido del aire saliendo de su nariz.

- Buen día, Tae - saludo Jimin antes de cerrar la puerta detrás de si.

No recibió respuesta, como de costumbre. Jimin ya tenia una pequeña rutina siempre que visitaba a Taehyung, entrar a la habitación para revisar las ventanas para después asegurarse de que el polvo en la habitación no comenzaba a acumularse. Las repisas cerca de la cama de Taehyung, antes de libros y curiosidades que Taehyung coleccionaba ahora permanecía vacía, por lo que Jimin acostumbraba limpiarla para que así nada lograra caer sobre su inconsciente hermano.

Con cuidado recogió algunos libros del piso, seguramente Yoongi había revisado de nuevo algunas de las pertenencias de Taehyung buscando alguna respuesta. Jimin no puedo evitar sonreír amargamente ante ese pensamiento, ¿cuantas veces no habían hecho ya aquello? ¿Cuantas veces el mismo no había hurgado entre los cajones y el armario de su hermano tratando de encontrar cualquier cosa que lograra ayudarlo a entender que había ocurrido? A esas alturas la incertidumbre era ya una vieja conocida de cada uno de los hechiceros, quienes parecían luchar día a día pero no se movían hacia ninguna parte. Nadie podía entender que había hecho Taehyung, o de que manera podían ayudarlo a salir de su estado.

Jimin ajusto las almohadas bajo la cabeza de Taehyung y se aseguro de que el edredón le cubriera adecuadamente. Con cuidado tomo asiento junto al cuerpo dormido, procurando no aplastar su mano.

- Hoy a sido bastante aburrido - dijo Jimin mientras jugueteaba con las sabanas - Yoongi hyung dice que estas estable pero no puedo evitar sentir que no me lo ha contado todo.

Por un instante Jimin se recrimino decirle aquello a Taehyung. ¿Y si podía escucharlo y eso lo hacia sentirse triste? Por demasiado tiempo el peligris se había obligado a ser positivo, pero cada vez se volvía mas difícil ignorar a la voz en su cabeza repitiendo incansablemente que todo parecía ser inútil. ¿De que servia tener poderes mágicos sino podías cuidar de las personas que amabas? Cualquiera podría creer que la magia solucionaba cualquier cosa, pero al igual que todo en la vida, la magia tenia limitaciones y reglas que debían seguirse. Aunque en ocasiones Jimin habría dado hasta la ultima gota de su magia para traer de vuelta a Taehyung.