Capítulo 2

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Sólo escuchaba a los tres decirme que yo podía, que faltaba poco, pero yo me sentía muy exhausta después de dos horas. Me había levantado a caminar, me acostaba, y repetía lo mismo, hasta que me sentí muy cansada y me quedé acostada a esperar que mi bebé saliera, esperaba que fuera pronto.

—Cam, vamos, falta poco.—me dijo mi mamá al verme querer cerrar los ojos, estaba muy cansada.—asentí y me volví a posicionar para seguir pujando, me dolía la garganta de los gritos anteriores, pero yo seguí, me callé los gritos y seguí, esperando que todo terminara.—Falta poco. —dijo feliz mi madre, a lo que yo seguí.

Poco después, escuché el llanto de mi bebé. Tiré mi cabeza hacia atrás con cansancio.—Es un varón.—dijo el médico junto a la partera. Solté lágrimas y estiré mis brazos para que me dieran a mi bebé. 

—Es hermoso, Cami.—dijo mi madre entregándomelo. Acaricié su rostro con delicadeza, observando cada parte de él. Escuché un sollozo y volteé, donde vi a mi tía salir de la habitación, con los ojos llorosos.

—¿Qué pasa?—pregunté por lo bajo a mi madre, quien me hizo una seña de que no me preocupara.

Por primera vez, tuve a mi bebé en brazos, era simplemente igual a él. Las lágrimas se acumularon en mis ojos y nos las podía detener.—¿Estás bien?—preguntó mi madre al verme llorar.

—Es perfecto.—dije entre llanto, y lo abracé aún más a mí.

Mi madre me vio y sonrió.—Iré a avisarles que ya ha nacido tu bebé.

—Está bien.—dije sin despegar la mirada de él.

Aún lloraba en mis brazos. Sentía tantas emociones que se acumulaban, que me sofocaba.

Me quedé aún abrazando a mi bebé, y entró la tía de Damien, la señora Williams.—¿Puedo pasar, Camille?—preguntó desde la puerta.

—Pase.—dije y miré que detrás de ella estaba Damien, lo que me impresionó mucho.

—¿Es varón?—preguntó al verlo en mis brazos.

—S-sí... -susurré aún impresionada por ver a Damien ahí, quien miraba a la ventana.

—Camille... yo he hablado con Damien.—se acercó a mí, sentándose en la silla al lado mío.—Él aún no asimila las cosas, pero dice que, si es verdad todo, él acepta que tú y su hijo, sean parte de su vida.—me decía por lo bajo.

Volteé a mirar a Damien, quien veía al bebé.—Creo que tendré que pensarlo.—dije, imaginando cuánto él tardaría en acostumbrarse a la idea de que está casado, y ahora tiene un hijo.

—Está bien, Camille.—me sonrió con ternura y acarició mi cabello.—Es igual a él cuando nació. Damien.—lo llamó, quien volteó casi al instante hacia ella.—Ven.

Tragué saliva y me intenté acomodar con mi hijo aún en brazos, me sentía incómoda.

—Es tu hijo.—dijo ella. A lo que vi por su cara, que él aún no aceptaba del todo aquel hecho, después, volteó a verme a los ojos, los cuales no expresaban nada, mejor bajé la mirada.

Hubo un silencio, que fue interrumpido por el llanto del bebé.—Tengo que retirarme.—dijo Damien y se fue.

—Lo siento Camille.—me dijo la señora Williams, acariciando la cabeza del bebé.—Hablé con él, pero aún no acepta la idea de que han pasado años desde que sus padres desaparecieron y que él está casado, y que ahora tiene un hijo.—dijo con lágrimas.

—Tranquila.—le dije al verla en tal estado.—Tengo fe en que algo pasará y él recuperará la memoria.

—Esperemos eso.—dijo y se puso de pie, para salir de la habitación y dar lugar a que nos revisaran a ambos.

Olvidar Mi Honor (D.M.H. 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora