Sobre la angustia, Sofía.

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Que el estado natural sea el desorden, no es excusa para el desconcierto. Que el estado natural sea el desorden va a explicar por qué una habitación tiende a desordenarse progresivamente y jamás sucede a la inversa; y no amanecemos contentos. Es así que la condición natural del hombre fue es y será la angustia (no orden, desconcierto, descontento). Y así como una habitación se va desordenando a causa de su misma existencia el hombre entristecerá simplemente.

Le será necesario un constante reordenamiento, una progresiva y eficaz insistencia.

Para al fin y al cabo, terminar por notar una mañana de invierno, que ordenar una habitación no es más que tapar un poco la mugre; y que con la vida, nos pasa lo mismo.

Para SofíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora