Prólogo

147K 9.7K 853
                                    

La mujer cruzó el pasillo a paso decidido, con el resonar de sus tacones escuchándose todo a lo largo. Mantenía la mirada fija al frente, con una expresión imperturbable. Su traje blanco era simplemente impecable, sin ninguna mancha. Su cabello rubio estaba prolijamente recogido en una coleta. Los demás empleados se hacían a un lado para no entrometerse en su camino y la dejaban pasar como si no se atrevieran a perturbarla. Ella atravesó ambas puertas del salón de reuniones sin detenerse, llenando la oscura habitación con su fuerte presencia. Un foco colgaba en el centro e iluminaba el cuarto con su luz fosforescente. Había expedientes y archivos dispersos por la mesa metálica, los hombres de pie alrededor ya iban por la cuarta taza de café considerando la hora.

—Informe de la situación. Ahora —demandó ella de un modo autoritario.

—Logramos interceptar a Bonnie y Clyde mientras huían tras su último robo. Un accidente puso fin a la persecusión. Los tenemos, al menos a ella.

—¿Su estado?

—Presenta algunas heridas internas, una ligera contusión y varios cortes. Físicamente, su cuerpo se recuperará pero se encuentra muy inestable. Está conmocionada. La mantenemos cedada desde que la logramos capturar.

—¿Y qué hay de él? —preguntó la mujer y los hombres presentes intercambiaron unas rápidas miradas.

—No logró salir del vehículo. Ella sí lo hizo pero él no. Creemos que murió en el acto.

—¿Y su cuerpo?

—En el fondo del océano.

—¿Por qué no lo han recuperado?

—¿Señora, con todo respeto, acaso no ha oído bien? El vehículo cayó de un acantilado. No creo que nadie pudiera haber sobrevivido a eso. Si ella lo hizo fue por su habilidad pero él no se salvó.

—Recuperarán el vehículo y su cuerpo.

—¿Tiene idea del tiempo y dinero que se necesitaría para eso?

—Ese chico tenía una habilidad de nivel siete. ¿Tienes idea de lo extraño que aquello es? Nunca antes habíamos tratado con alguien con una habilidad similar o de tal nivel. No me importa si esta empresa se va a la quiebra en el intento, recuperarán su cuerpo y lo traerán aquí para que se realice la autopsia correspondiente. Necesito saber qué hace a estos chicos tan especiales.

—¿Y qué haremos con ella?

La mujer lo consideró unos instantes mientras veía todos los informes desparramados sobre la mesa. Archivos, fotografías, transcripciones de mensajes. Todo un trabajo de investigación de dos años que allí concluía. No sentía nada respecto a las noticias, solo tal vez un poco de decepción ligada al trabajo por no haber podido atrapar a ambos con vida. Ella no le importaba tanto como él, pero tal vez podría sacar algo bueno de la chica. Tal vez podía sacarle algo de información o utilizarla a su favor. En un primer instante, había considerado mandarla directo al laboratorio para que los doctores pudieran estudiarla y saber qué la hacía diferente, poco le importaba si para ello los científicos debían sacar cada uno de sus huesos mientras la joven estuviera consciente. Eran experimentos necesarios. Pero ahora tenía una nueva idea considerando los secretos que aquella chica podía callar sobre su difunto amante.

—Limpiénla y llévenla al área de investigación —sentenció la mujer—. Si ella sabe algo, terminará por hablar. Sométanla a la antisepsia y luego envíenla allí como a cualquier otro.

—Señora, ella no es un caso como cualquier otro.

—Lo sé.

—¿Y qué hay de su habilidad? ¿Y si intenta escapar?

—No tendrá modo de hacerlo.

—No podemos ignorar el porcentaje de riesgo.

—Entonces necesitará más vigilancia que los otros. Quiero a esa chica implantada allí y quiero que alguien la vigile las veinticuatro horas. Quiero saberlo todo de ella y de lo que haga. Y quiero que recuperen el vehículo con el cuerpo de él.

—Entendido.

—¿Qué hay del dinero? —preguntó la mujer— ¿Cuánto fue esta vez?

—Creemos que ha sido medio millón.

—¿Algún rastro del dinero?

—Nada. Creemos que se hundió con él.

—¿Y todo lo que llevan robado hasta el momento?

—No hay rastro. Y no podemos arriesgarnos a permitir que ella esté consciente como para intentar interrogarla.

—Hablará. Tarde o temprano todos lo hacen. Hagan con ella lo que he ordenado y traigan a un psicoanalista, quiero que uno la vea todos los días.

—¿Algo más señora?

—Nada más. La investigación debe continuar.

La mujer se dio vuelta y partió con ímpetu. Los hombres en la sala intercambiaron rápidas miradas de entendimiento antes que uno de ellos cogiera un sello y lo estampara sobre la carpeta principal del archivo. El caso definitivamente estaba cerrado. No habría más persecuciones ni callejones sin salida en donde los fugitivos se desvanecieran en el aire. Ya no existirían robos inexplicables ni un joven huyendo alrededor del mundo a mano de una chica. Años de persecución que terminaban en aquello, él muerto en el fondo del océano y ella edada en las instalaciones. Había sido un astuto enemigo, debían reconocerlo, burlándolos desde que era tan solo un niño. Pero como cualquier otro había llegado a su fin.

*********************************************************************

Por favor no te olvides de dejar tu voto, y puedes encontrar más historias de todo tipo en mi perfil. 

 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ElysiumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora