Capítulo 34-Comenzó la pesadilla.

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--¿Mamá?.--Maria los interceptaba en las escaleras con una toalla y en traje de baño, seguramente iría a la alberga.--¿están bien?

Cristina suspiro mientras se giraba con Federico hacía ella.

--Si mi vida, tu papá quiere descansar un poco.--Le decía disimulando la ansiedad del momento.

Maria Frunció el ceño sin comprender.

--Pero si acaban de salir porque estaba cansado de estar en la cama. ¿Papá te sientes bien?.--Preguntaba con preocupación.

Federico sonrió porqué precisamente no iba a descansar, si no todo lo contrario, y si estaba cansado de tanto reposo pero si en la cama estaba incluida su mujer, entonces no había problema alguno en seguir descansado.

--Mas que nunca preciosa, no te preocupes.

--¿De verdad?.--Los examinaba a los dos queriendo asegurarse de que no le mentían.

--Si hija de verdad todo esta bien--le sonrió cálidamente-- pero ya andale ve a nadar, recuerda que tenemos que salir mas tarde.--le recordó, llevaba algunos días planteándolo y ya se había decidido, era algo que la estaba agobiando y emocionando a la vez, pero consultarlo con Federico sería...precipitar las cosas y primeramente quería estar segura ella misma, así que Maria la acompañaría, Federico se quedaría con la muchacha que había contratado como ama de llaves, ya que la otra muchacha había pedido permiso para ese día por problemas personales.

--Si Mamá, bueno entonces nos vemos, me voy a nadar.

--A donde van.--Demandaba saber Federico mientras era guiado con delicadeza por Cristina, subían las escaleras hacía la planta alta.

--Vamos por algunas cosas antes de irnos, quiero llevar recuerdos de este lugar.

--¿Te ha gustado?

--Si...este lugar es precioso, la casa, la ciudad, todo.--Concluyó mientras se dirigían hacia la puerta de la habitación que compartían.

Cristina lo condujo hasta la recamara y una vez dentro le puso el cerrojo "por si acaso" los interrumpían, Federico esperaba pacientemente a Cristina, ya comenzaba a desesperarse, no veía la hora de fundirse en ella, que no pudiera ver no le impedía desearla, añorar tocarla y saciarse de sus labios, todo lo contrario; la deseaba aún mas, ya antes había visto a Cristina siendo su mujer en toda la extensión de la palabra mas de una vez.

Cristina a paso decidido se acercó a él y lo beso con ardor, queriendo perderse en su boca para siempre, Federico la rodeo por la cintura pegándola aún mas a él, la quería muy cerca, tanto como fuera posible.

--Aún te debo un paseo.--Susurro contra sus labios...

--Lo cierto es que tengo tantas ganas de ti que es lo que menos me importa en este momento.--Murmuró con la voz ronca a causa de la pasión.

Cristina jadeo al sentir su excitación rozar con ella, cerro los ojos sintiéndose como nunca antes, era una sensación de plenitud que aún no estaba concretada.

--Te amo.

Federico no respondió, pero le contesto en silencio con un sonoro beso que la dejo sin aliento.

--Tienes mucha ropa.--Dijo acariciándola de un lado al otro como si toda ella le perteneciera, y Así lo creía, era suya, suya y de nadie mas. Buscó su espalda bajo la prenda y sus manos se fueron directo al broche del sostén, Cristina sonrió extasiada cuando este callo al piso.

--Siempre lo has hecho sin problema alguno...--Suspiraba con una media sonrisa, es que sentir las caricias tan...matadoras que le regalaba su marido era algo increíble.

¿Porque Debo Quedarme?Where stories live. Discover now