Extra #3: Carboncito

6.5K 511 630
                                    

—No, ni lo pienses.

—Mira ésta hermosa carita—Capricornio ve al gato el cual le sisea—¿Cómo le puedes decir que no a carboncito?

—No puede ser, ya le pusiste nombre.

La chica solo le sonríe incómoda.

—No podemos tener gatos aquí en el apartamento Géminis y lo sabes muy bien.

—Ay vamos, solo es uno y lo amo no lo quiero echar a la calle, me viene siguiendo desde mi trabajo, está haciendo frío y es tan pequeño, porfavooor—ella le abanica las pestañas sosteniendo al gato pegado a su mejilla.

Capricornio suelta un suspiro y lo piensa por un largo minuto.

—Esta bien, pero solo un gato, no quiero que después llegues con otro, aparte tu vas a limpiar sus desechos, mantenerlo limpio y fuera de mi habitación.

—Si, no te preocupes, lo cuídare bien.

Géminis sonríe emocionada y se mete al baño a darle una buena ducha.

—Eres tan hermoso—ella dice mientras pelea con el pequeño animal.

—¿Todo bien allá adentro?—le pregunta Capricornio tocando la puerta después de escuchar la pelea por un rato.

—¡Todo bien! solo que parece que voy a tardar más de lo que esperaba.

—No quiero que te vaya a rasguñar—el chico de lentes entra con unos guantes amarillos de goma y agarra al gato mientras Géminis lo intenta enjuagar.

Cuando terminan Géminis se sienta en el sillón con el gato envuelto en una toalla para ayudarlo a secarse y el de gafas se deja caer a lado de ella.

—Gracias Capri, verás que te vas a encariñar con el.

—No lo creo—él seca sus gafas con su camisa.

—No digas eso, no puedes estar seguro sin antes darle una oportunidad.

—No es eso, solo que...—hace una leve pausa y Géminis lo mira atentamente—. Cuando tenía ocho años tuve un canario llamado Centinela, pero después de cuatro años murió y lloré tanto que nunca después quise tener una mascota.

—Creo que a todos nos ha pasado llorar la perdida de una mascota, pero no creo que este bien cerrarte así.

—No quisiera volver a pasar por eso, así que simplemente evitó encariñarme con animales.

—Dale una oportunidad—ella deja ir al gato y toma al chico de las manos—. Es como...cuando te enamoras de una persona y te rompe el corazón, ¿Acaso jamás deberías enamorarte de nuevo? Es como cuando al inicio, hace tres años en la casa zodiacal, a mí me gustaba...alguien más, y fue difícil, si no quisiera volver a sufrir jamás hubiera salido contigo.

—Pero yo no haría nada para lastimarte.

—Nadie asegura eso, pero me arriesgaré, así no digas que no podrías encariñarte de esta tierna bolita de pelos sin siquiera intentarlo.

Él sonríe levemente.

—De acuerdo, vamos a darle una oportunidad a cebollito.

La casa del Zodiaco Donde viven las historias. Descúbrelo ahora