Capítulo 5

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Se despertó en medio de la noche con un grito atrapado en la garganta. Su respiración era completamente agitada, su corazón golpeaba de un modo doloroso contra su pecho, su cabello se pegaba a su rostro a causa del frío sudor. Sentía una presión en los hombros y se quitó enseguida las extrañas manos de encima. Retrocedió hasta golpearse contra la pared, completamente alerta y aterrada, agitada por algo que no recordaba. No, no podía estar allí, tenía que estar en otro lugar, había algo extremadamente importante que tenía que hacer. Tocó su rostro sin poder diferenciar el sudor de las lágrimas, sin comprender si su estado era debido a la agitación o al llanto descontrolado. Una pesadilla, nada más que una pesadilla.

Miró a Charlotte de pie junto a su cama y enseguida se arrepintió de haberla alejado de aquel modo tan descuidado pero la chica no parecía afectada. Alejó los cortos mechones de su rostro e intentó tranquilizarse. Respiró profundamente una y otra vez, contando hasta diez lentamente, y aún así conservaba el horrible sentimiento que algo había salido terriblemente mal. Charlotte prendió la suave luz de la mesa de noche y Melody protestó, cubriendo sus ojos con sus manos para resguardarse. Escuchó el sonido de la tiza contra la pizarra que solo significaba que su compañera estaba tratando de comunicarse con ella. Todo aquello le era demasiado ajeno. Sus oídos aún zumbaban con sonidos de disparos, veía tierra desierta y arena, y había un silencioso y desesperado grito de auxilio que había quedado grabado en su mente.

Estabas gritando.

—¿Lo estaba? —Preguntó Melody y Charlotte asintió—. Lo siento si te desperté.

La otra chica simplemente se encogió de hombros y le dedicó una de sus felices sonrisas. Se sentó con cuidado en el borde de la cama y dudó un instante antes de poner una mano sobre el hombro de Melody, un silencioso gesto que mostraba tanto preocupación como apoyo. La miró con sus dulces ojos verdes llenos de cariño y consternación, como si en realidad le importara su compañera de habitación. Melody seguía sin acostumbrarse del todo al silencio absoluto de Charlotte, ella ni siquiera abría la boca, pero comenzaba a saber interpretar sus gestos.

—Estoy bien. Es solo... —Melody suspiró y pasó ambas manos por su cabello—. Algo está mal. Algo salió terriblemente mal. No sé qué pero hay algo muy importante que no recuerdo, que tengo que hacer.

¿Quieres hablar de tu pesadilla?

Melody sacudió su cabeza. ¿Cómo decirle que no recordaba exactamente lo que había soñado? Las imágenes se deshacían en su mente como arena corriendo entre sus dedos. Tuvo una revelación y se apresuró en coger su cuaderno para dibujar todo lo que pudiera salvar antes que se perdiera para siempre. Dibujo una carretera de tierra, un tablero manchado con sangre, una mano buscando una ayuda que jamás recibió. Fue cuidadosa con los anillos, ocupándose de dibujar con detalle lo poco que podía recordar para conservarlo.

Escuchó el pequeño golpeteo de las uñas de Charlotte contra su pizarra, su sutil gesto para llamar su atención, y miró lo que había escrito.

Hablas en sueños.

¿En serio? ¿Qué digo? —Preguntó Melody y Charlotte sacudió su cabeza.

Siempre lo mismo.

Charlotte se apresuró a borrar con su mano la pizarra y escribir de nuevo una vez que Melody lo leyó.

"Tengo que ayudarlo. Él necesita mi ayuda. Tengo que ayudarlo."

Melody miró aquellas palabras y luego la mano que había dibujado, la mano que nadie había logrado coger en su ayuda. Tocó su rostro, siendo consciente de las lágrimas deslizándose fuera de sus ojos a pesar de no sentirlas. Lo supo, simplemente supo que estarían allí. Dejó su cuaderno a un lado y corrió fuera de su habitación, dejando a Charlotte atrás sin darle implicación alguna.

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