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In your head, in your head
Zombie, zombie, zombie-ie-ie
What's in your head, in your head
Zombie, zombie, zombie-ie-ie, oh

—¿Podemos bajarle un poco a la radio?

—¡Lo siento, Shaira!

—¡No entendemos lo que dices!

—Gran Olokun(*) dame fuerza —suspiró Shaira antes de sonar el claxon del automóvil en el que viajaban.

Vega y Lyra no tenían mucho en común, pero ambas tenían el mismo gusto por artistas muggle extravagantes. Normalmente a Shaira. eso la pondría contenta, pero no si estaban atoradas en el tráfico a mitad de Londres mientras caía una tormenta.

—A este paso llegaremos tarde a la estación —dijo Lyra una vez terminó la canción.

—Aún falta hora y media —dijo Vega rodando los ojos—, y la estación está a un par de cuadras.

—No sé por qué tuvimos que venir en auto —se quejó Lyra cruzando los brazos—. Hubiera sido más fácil viajar por la red flu hasta la oficina del tío Sev en Hogwarts.

—Pero luego no podríamos explicar cómo llegamos al castillo si nadie nos ve en el tren —explicó Vega mirando las gotas que caían contra la ventana del auto—. Recuerda que tío Sevie no quiere que se sepa que somos sus sobrinas.

—El señor Snape tendrá sus razones para hacer lo que hace —intervino Shaira viendo la expresión triste que Lyra había puesto ante las palabras de su hermana—. Tal vez sea peligroso para ustedes que la gente sepa.

Lyra asintió medio convencida, pero Vega rodó los ojos. Ella sabía que había una razón para la paranoia de Severus, pero eso no evitaba que les molestara. Incluso en Francia, todos creían que Shaira las había criado sola con la mensualidad que Gringotts imponuso para los huérfanos que dejó la guerra.

—Mejor vuelve a poner la canción.

Cuando al fin llegaron a la estación, la lluvia había bajado un poco de intensidad. Caminaron hasta el portal entre los andenes 9 y 10 y se encontraron con el gran tren rojo que las llevaría a su nuevo colegio.

—¡Vega!

—¡Draco! —exclamó Lyra al reconocer la voz de su amor platónico.

—Oh, gran Olokun, si de verdad existes, mátame —exclamó Vega al reconocer tratando de esconderse tras de Shaira.

—Madame Pogba —saludó Draco haciendo una reverencia. Los magos africanos eran de los más respetados en el mundo mágico, en especial porque provenían de las líneas más antiguas y poderosas de magos del mundo.

—Joven Malfoy —saludó Shaira un poco incómoda. Nunca le había gustado la forma en la que el rubio miraba a Vega, ni cómo ignoraba a Lyra.

Antes de que Vega pudiera impedirlo, un par de mastodontes tomaron su baúl y el de Lyra y se los llevaron a la parte delantera del tren.

—Las dejaré para que se despidan —dijo el rubio mirando a Vega—. Esperaré en el pasillo para que sepan dónde nos sentaremos.

—Niñas, tengan esto –dijo Shaira colocándoles un par de extraños brazaletes de cuencas de colores en la muñeca a cada una—. Estos son los mazos de Ibeji, Ibeji son deidades yorubas, patronos de los gemelos. Iba a dárselos cuando se fueron a Francia, pero allá no las hubieran dejado conservarlos.

La mujer buscó en su túnica y sacó un par de collares de cuencas azules, y se los puso en el cuello a cada una.

—Estos son collares de Olokun. Están bañados en Felix Felisis y tienen un par de encantamientos yoruba. Quiero que ambas se cuiden y, como dijo el señor Snape, no dejen que las rivalidades entre casas las separen. Tal vez no queden en laisma casa, pero eso no hará que dejen de ser hermanas, ¿entendido?

Las Mellizas Prince [Harry Potter/Draco Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora