14.

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Día 19.

Jinyoung.


Corrí por todo el edificio buscando a Yugyeom, pero no había rastro de él.


- ¿En dónde te metiste, Yugyeom? - gruñí mientras esperaba el ascensor y marcaba su número por enésima vez. Pero, al igual que Ely, ignoró mis llamadas. - Fuck, Yugyeom, ¿por qué justo en este momento?

- ¿Qué tienes? - escuché una voz preguntar detrás de mí y cuando me volví y vi a Youngjae, corrí a él.

- Dime que has visto a Yugyeom. - pedí, pero mi amigo se quedó inmóvil.

- No, lo lamento. - respondió. - ¿No venía contigo?

- Sí, pero sucedió algo y él desapareció.

- ¿Como en las películas? - preguntó con los ojos abiertos de par en par y los labios separados. Quería golpearlo en ese momento, pero decidí no hacerlo. Ely me necesitaba y no podía perder tiempo.

- Youngjae, necesito que me ayudes.

- ¿Qué sucede? Te ves muy mal. - dijo y vi como su expresión comenzaba a transformarse en una de preocupación. - ¿Dónde está Yugyeom? - añadió y comenzó a ver a su alrededor. - ¿Dónde está Ely?

- ¿Sigues hablando con ese amigo tuyo que trabaja para la policía?


Día 20. (4 PM)

- ¿Nada? -pregunté por enésima vez al oficial de policía.

- No, ya le dije que le avisaré cuando tengamos noticias. - respondió exasperado sin siquiera verme a los ojos.


Eso estaba mal, tremendamente mal.

El teléfono de Ely se había apagado cerca de la medianoche y desde entonces, no había sabido nada de ella. Estaba preocupado y temía que Andrew le hubiese hecho algo malo.

Salí de la estación de policías para reunirme con Youngjae. Él me esperaba recargado en el auto mientras tecleaba rápidamente en su teléfono. Youngjae se había mantenido conmigo desde el día anterior y no había dejado de llamar a sus amigos para ver si alguno podía ayudar a localizar a Ely.

Desearía decir lo mismo de Yugyeom, pero él había desaparecido. Nadie lo había visto, nadie podía comunicarse con él. Se lo había tragado la tierra y justo en el peor momento.


- ¿Qué te dijo? - preguntó Youngjae en cuanto se dio cuenta que estaba allí.

- Nada. - respondí, rendido. - ¿Sabes si el resto de los chicos ha...? - Youngjae no me dejó terminar, solo negó con la cabeza.


Comencé a sentir que me ahogaba, que estaba en una cabina llena de agua y que me quedaba sin aire. Tal vez no quería a Ely de la misma forma que Yugyeom, pero ella también era importante para mí. Era familia, era mi hermana, era la única persona en la que podía confiar por completo y sin condiciones. Tantas veces ella me había ayudado a salir de problemas y cuando ella me necesitaba, cuando verdaderamente necesitaba que yo hiciera algo, estaba atado de manos.


- ¿Esto es todo? - susurré cuando me subí al auto con Youngjae. Él manejaba y yo iba de copiloto, no queríamos involucrar a nadie de la compañía. - ¿Terminará así? ¿Ely desaparecerá de nuestras vidas sin dejar rastro?

- Jinyoung hyung, deja de pensar así. - pidió mi amigo. - Vamos a encontrarla, te lo prometo.


(7:30 PM)



- ¿Jackson? - pregunté al teléfono mientras esperaba el ascensor para subir al apartamento de los chicos. - Ya estoy abajo.

- Bien, bien, apúrate. - le escuché decir del otro lado de la línea. - Creo que tengo algo.


Aquello me puso impaciente y el trayecto en ascensor de un par de minutos, me pareció una eternidad. En cuanto las puertas se abrieron, corrí hacia la puerta principal del dormitorio de los chicos y toqué varias veces.


- ¡Ya te escuché! - gritó Mark antes de abrir la puerta. - Pasa, Jackson está en la sala.


Me quité los zapatos lo más rápido que pude y salí corriendo en busca de Jackson. Él había estado intentando ubicar al innombrable porque, donde sea que él estuviese, estaría Ely. Pero había sido difícil, considerando que el tipo tenía mil guardaespaldas, mil autos y mil jets privados.


- ¿Qué encontraste? - vociferé cuando llegué a la sala y sin siquiera tomar un poco de aire, me lancé al sofá junto a Jackson para ver lo que tenía en su laptop.

- Se dice: Buenas noches, Jackson Hyung. - me reprochó, pero al ver mi expresión, supo que no estaba de humor para bromas y se concentró en nuestra búsqueda. - Sé que no querías involucrar a la compañía, pero tuve que pedir que revisaran las cámaras de seguridad para que viesen la placa del auto.

- Eso ya no importa. - dije firme. En ese momento, ni mi carrera parecía más importante que Ely.

- Bueno, consiguieron la placa y le pedí a los amigos de unos amigos, que la rastrearan.

- ¿Tienes amigos que hacen eso? - Jackson se encogió de hombros, restándole importancia. - ¿Y lo encontraron? - pregunté mientras mi amigo ampliaba la imagen de un mapa en su computadora.

- Se movieron por toda la ciudad y hay un periodo en el que no los ubican. - explicó. - Pero, horas más tarde, hicieron una parada en este edificio que es parte del conglomerado de empresas. - añadió al señalar un punto de color naranja. - Así que tuve que ir hacer una visita a la recepcionista, si sabes a lo que me refiero.

- No quiero saber. - pedí, presionando el puente de mi nariz. - ¿Qué te dijo?

- Ella conocía a Ely. - respondió y al instante, toda pizca de gracia se esfumó de su expresión. Lo que iba a decir no era bueno, lo presentía. - Dice que escuchó al chofer hablando de una jovencita con unos moretones en la muñeca.

- ¡Lo voy a matar, voy a matar a ese tipo cuando lo vea! - vociferé y de no ser porque Mark llegó a mi lado y me sostuvo, hubiese salido de ese apartamento en búsqueda de un arma. - ¿Te dijo a dónde fueron?

- No está segura de que estén allí. - respondió mientras buscaba algo entre los documentos de su laptop. - Pero está segura que están en Seúl porque no han habido ordenes de preparar algún avión o reservar pasajes. - añadió antes de volverse a mí.

- Solo dame una dirección. - Jackson dudó unos segundos, tal vez por la forma en la que yo respiraba pesadamente y apretaba los puños. - Jackson, necesito esa dirección. - añadí entre dientes.

- Creo que deberías calmarte antes. - replicó mi amigo.

- Él tiene razón. - le apoyó Mark, pero en ese momento, no pensaba hacerles caso. Necesitaba ese enojo para ir a sacar a Ely de donde sea que estuviera y hacer pedazos al innombrable.

- No lo entienden, ¿verdad? - el rostro de Ely se vino a mi mente y mis ojos comenzaron a nublarse al llenarse de lágrimas. - Si yo hubiese ido detrás del auto, si no hubiese pensando en mí, Ely estaría aquí. - me lamenté.

- No era tu responsabilidad. - habló una cuarta persona y las miradas de todos volaron hacia la puerta de la sala. - Yo era quien debía hacer algo.


Era Yugyeom.

¡No te cases! | Kim YugyeomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora