♡ Diez ♡

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Lissa

Luke me había acorralado contra la pared del baño, estaba asustada, estar solos no era bueno, su familia estaba fuera. Mire sus ojos y pude ver todos sus deseos allí, sus pupilas se estaban dilatando cada vez más.

Me rete mentalmente, estaba intentando no perder la cordura. Y es que si, lo deseaba, deseaba tanto que me tomara como aquella noche, deseaba tanto estar entre sus brazos otra vez. Pero era una total locura, intentaba repetirme lo mal que estaba haciendo en dejarme llevar por mis deseos, pero aquel poder que ese hombre tenía sobre mí era más fuerte.

¿Qué tan malo era estar con él padre de mi mejor amiga? ¿Qué tan malo era ser su amante? ¿Qué tan malo podía llegar a ser volver a equivocarme?

Era tan estúpido que me preguntara aquello. Era malo, muy malo.

Luke acercó su rostro al mío y no pude evitar cerrar mis ojos, acercó sus labios a los míos y sin más rodeos me beso. Aquella suavidad me invadió y una corriente me recorrió de pies a cabeza. Llevé mis manos a su pecho e intenté separarme, pero mi cuerpo no parecía reaccionar.

Separo sus labios de los míos y me observó, sus ojos estaban oscuros del placer.

—Señor Hemmings... Esto no está bien... Jenna y Danna están aquí... No es correcto...

—Lo sé Lissa, se perfectamente que esto no tendría que ser así pero.... Maldición, me tienes loco, no he dejado de pensar en ti. —su mano fue a mi mejilla y comenzó a acariciarme con su pulgar. —No he podido dejar de pensar en aquella noche, en tu piel, en tus labios... —su pulgar tironeo levemente de mi labio haciéndome jadear por lo bajo. —Dime que esto está mal Lissa, dime que debo detenerme, que tu no lo deseas... —apreté mis labios sin saber que decir. Y es que lo deseaba, deseaba tanto que me tocara otra vez.

Estaba mal, claro que estaba mal, pero algo dentro de mí me lo pedía, me pedía volver a equivocarme, volver a estar entre sus brazos y sentirme de aquella manera. ¿Acaso lo prohibido es más excitante? ¿Acaso está mal querer equivocarse? Sabía que me odiaría luego, pero quería hacerlo, quería estar con él.

Subí mi mano de su pecho a su cabello y lo acerque a mi rostro.

—Lo deseo señor Hemmings... Lo deseo tanto... —Él mordió su labio y una sonrisa se formó en su rostro. Atrapó mis labios nuevamente pero esta vez en un beso más hambriento, más furioso. Sus manos fueron a mi cintura y viajaron hasta mi trasero el cual apretó haciéndome gemir.

Me dio la vuelta y sostuve mi cuerpo con mis manos contra la pared del yate. Él se acomodó detrás de mí haciéndome sentir su erección, mordí mi labio y sentí como sus manos viajaban a mis pechos y la otra a mi centro dentro del bikini.

Me retorcí del placer al sentir sus dedos frotarse contra mí humedad. No lo dudo más y metió dos dedos en mí.

—Daddy... —Apreté mis labios intentando retener mis gemidos.

—Estas tan mojada princesa...—su voz ronca era tan excitante, sus labios comenzaron a besar mi cuello de una manera tan caliente.

Sus dedos se movían en mi interior y no podía evitar gemir, su otra mano había levantado el sostén del bikini y había atrapado mi pezón entre sus dedos. No podía con todo el placer que estaba sintiendo.

Su bulto parecía crecer a cada segundo y golpeaba contra mí trasero, estaba ansiosa por que me hiciera suya. Llevé una de mis manos a su cabeza y comencé a frotarme contra él.

—Mmm... Lissa... —Gire mi cabeza y me encontré con sus labios, callamos nuestros gemidos en un hambriento beso, deseosos por más.

Sacó sus dedos de mí y llevó sus manos a mi cadera, acercó sus labios a mi espalda y comenzó un camino de besos, llegó al amarre del sostén y lo soltó con sus dientes haciendo que la prenda cayera al suelo entre mis pies, descendió por toda mi columna hasta llegar a mi cintura y comenzar a bajar el bikini con su boca.

Luego de dejarme desnuda se quitó su pantalón y tomó un preservativo para colocárselo, comenzó a frotar su miembro entre mis piernas y luego de lubricarlo bien se alineó a mi entrada.

Sin nada más que decir me embistió. Gemí con fuerza al sentir como se movía en mi interior.

—Ahh... Dios...

—Maldición Lissa... Estas tan estrecha...—mordí mi labio intentando controlarme ante sus embestidas, en un momento pude sentir el sabor metálico en mi boca, me había lastimado el labio de tanto morderlo.

—Daddy... —Gemí casi en forma de súplica, el llevó sus dedos a mi boca y comencé a chuparlos con fuerza.

—Así princesa... Eres increíble... —Sus movimientos eran cada vez más fuertes y mis piernas comenzaban a temblar. Separo sus dedos de mis labios y gemí.

—Daddy.... No aguanto...—Lloriquee, él me tomo de la cintura y me inclinó aún más, comenzó a moverse con desespero, el sonido de su cuerpo chocando con el mío era tan obsceno, estaba perdida en el placer, gimiendo sin parar, próxima a mi liberación.

No basto mucho para que el orgasmo me golpeara con fuerza.

— ¡DADDY! —mi cuerpo se encorvo y sus manos se aferraron a mi cadera. Dio un último movimiento y pego su cuerpo al mío.

—Oh dios... —gimió, sus manos poco a poco se relajaron y soltó su agarre, nuestros cuerpos se separaron y me di la vuelta para verlo. Se sacó el preservativo y me tomó entre sus brazos dejando un pequeño beso en mis labios. —Has sido increíble.

—Tu eres increíble... —Él sonrió y volvió a besarme de manera lenta y suave.

Luego de aquel largo beso separó sus labios de los míos y me observo por unos momentos.

—Te necesito Lissa, te necesito conmigo... No me dejes, acepta estar conmigo por favor. —no podía creer lo que estaba escuchando.

—Luke...

—Sé que no suena bien pero quiero que seas mi amante... En verdad me siento tan bien cuando estoy contigo. Eres un pecado Lissa y yo quiero tocar el infierno por tenerte...

—Pero... ¿Y Jenna? Tienes esposa...

—Quiero a Jenna, pero ya no es lo mismo, el amor pareció haberse extinguido hace tiempo. Cuando estoy con ella siento que soy ese hombre aburrido de siempre, no es lo mismo que cuando estoy contigo. Tú me revives Lissa, haces que me sienta joven otra vez.

—Yo... No sé qué decir... —Era una decisión muy compleja para un momento así.

—Al menos dime que lo pensaras ¿Si? —levante mi vista y lo vi a los ojos, en verdad parecía suplicarme.

—Yo...Debo irme antes de que Danna me busque —Él asintió y suspiró. Acercó sus labios a mi mejilla y dejó un pequeño beso, me coloque el bikini nuevamente y lo observe antes de irme. Estaba sentado sobre el váter con sus manos en su rostro. —Luke... —el alzó su vista —Lo pensaré...

Y dicho aquello me retire del lugar al verlo con una sonrisa en sus labios.

Pure & Beauty © |lrh|Where stories live. Discover now