MATERIAL ADICIONAL (+18)

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—Te necesito —me dice Jiyong al oído para que pudiera escucharlo sobre la música del club donde nos encontrábamos festejando el cumpleaños de Seungri.

Habíamos dejado a Jisoo y a Soohyun a cargo de mis suegros para poder viajar a Jeju a festejar al maknae del grupo durante un fin de semana, Yo había estado un poco reticente a dejar a mis niñas, sin embargo, sólo sería poco tiempo y sus abuelos estaban más que encantados de tenerlas por unos días.

Mi esposo huele un poco a tequila y su camisa blanca no está del todo abotonada. No se ha rasurado en unos días y la combinación de todo ello es letal para mí.

—Te veo en el baño de arriba —le digo al oído, aspirando su aroma y dándole un beso en el cuello que hace que su piel se erice.

Lo siento sonreír y yo camino al baño perteneciente a los invitados VIP. Entro y cierro la puerta mientras examino el lugar. Es bastante amplio, con un espejo enorme frente a los lavamanos. Me veo en éste y me acomodo un poco el cabello y el vestido que traigo puesto.

Me sobresalto un poco al escuchar la puerta abrirse pero cuando veo a Jiyong entrar y cerrarla con seguro detrás de él me relajo un poco.

Supongo que hay algunos cosas que nunca se olvidan.

—Desde que te vi con ese vestido tenía muchas ganas de quitártelo —me dice mientras se acerca a mí y me abraza por detrás, embriagándome con su aroma.

Observo nuestros reflejos en el espejo y me encanta vernos juntos, él con su barbilla sobre mi hombro y sus manos en mi abdomen. Me encanta que esté tan familiarizado con mi cuerpo. Me encanta que estemos juntos. Me encanta que seamos marido y mujer.

—¿Entonces qué esperas? —lo reto con una sonrisa.

Él me imita y gruñe antes de morder mi hombro con fuerza. Eso me hace gemir y cuando comienza a explorar mi piel con su lengua mientras masajea mis pechos me siento tocando el cielo. Yo levanto un poco mis manos para enredarlas en su cuello y no permitir que detenga el ataque de su boca.

—Necesito prepararte para mí, amor mío —susurra contra mi cuello.

Baja sus manos hacia el final del vestido y comienza a subirlo para dejar al descubierto mi ropa interior de encaje. Lo siento pegar sus caderas hacia mí y comenzar a frotar su erección ahora muy evidente contra mi trasero.

Yo sólo puedo escuchar jadeos, la música en el exterior y mi corazón retumbando.

—Inclínate para mí, preciosa. Manos en la espalda.

Lo obedezco sin chistar y recargo mi torso sobre los lavabos. Lo escucho desabrochar su cinturón y bajar sus pantalones y su ropa interior hasta los tobillos de un solo movimiento. Por el espejo, veo su erección completamente dura y roja y la humedad entre mis piernas se incrementa al pensarlo dentro de mí.

—Es la mejor vista que puedo tener —escucho que dice detrás de mí mientras baja mi ropa interior. Introduce dos dedos dentro de mí y comienza a juguetear con ellos, lo que me hace gemir más fuerte—. Estás tan lista... Tan húmeda. Me encanta.

Se aleja un poco para tomar el cinturón y amarrar mis muñecas con él.

—Oppa... —gimo cuando siento que me jala hacia él y comienza a frotar su erección sobre mi entrada para tentarme—. Por favor...

Pero en vez de sentirlo entrar, siento una fuerte nalgada que me hace arquear la espalda y soltar un jadeo.

Me quiere volver loca.

—¿Qué es lo que quieres, preciosa?

No puedo hablar y siento el impacto otra vez, dejando un ardor en la piel tan exquisito que me pone a temblar.

—A ti, Jiyong. Te quiero a ti —suelto entre jadeos.

Es lo único que necesita escuchar para deslizar su miembro dentro de mí. Gimo muy fuerte cuando lo siento muy profundo. El movimiento de sus caderas es implacable y con ayuda del cinturón sale y entra en mí muy rápido. Mi excitación resbala por mis muslos y a los sonidos de la habitación se suma el de nuestros cuerpos chocando y el de las palabras sucias de Jiyong que me hacen perder la cabeza.

—Maldita sea, Meg —gruñe liberando mis muñecas de su amarre para poder tomar mi cintura fuertemente con ambas manos y reiniciar sus estocadas.

Siento su torso contra mi espalda haciéndome perder la noción del tiempo. Me toma por el cabello y su vaivén se vuelve más errático, hasta que siento mis piernas temblar.

Las gotas de sudor caen por mi frente y también por la de Jiyong, mi cuerpo se convulsiona un poco y los dedos de mis pies se tensan mientras puedo ver estrellas por todas partes.

Él toma todo mi orgasmo y me voltea fuertemente para encararlo, señal de que necesita otra posición para correrse. Me sienta sobre los lavamanos y se coloca entre mis piernas para que pueda rodearlo con ellas. Vuelve a alinear su miembro con mi entrada y comienza a follarme como pocas veces lo había hecho.

Esta era una de las pocas veces que Jiyong estaba siendo egoísta en la cama.

Generalmente, mi esposo era un amante bastante generoso, que siempre se aseguraba de hacerme terminar primero. Sin embargo, había algunas veces que sus instintos salvajes eran liberados y sólo se concentraba en buscar su placer, lo cual claramente no me molestaba en absoluto, pues eran nuestros encuentros más intensos, aquél en el que habíamos concebido a Soohyun era un claro ejemplo.

La sensación comienza a ser demasiada pero poco después refugia su rostro en mi cuello y, cuando menos me lo espero, siento su cuerpo agitarse y desplomarse sobre el mío con la respiración agitada.

—Lo siento, yeobo —dice un rato después separándose un poco de mí y besándome dulcemente los labios—. ¿Te lastimé? Fue una de esas veces y...

—Nunca lo haces, Jiyong-ah —respondo abrazándolo y acercándolo a mi cuerpo para sincronizar nuestras respiraciones.

Aish... Te amo tanto —dice aferrándose a mi cuerpo con más premura.

—Yo también te amo mucho, yeobo.

Juntos, disfrutamos un poco de esa bella sensación letárgica después de estar juntos.

Sólo esperaba que esta vez no termináramos haciendo un bebé más.

No me olvides | G-DragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora