{Novela Terminada}
¿Qué se puede decir de mi vida? Tengo lo que cualquier chica de 20 años quiere, unos estudios, una familia, amigos... pero en lo que se refiere al amor, de eso nada.
Me llamo María y para la edad que tengo no me ha ido muy bien e...
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LO IMPOSIBLE, POSIBLE
Esto no está sucediendo, no puede ser cierto. ¿Por qué todo me pasa a mí? ¿Por qué? De entre todos los bares de Madrid va y nos encontramos en el mismo. Mira que hay cientos de lugares pero la suerte no está de mi parte.
Enfrente de mí está Álvaro. Después de lo que pasó ese día no he vuelto a verlo, ni siquiera hemos hablado de lo que ocurrió. No sé como estar a su lado, como actuar. Yo solo lo veo como un amigo nada más. ¿Pero él? No sé qué es lo que siente.
Narra Álvaro:
La miro y está absolutamente perfecta, como siempre. María está sentada con las que supongo que son sus amigas. Durante esta semana no he hecho más que pensar en ella, en ella y en el beso que compartimos. Debería de sacármela de la cabeza, es la novia de mi mejor amigo pero no puedo, es muy difícil dejar de pensar en ella.
Narra Dani:
—Hola chicas —saludo al llegar a la mesa con una sonrisa—, ¿podemos sentarnos con vosotras? —pregunto esperanzado.
—¿Eres Dani verdad? —me pregunta María mirándome de arriba abajo, supongo que viendo las características que Blas le ha dicho sobre mí.
—Sí —respondo— ¿Tú eres María, la novia de Blas no? —pregunto para cercionarme de que es ella.
Al decir esas palabras veo que se pone roja aunque no entiendo porqué. ¿Están juntos no? ¿O será que le pone nerviosa la presencia de Álvaro?
—Ellos son David y Álvaro —presento a los chicos—, aunque a este último ya lo conoces —digo señalando a Álvaro y alzando una ceja pícaro ya que sé lo que pasó.
—Sí a Álvaro ya lo conozco —afirma lo que he dicho—. Así que tú eres el famoso David —dice riéndose mirando a David—. No te esperaba así —le sigue hablando.
—¿A sí cómo? —pregunta intrigado— ¿Sexy? ¿Cañón? —saca a relucir su ego como siempre.
—No —responde riéndose—, me han contado muchas cosas sobre ti —aguanta la risa—. Ellas son Natalia, Lucía y Adriana —cambia de tema y nos presenta una a una a las chicas que la acompañan—. Aquella que llega por ahí tarde como siempre es Laura otra de mis amigas que vive aquí —señala a la chica que aparece en nuestro campo de visión y el resto de las chicas se ríe por su comentario.
Así que Adriana, se llama Adriana. Por fin puedo ponerla nombre. La miro directamente y veo como se sonroja poniéndome feliz. Mi presencia la causa nerviosismo y eso me gusta, significa que no le soy indiferente.
