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No sé cómo voy a mirar a Christian en el camino con la cantidad de sueños eróticos que he tenido, lo peor es que sabe lo que estoy soñando, ya que es un efecto secundario de beber su sangre.

-Nos vemos en unos días bebé, cuidate -Andrew me besa la frente después de dejar mi maleta en el Land Rover de Christian.

-Te echaré de menos - sonrío para luego subirme al asiento del copiloto. Andrew aún tiene bastantes cosas que arreglar con la manada, y lo mejor es no estar aquí para distraerlo.

Christian se sube y prende el aire caliente, ya que sigue frio y con nieve fuera.

-¿Estás cómoda? -pregunta después de andar unos minutos.

-Tanto como puedo estarlo contigo aquí - ríe.

-Ahora que estamos solos ¿Qué te parece contarme uno de esos sueños que estás teniendo? -el calor me sube a las mejillas y lo ignoro mirando por la ventana.

Decido prender la radio en busca de algo que matara el incómodo silencio que estoy bastante segura solo yo siento, ya que Christian tiene una sonrisa arrogante en su cara. Nos estamos acercando a un puerto y lo miro extrañada, ¿Por qué un puerto?

-Tenemos que tomar un ferry, de Escocia a Inglaterra se puede ir en auto. Pero Irlanda está un tanto lejos.

-¿No tengo que mostrar pasaporte o algo?

-No -me mira extrañado como si fuera obvio -Reino Unido... Unido...

-Claro -asiento -¿Cuánto tiempo toma?

-Unas dos horas y luego una más hasta Inverness.

-Es bastante -Christian le paga a un señor sonriente para luego embarcar al ferry.

-De Manchester a Inverness es más lejos -menciona -Unas cinco horas en auto. En avión es una y media.

-¿Y como lograrán cubrir todo el territorio?

-Nuestras manadas son las más grandes e importantes en cada país y son una especie de reino hacia todas las manadas del territorio. Yo soy el Alfa de Manchester, pero también soy el con más poder de todo el territorio inglés, así como Andrew con Irlanda y Samuel con Escocia. -¿Samuel? ¿Sam se llama Samuel? -Los alfas de cada mediana y pequeña manada responden a nosotros, solucionamos los problemas y todo lo que implica. Por eso hay tanto papeleo - continúa la explicación.

El viaje en ferri no esta siendo nada divertido, ya llevamos en el mar una hora y el auto huele cada vez más a avellanas tostadas lo que me recuerda el placer de beber de la sangre de Christian. El que sonríe de oreja a oreja por que puede oler mi excitación. Maldito olfato de lobos.

-Dios mátame... -susurro intentando calmar mis pensamientos.

-Puedes dormir lo que queda, los sueños te pueden distraer -sugiere Christian riendo.

-Lo último que haré es dormir. ¿Tienes algo para beber?

-Sangre -responde irónico -Andrew te dejó unas malteadas en la conservadora de atrás -se gira y saca una botella de plástico y agua. Me entrega la malteada y el abre su botella.

El muro de Christian es muy fuerte. Con Andrew puedo sentir que él está ahí e incluso antes de morderlo podia sentir sus emociones. Con Christian no puedo sentir nada ¿será porque también es vampiro? intento concentrarme y me encuentro con puro hierro que impede el paso.

-¿Qué estas haciendo? -pregunta un tanto enojado y sorprendido.

-Enséñame, ¿Cómo lo haces tan fuerte?

-El tuyo funciona bien Aria.

-No, claro que no, he sentido cuando lo derrumban.

-Te das cuenta que no te he mordido ¿cierto? No lo puedo ver.

-Pero ni siquiera puedo sentir tus emociones -niega con la cabeza y cierra los ojos queriendo terminar la conversación.

-Por favor...

-No aún Aria -zanja el tema.

El resto del camino es silencio y en un par de horas estamos frente a lo que parece un castillo de cuento de hadas.

-¿Aquí vive Sam? -pregunto sorprendida mientras unas enormes rejas se abren permitiéndonos pasar.

-Esta lleno de castillos pequeños en toda Escocia Aria -¿Esto es un castillo pequeño?

-¿No bajarás? -Sam me espera en la puerta con una sonrisa en su rostro.

-No digamos que le agrado a tus otros compañeros cariño, además mi vuelo sale en una hora.

-Bien, Adios, buen viaje.

-Te vendré a buscar en tres días. Cuídate.

Cuando salgo del auto el frio me azota y Sam ya esta a mi lado sacando el bolso del maletero.

-¿Qué tal el viaje hermosa?

-Bien -no sueno nada convencida -Bueno, ya sabes como es Christian.

-Vamos dentro, estás helada.

El lugar de Sam es muy bonito. Lleno de antigüedades que me recuerdan a mi tía Martha, le hubiera dado un ataque estar aquí. El pensamiento me hace sonreír.

-Bueno, déjame enseñarte mi hogar, solía pertenecer a uno de los clanes de la antigua escocia- escucho con interés todo lo que tiene que decir mientras me enseña el lugar. Me gusta que fuera así de abierto conmigo y que me cuente cosas de su pasado.

Cuando volvimos por las escaleras escucho un ladrido y lo que parece un Collie corre hacia nosotros.

-¡Hey! -me agacho a saludarlo y acaricio su cabeza, es una preciosidad.

-Esta es Lucy, un pastor australiano -le sonrío.

-Es hermosa.

-Me alegro que se agraden. Es la mujer de mi vida.

-¡Oye! -lo empujo divertida y me besa la mejilla donde el color no demora en subir.

-Vamos a comer algo, es hora de almorzar.

Nuestra Frágil Luna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora