Parte XLVII: Ayuda

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Me pongo de cuclillas en el suelo a su lado

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Me pongo de cuclillas en el suelo a su lado. Voltea a verme, sus ojos están llenos de lágrimas. Se sorprende al ver mi herida de bala. Frunce los labios y entrecierra los ojos.

-Estoy bien...-dice.

-¿Bien? No se nota.

-Tan sólo fue en la pierna.

Me muestra. Creí que había sido en el estomago, ya que también está llena de sangre por ese lado.

-Fingí estar muerta...-gruñe- pero igual me disparó.

-Pour l'amour de dieu.

La ayudo a sentarse un poco, para poder acurrucarla en mis brazos. Acaricio su cabello, le doy pequeños besos.
Todo fue mi culpa.

-Perdóname, pequeña.

Sentí esa necesidad de llamarla 'pequeña', necesito protegerla, tanto como un padre a su hija. Necesito que sepa que la amo, que jamás la abandonaré.

-Me duele...mucho.

-Lo sé, lo sé. Buscaré ayuda.

Entonces, todo parece por arte de magia. Se escucha la ambulancia afuera y en un dos por tres, llegan hombres con una camilla en sus manos.
Les hago una seña para que se acerquen. Lo hacen rápidamente, y con cuidado ponen a Grace sobre una camilla.

-¿Se la llevarán? -les pregunto.

-Si es necesario -responde un hombre de tez negra.

Da la vuelta, para seguir ayudando a los otros. Se alejan con ella en la camilla. Voy detrás de ellos.
Maldición, si se llevan a Grace al hospital tendré que avisar a James, me matará ahí mismo, me alegra que sea en un hospital, quizás tendré la oportunidad de seguir viviendo.

Me toco el brazo, vuelvo a sentir el dolor otra vez. Me pregunto si la bala sigue ahí. Observo mi mano, ésta se encuentra llena de sangre. Me limpio restregándola en mi camisa. ¿Qué más da otra mancha de sangre? no se nota la diferencia. Mis pantalones también están completamente manchados.

-Adam -me detiene la voz de John.

-¿Qué? -respondo de mala gana.

-¿Te das cuenta?

-No tengo tiempo, John. Ella está en la ambulancia, debo estar ahí.

-De eso es de lo que te estoy hablando. ¿No te das cuenta del daño que le haces?

-No sé a qué te refieres.

-¡Mira, Adam! Casi la matan por tu culpa. Le estás haciendo daño, y ella te hace daño a ti.

-Eso...-bufo- eso no es cierto. No perderé más el tiempo.

Sin decirle una sola palabra más, me doy media vuelta y sigo mi camino.
¿En verdad le estoy haciendo daño? Sí, lo estoy haciendo, pero no tengo la fuerza suficiente para estar lejos de ella.

Negocios Miserables {Adam Driver}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora