Capítulo 14.

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Derek

Hago un suave masaje con mis dedos por mi cuero cabelludo durante unos segundos, seguido abro el grifo de la regadera y dejo que el agua caliente se lleve todo rastro de espuma de mi cuerpo.

Paso la esponja con jabón líquido por todo mi abdomen eliminando la capa de sudor que hace unos minutos había en él debido al ejercicio que hice esta mañana. La esponja resbala de mis manos cuando me sobresalto al sentir los brazos desnudos de alguien rodearme desde atrás, siento la suave risa de Melanie sobre mi espalda.

-Lo siento - se disculpa al ponerse frente a mí.

Su cabello rubio está húmedo porque ella se dio una ducha antes que yo y eso me hace preguntarme la razón por la que está aquí, pero a estas alturas es más que evidente. No tiene ropa puesta y por un ligero momento, siento la necesidad de reprenderle por desperdiciar el agua al no tomar la ducha conmigo desde un principio. La atraigo hacia mi cuerpo de tal manera que su pecho queda pegado al mío, sus ojos grises se cierran un instante mientras el agua cae por su rostro.

Naturalmente cierro el grifo del agua y observo sus carnosos labios rosados.

-Quizá debería perder el tiempo preguntando el motivo que te trajo aquí, pero mejor aprovechemos esos valiosos segundos para hacer que suba la temperatura - sonrío con picardía.

Hinca sus dedos en la piel descubierta de mi espalda al cabo que muerde su labio inferior con lujuria.

-La temperatura subió en el momento en que pusiste un pie dentro de este apartamento - bromea, yo simplemente dejo salir una pequeña risa en acuerdo.

Aprieto mis manos con suavidad en su cintura al momento que mis labios buscan a los suyos con urgencia. La calidez y al mismo tiempo, desesperación, de su beso se dejan ver en cada roce que tienen nuestras lenguas, jugueteando entre ellas. Con mi mano derecha dejo de tomar su cintura para sostener su muslo izquierdo sobre mi cadera y hacer que su entrepierna toque a la mía ligeramente. Suelto un gruñido sobre su boca al sentir el calor que emana todo su cuerpo, ella jadea al notar que me estoy poniendo duro.

Se aparta de mis labios para buscar el hueco entre mi hombro y mi mandíbula para dejar un rastro de húmedos besos en esa zona, cierro los ojos para disfrutar su tacto. Con ambas manos se sostiene de mi cintura para empezar a lamer lenta y sensualmente mi abdomen, enviando enormes olas de placer directamente hacia mi miembro y haciéndolo endurecer aún más. Mi respiración se vuelve entrecortada cuando siento su sonrisa demasiado cerca de mi entrepierna, entonces decido abrir los ojos y detenerla antes de tener un orgasmo antes de siquiera haberla tocado un poco, eso heriría horriblemente mi hombría.

Junto mi espalda con el vidrio empañado de la ducha, con el cuerpo de la rubia muy cerca del mío, intentando no dejar ir todo el peso para no romper el cristal. Dejo diminutas mordidas por su mentón, bajando hacia la suave piel de su cuello para morder esa zona también. Mis manos son un ir y venir de caricias por su espalda, caderas y muslos, arrebatándole varios suspiros. Vuelvo a besar sus labios mientras masajeo delicadamente sus pechos, ella muerde mi labio de vez en cuando por la excitación. Yo disfruto hacerla sentir bien con cada toque de mis manos con su piel, es muy agradable ver su rostro con una mueca de absoluto placer.

-Mi piel extrañaba tus manos - murmura entre el beso, con la respiración acelerada haciendo subir y bajar su pecho.

Sonrío antes de volverla a besar, y es ahí cuando aprovecho para bajar lentamente mi mano por su definido vientre. Llego al punto más sensible de su cuerpo tocando la suavidad de su piel, comprobando que realmente usó esa extraña crema para crear una delicadeza anormal ahí. Ella inhala una buena cantidad de aire cuando mi pulgar empieza a trazar círculos sobre su clítoris, aferrando una de sus manos con fuerza sobre el vidrio detrás de nosotros. Introduzco dos de mis dedos en su interior para comprobar que está muy húmeda, que sus paredes internas disfrutan de mi constante bombeo. Su cabeza está echada ligeramente hacia atrás cuando empiezo a sentir la presión en mi parte noble, así que retiro mis dedos de su intimidad y la obligo a verme a los ojos.

-No voy a tener consideración alguna, así que toma mis hombros con fuerza y grita todo lo que quieras - ordeno, mi voz saliendo enriquecida debido a la excitación de mi cuerpo.

Levanto sus piernas hasta tenerlas alrededor de mi cintura y pongo ambas manos en su trasero. En la misma posición me separó un poco solo para poner mi miembro en su centro y entrar en ella de una sola estocada. De su boca escapa un pequeño grito por la sorpresa, pero rápido se recompone y empieza a jadear con cada movimiento de mi cadera. La carne de sus posaderas se ve atrapada entre la fuerza de mis palmas, trato de soltar mi agarre un poco para no marcar su piel.

Busco su cuello al cabo que empiezo a entrar y salir de ella con fuerza, sus gritos y gemidos escandalosos no se hacen esperar. Sus uñas se clavan en la piel sensible de mi espalda, haciéndome soltar un gemido estrangulado del fondo de mi garganta. Con la voz entrecortada y agitada me empieza a susurrar palabras sucias en el oído, provocando a mi cuerpo a embestirla con más salvajismo.

Nuestros cuerpos se ven brillantes por la fina capa de sudor que los cubre, y ambos tenemos las respiraciones aceleradas. El sonido que hacen nuestros cuerpos desnudos al juntarse, en este momento resulta ser mejor que estar escuchando mi canción favorita. Llegado a un punto donde mis músculos se tensan por completo y ella comienza a temblar, acelero mi movimiento de cadera para hacernos llegar al clímax casi al mismo tiempo.

La hago gritar mi nombre con absoluto placer y enseguida salgo de ella para acabar en algún punto del pequeño espacio de la ducha. Ambos nos sostenemos de la pared tratando de hacer entrar a nuestro sistema el suficiente oxígeno para no morir, una sonrisa ladina aparece en sus labios.

-Me encanta esto, ¿sabes? - dice, pasando sus brazos por mi cintura.

La abrazo de vuelta y me estremezco un poco al sentir sus pequeños besos por mi cuello y barbilla.

-Mi piel extrañaba tus labios - le digo, recordando que ella minutos atrás me dijo algo parecido.

Sonríe contra mi cuello y de un momento a otro se pone en puntillas para besar cortamente mis labios.

Pongo mi mentón sobre su cabeza mientras la sigo abrazando con delicadeza. No sé qué es lo que me pasa cuando estoy con ella, pero es extraño.

Solo espero que no sea amor, porque mi Derek interno y romántico aún no está listo para enamorarse.








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¿Sienten el calor que hace aquí? *inserte cara pervertida aquí*

Espero que les haya gustado el capítulo, babys. Aunque no lo edité :) Voten y comenten, por favor.

Las amo de aquí hasta donde viven, de ida y vuelta. Pongan sus países para conocerlas, chamas. Yo soy de México <3

¡Besos!



Tentación infernal #3Where stories live. Discover now