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NARRA GRACE:

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NARRA GRACE:

«—No grites... Nos escucharán —susurró el extraño. 

Después de unos segundos en los que él me sostuvo la mirada retiró sus manos de mis labios lentamente, las cuales se habían asegurado de que no hiciera ruido alguno. 

—¿Quién eres? —le pregunté, temerosa —. ¿Qué quieres?

—De verdad... Has crecido mucho... —murmuró por lo bajo para él mismo, pero aún así pude escucharlo. »

—¡Grace, la comida está lista! ¡Baja! —me llamó mi mamá desde el primer piso. 

Me desperté abruptamente. 

¿Qué había sido eso? Sé que fue un sueño pero... pareció tan real. Fue como si realmente hubiera sucedido hace tiempo, pero no puedo recordarlo. 

¿Un recuerdo?

La persona de mi sueño, no pude verla del todo, su silueta estaba borrosa y oscura, me fue imposible distinguirlo. 

No podía dejar de pensar en lo que sucedió ayer. Tal vez por eso me quedé dormida hasta tarde, después de desvelarme la noche anterior, pensando.

Aquel tipo era Christopher. La persona que por cierto tenía su nombre escrito en mi brazo. 

Todo me parecía tan extraño, tan ambiguo, y aún más después de percatarme que tenía todo un historial con conversaciones entre esa persona y yo en mi celular.

En los mensajes le hablaba con tanta naturalidad, y me expresaba ante él como nunca lo había hecho antes con nadie; de una forma tan íntima. 

¿Por qué no podía recordar a ésta persona? 

No recuerdo haber escrito yo aquellos mensajes. Simplemente no eran míos. No había forma de que yo hubiera escrito esto y no me acordara de ello.

Me puse de pie de mi cama de un respingo, y guardé el celular en mi bolsillo del pantalón, encaminándome al comedor. 

—¡Por fin bajas! —protestó mamá, dejando unos platillos con comida frente a mis primos en el comedor —. Siéntate, la comida se enfría. 

—No voy a comer, no tengo hambre —solté, dirigiéndome a la puerta principal. 

—¿Qué? ¡Oye! ¿A dónde crees que vas? —chilló, molesta por mi actitud —. ¡Estoy harta! ¿Cuántas veces más planeas saltarte las comidas? ¿Qué es lo que te pasa?  

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