Capítulo 16

488K 32.9K 9.1K
                                    

🦋

🦋

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


T E S S A N D R A

A las cuatro de la tarde Dan me está esperando afuera de mi edificio. Vamos hacia la biblioteca tomados de la mano, su pulgar acaricia mi mano durante todo el trayecto. Le pedimos a Ross las actividades del día, la bibliotecaria se me queda mirando como si fuera una lunática, entiendo su desconcierto ya que fue testigo de mi odio irracional hacia el Danniel Adams, seguro piensa que es parte de un plan para acuchillar al chico o que vi su billetera.

Y no es la única, hay muchas miradas que nos siguen cada vez que estamos juntos. No sostengo su mano por algún plan macabro ni porque me guste la buena vida, si ni siquiera sé qué significa eso, dejo que lo haga por las sensaciones agradables que me invaden cuando me toca. Me hace pensar que quizá no todo es tan malo, que tal vez un rayo de luz pueda calentar mi hielo.

Ross nos manda a lados opuestos, internamente se lo agradezco porque comienzo a hacerme adicta a esa sensación.

Mientras acomodo los libros del carrito en el librero, alguien se coloca a mis espaldas, sonrío y me hundo en sus brazos. Su aliento en mi oreja me hace cosquillas, parece que le gusta mi reacción cuando me pego más a él.

—Te quiero llevar a un sitio —susurra en mi oído.

—¿A dónde? —pregunto en voz baja, apoyando mi cabeza en su hombro.

—Es una sorpresa.

Me suelta y se escabulle, asegurándose de que Ross no descubra su escape para venir a verme. Muerdo mi labio con diversión y regreso a mi tarea.

Más tarde deposita un besito en la comisura de mis labios antes de cerrar la puerta de su camioneta, asciende del lado del piloto. El motor ruge y el sonido de guitarras eléctricas llena el ambiente.

Veinte minutos después Dan detiene el auto frente a un edificio de departamentos. Él respira profundo y me da una mirada de soslayo. Me parece dulce ver que traga saliva con nerviosismo, el cual esconde en un parpadeo.

—Llegamos.

—¿Dónde se supone que estamos?

—No seas tan ansiosa.

El edificio es muy bonito, no me puedo imaginar cuántos pisos tiene, es todo gris con detalles plateados, largas jardineras se extienden en los lados. Subimos muchos escalones, un hombre con uniforme saluda a Dan con un asentimiento y nos abre la puerta. Creo que entraremos a una recepción, pero no hay más que un pasillo y un elevador.

Él se pone frente a mí, acomoda un mechón de mi cabello y acaricia mi mejilla con sus nudillos. Ese simple toque me electrifica, no puedo evitar cerrar los ojos e inclinar mi cabeza. Al abrirlos me encuentro con una sonrisa dulce, el silencio entre los dos me sofoca, y no porque sea malo, sino por lo mucho que nos decimos sin hablar.

Gardenia © ✔️ (TG #1) [EN LIBRERÍAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora