Alcor ζ [GOT7]

9. us

Ahí estaba otra vez, frente a su chat abierto procesando tantas formas diferentes de iniciar una conversación sin parecer extraño. O incómodo. Un hola bastaría, un cómo estás sería buen acompañante, sin embargo no encontraba el coraje suficiente para poder hablarle una vez más.

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Pairing: MarkSon
Género: -

divagueo parte III

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Jackson se siente extraño, y es extraño que él se sienta extraño. Sobre todo cuando su personalidad no encaja con la palabra "timidez", un adjetivo poco frecuente en su vida. Sin pensarlo mucho más bloquea su teléfono y se acuesta abrumado en su cama luego de luchar quince minutos en si debía hablarle o no de nuevo. En si debía o no volver a tener contacto con Mark. Entonces vuelven las preguntas, porque Jackson no está seguro si queda algún recuerdo de él en Mark, si todavía sonríe al escuchar su nombre, si queda una gota de afecto nostálgico. No está seguro de nada, realmente. Ha pasado mucho tiempo desde que no hablan, incluso desde que no se ven, y sería completamente normal si Mark no lo recordara ya que por lo general uno olvida cosas no importantes. Pero Jackson sí lo recuerda, demasiado bien quizá y espera que también al revés. No quiere averiguarlo. Y sí quiere, al mismo tiempo.

Ahí está el problema.

Él nunca había sido tan inseguro, así de indeciso y vulnerable con sus sentimientos, y eso le molesta. No había visto a Mark desde el colegio y no había vuelto a hablar con él. Entonces, ¿por qué le es tan difícil hablarle si es prácticamente un extraño?

Jackson recuerda a Mark un poco demasiado.

Han creado muchos recuerdos, muchos momentos divertidos, siendo cómplices, anecdotas de adolescentes. Con quince años es fácil encontrar y catalogar a alguien como tu amigo, como tu hermano, como esa persona que jamás te fallará. Mark no lo hizo, por supuesto, no le falló. Siempre atento pero un poco silencioso, preocupado por todas esas veces que Jackson regresaba tarde a casa luego de cada práctica deportiva debido a que tendía a dormirse de regreso. Él le dedicaba una sonrisa desde la multitud cuando el equipo ganaba un partido de campeonato, coreaba su nombre junto a sus amigos y le abrazaba felicitándole por su esfuerzo. Siempre estuvo ahí. Y Jackson siempre estuvo para él, terminando por querer pasar todas las horas del día juntos, hasta en vacaciones.

Fue duro para Jackson aceptar que Mark le gustaba. Y lo fue más cuando Mark le contó que volvería a América.

No sabe por qué motivo pero no volvieron a hablarse. Jackson desconocía si Mark había vuelto a Corea o si al menos seguía vivo. Hasta que un día gracias a las benditas redes sociales le encontró.

Vuelve a tomar el teléfono y chequea la sección de noticias no muy entretenido con las imágenes que se suponen deben ser graciosas. Se desplaza más abajo y encuentra una foto real, de alguien real, en un lugar real conocido por él. La foto es de Mark.

Ahora que lo piensa mientras observa la foto con detenimiento, podría haberle dicho lo que sentía años atrás. De todas formas Mark se iba a ir lejos. No tenía nada qué perder. Le hubiera encantado decirle cuánto le gustaba verle sonreir, escucharle hablar, recibir sus abrazos, sentir su fragancia, atraparlo mirándole desde el otro extremo del salón y reírse en silencio, sentir los pequeños roces de piel en sus manos, en su cuello, en sus hombros descubiertos... Mark era tan cariñoso con él.

Convencido (otra vez) abre su chat y se estanca una vez sus dedos se posicionan para escribir.

Eso es lo que le verdaderamente le molesta. Que no importa cuánto tiempo ha pasado, con Mark ahí del otro lado Jackson vuelve a sentirse como un adolescente.

Se cuestiona si Mark le ha dejado de gustar en algún momento.
Y la respuesta es amarga.

Su teléfono enciende la pantalla en clara señal de notificación.
Un mensaje.

Mark Tuan:
Hola

El estómago de Jackson se sacude bruscamente. Otro mensaje llega.

Mark Tuan:
¿Cómo has estado?

Con la emoción atravesando su sistema abre el chat completo y lee los últimos mensajes que llegan uno detrás de otro.

Mark Tuan:
Te he echado de menos
¿Recuerdas quién soy?

Por supuesto.
Al menos una de las tantas preguntas de Jackson fue resuelta esa noche. Todas las demás las consiguió por la madrugada.