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Mira por la ventana durante todo el viaje. Juega con sus dedos de forma nerviosa y de vez en cuando se muerde el labio inferior. Le dolía un poco el estomago, quiere que esa sensación tan molesta termine de una vez, pero es inevitable. Ya falta poco para llegar al hospital y su madre se orilla con el auto para entrar al estacionamiento de los visitantes.

— Estoy tan feliz por Jungkook —dice la mujer sonriendo—, debe ser un verdadero fastidio no poder estar en tu casa cuando más lo necesitas.

— Se ha acostumbrado —aclara Jimin ladeando la cabeza—, al principio le costó, pero después entendió que solo lo hacían por su bien.

Como siempre sucedía cuando el pequeño peli-rosa se encuentra raro su madre lo nota de inmediato. Entran al aparcamiento, se estacionan y cuando están listos para salir del automóvil la señora Park pregunta:

— ¿Qué sucede, Jiminnie?

El nombrado, que ya iba a abrir la puerta del copiloto, detuvo su actuar y se quedó mirando los pies. Ni siquiera sabía como explicar lo que sentía. Tenía un montón de sensaciones dando vuelta en su interior y no las podía definir. Era un revoltijo extraño, entre felicidad, tristeza y miedo. ¿Cómo poner en palabras todo eso sin sonar como un loco?

— No sé —respondió rendido—, de verdad que no sé, mamá.

Su madre lo mira comprensiva y estira la mano para acariciarle el cabello.

— Supongo que se trata de incertidumbre sobre lo que pasara con ustedes después de este día. ¿O me equivoco?

Jimin sonríe. A Park Youngmin jamás se escapa algo.

— Es una estupidez, lo sé. Lo mío con Jungkook terminó y durante este mes eso no iba a cambiar... Supongo que solo quiero que este día se acabe pronto, sé lo que viene y lo que me dolerá.

— Pues sí. La verdad es que sí. Podrías hacer eso... O podrías intentarlo una vez más.

Jimin niega con la cabeza. Claro que no. Durante el último mes se prometió a si mismo que solo se acercaría de otra forma a Jungkook si el le dejaba hacerlo. Pero no fue así. El chico no quiere que vuelvan a estar juntos o al menos eso es lo que entiende con su actuar. Las cosas estaban claras, ya no podía seguir nadando contra la corriente.

— Él no quiere, mamá. No puedo obligarlo a hacer algo que no quiere.

La señora Park se ríe sin disimulo.

— Ustedes, niños, se complican mucho desde el principio. Siempre tratan de ocultar todo lo que sienten y por eso están donde están. ¿Qué el no quiere estar contigo? Si así fuera no hubiese soportado tu constante presencia durante un mes entero. Créeme, Jimin. Seré vieja, pero sí se como funciona el amor y ustedes dos siguen enamorados igual que el primer día que los vi regalándose miradas en la casa.

Se sonroja por las palabras de su madre y empieza cuestionarse muchas cosas. ¿Podría ser cierto que Jungkook si quiere estar a su lado? Tiene sentido, pero el miedo de terminar haciéndose ilusiones de más era lo que ganaba en su interior. Nuevamente estaba entre la espada y la pared decidiendo si era hora de arriesgarse o dejar que las cosas siguieran el curso natural que estaba planeado. Lo malo era que el ya se había arriesgado una vez y salió totalmente herido en aquella oportunidad.

Su madre nota lo callado que esta y dice:

— No pienses tanto, hijo mío. Solo ve y haz lo que sientas que debes hacer. Les daré tiempo a solas para que arreglen todo y subiré después, ¿bien?

No tiene mucho que poder, por eso contesta:

— Bien.

Abre la puerta del auto y se baja. Aún no tenía claro lo que haría exactamente, pero deseaba que el universo le diese alguna señal para arreglar las cosas. Cierra la puerta mientras se despide de su madre moviendo la mano y la señora Park le regala una sonrisa de ánimo. Con eso Jimin sigue su camino. Eran unos cinco minutos de caminata los que había entre el estacionamiento y el hospital, pero aún así se sentía lo bastante nervioso como para considerarlos el camino más largo que pudiese tomar. Ni siquiera podía encontrar las palabras correctas para preguntarle a Jungkook lo que pasaría con ambos. Un "¿qué mierda hacemos ahora?" no sonaba muy convincente.

Agridulce ◆ Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora