Cómo sobrevivir a Sehun y no morir en el intento » hunhan.

1: Cómo sobrevivir a sus palabras.

3 meses atrás

La sonrisa de Sehun era todo menos verdadera.

Su ceño estaba fruncido y, más que sonrisa, estaba haciendo una mueca mientras veía a su pequeño novio ser abrazados por todos sus compañeros, algunos osados incluso besando sus sonrojadas mejillas.

Las cosas no estaban yendo bien, hace varias semanas que no se veían debido a los exámenes del mayor, por lo que su único medio de comunicación era a través de mensajes de texto que eran tardíamente respondidos.

Luhan actuaba distante desde el día que conoció a la nueva amiga de Sehun, Nayun, con quien hacía la mayoría de los trabajos en grupo y Sehun era cortante desde que se enteró que el menor había tenido ataques de sociabilidad y salía con sus compañeros de curso sin decirle nada al respecto.

Ninguno era consciente de ello, pero la chispa iba lentamente apagándose.

El mayor pensaba que ir a la graduación de Luhan sería la oportunidad perfecta para hablar y solucionar sus problemas, pero ahora veía lo equivocado que estaba. Por su lado, el menor se sentía en una nube, riendo junto a compañeros que quizás nunca más volvería a ver después de aquel día.

Volteó la cabeza para mirar hacia donde se encontraba su amargado novio, notándolo todavía con el ceño fruncido y esa mueca tan desagradable en los labios. No pudo contener el suspiro y la opresión en su corazón al darse cuenta de que, incluso si se encontraban en el momento más importante de su vida, no era compartido por la persona más importante en ella.

De ánimos caídos se despidió de sus compañeros y se dirigió hasta donde Sehun lo estaba esperando. Intentó sonreír como siempre lo hacía, pero aquello sólo pareció irritar aún más al otro.

―Senpai~.

― ¿Terminaste con tus amiguitos?

― ¿Vendrás a festejar conmigo a casa? ―ignoró la mordaz pregunta, implorando que su expresión no evidenciara la tristeza que estaba sintiendo.

―Lo siento, pero tengo que juntarme con Nayun para terminar un baile.

El corazón de Luhan se detuvo por breves segundos.

― Uh, ¿No pueden terminarlo mañana u otro día?

Su pregunta fue inocente, pero Sehun, que ya se encontraba de un pésimo humor, terminó por enfurecerse sin razón alguna.

―No, Luhan, no puede ser otro día. ¡No tengo todo el maldito tiempo del mundo como tú!

Siendo Sehun, tarde se dio cuenta de lo que había dicho al ver cómo pequeñas lágrimas descendían por las mejillas del menor. Toda señal de enojo desapareció y su pecho dolió al ver lo que había provocado.

―Luhan, yo-

―No quiero más de esto ―musitó con la voz entrecortada, limpiándose inútilmente las lágrimas que caían y que eran seguidas por muchas más―. No entiendo qué pasó con nosotros.

―Luhan...

―Ya no me llamas "bebé", ni siquiera "Lu". Ya no vas a casa, ya no contestas mis llamadas ni mensajes ―sollozó, hipando un poco en el proceso―. Y cuando nos vemos siempre terminamos discutiendo por algo, me sueltas palabras que me lastiman y te disculpas después para hacer como si nada hubiese pasado, dejándome con todo este dolor acumulándose.

Sehun bajó la mirada, sintiéndose como la mierda.

―Estoy cansado de adivinar cuál será tu estado de ánimo o cual será el día en el que finalmente me digas que ya no me quieres ―lentamente Luhan alcanzó la mano del pelinegro, este percatándose del temblor de la contraria―. Ya no quiero seguir con esto, hyung, lo mejor será que nos tomemos un tiempo.

Sehun tuvo el impulso de abrazar al pequeño, de estrecharlo con fuerza y decirle que, pese a todo, lo amaba como nunca había amado antes y que aquello era sólo un altibajo de su relación. Sin embargo, lo pensó demasiado y Luhan soltó su mano con una sonrisa triste, dándose la media vuelta y caminando lejos de él.

Entonces supo que debía aclarar sus ideas pronto, porque ver a su extraño chico alejarse de él fue la imagen más dolorosa del mundo.