AMOR EN TIEMPO DE GUERRA

1.- Prefacio

Dentro de uno de los barrios mas ricos de Varsovia, vive una familia Judía, la familia Fuster, respetados joyeros de la zona, era una casa enorme llena de habitación, tal vez demasiado grande para los pocos miembros de la familia el padre Abraham Fuster, quien se encargaba de los negocios de la familia, la dueña y señora de la casa Sara  y su único hijo Joel, quien fue casado con otra joven de su misma posición social y religión con sus mellizos de tan solo dos años de edad, mientras Joel tomaba riendas del negocio familiar, su esposa y madre disfrutaban de una buena vida social.

Pero había otro mundo dentro de esa gran mansión el equipo de servidumbre, las personas que se encargaban de mantener el orden toda esa enorme casa,  el equipo de servicio en su mayoría eran Judíos al igual que los dueños pero también había unas cuantas jóvenes Alemanas entre ellas Jennell Cort, una joven de hermosos ojos verdes, Jennell recientemente había enviudado dejando a la joven desprotegida con una pequeña de tan solo 1 año de edad, esta situación y claro el hecho de que no tenía a nadie más en el mundo la llevó a trabajar de sirvienta para esa familia.

El esposo de Jannell murió de tuberculosis, dejando a su bella esposa y niña desprotejidas, la niña a había heredado el cabello rubio y rizado de su madre y su hermosa piel tan blanca como la leche, pero tenía los ojos cafes de sus padre, ojos de color oscuro pero demasiado expresivos para una niña, si la mirabas fijamente logras ver que emociones tenía, el trato que recibían dentro de la casa no era justo ni digno pero era trabajo y ella sabía que si quería mantener a su hija necesitaba ese trabajo, lo que la joven madre desconocía es que Joel se fijó en ella desde que pisó la casa buscando trabajo, él era joven de tez un poco morena, cabello corto y ojos color café, de cuerpo delgado, pero ella no lo notaba debido a que solo pensaba en su pequeña. 

Sin embargo su esposa y suegra si se dieron cuenta de esta terrible situación, para su madre ella no era más que una criada sin importancia y su esposa una joven de cabello negro, largo y con una cara linda era un peligro inminente, pues no permitiría que nadie le robara a su marido y mucho menos su estatus social, pero no había motivos para dejar a Jannell sin trabajo, pues muy a pesar de que Irma la esposa de Joel se quejara de ella, la madre de él estaba contenta con el servicio y con lo buena que era al cuidado de su ropa, por el momento sabía que no podía hacer nada pero en cuanto Jannell cometiera el primer error sería echada a la calle sin ninguna contemplación.

Los meses pasaban y parecía que dentro de la casa las cosas no cambiaban para nada, a excepción de que Joel cada vez se enamoraba más de la joven madre al ver lo amorosa que esta era con su pequeña hija, había momentos donde el deseaba haberse casado por amor pero su vida era esa, había momentos donde Jannell le dedicaba una sonrisa que para ella no significaba nada pero para el era como si le iluminaran el mundo, la joven descansaba una vez por semana y aprovechaba para llevar a su pequeña al parque para que jugara, su mayor anhelo era tener una casa con un pequeño jardín en el cual su pequeña pudiera jugar y no solo encerrada en 4 paredes pues las señoras de la casa le prohibía jugar los dos niños 

Una tarde la pequeña Caroline, jugaba en el parque mientra su madre leía un libro, cuando la pelota de salió disparada y la niña la siguió, la madre al levantar la vista se percató de que su pequeña no estaba, pasaron varios minutos en los que gritaba su nombre pero nada, minutos que para ella eran eternos hasta que un joven con un hermoso ojos azules y bien arreglado traje se colocó en la vista de la joven madre con su hija en brazos, al ver que se trataba de su niña corrió hacia el joven.

- señora esta niña es suya - dijo el joven de ojos azules, pelo rubio y gallardo, con un metro ochenta y cinco de altura Jannell levantó la mirada para poder verlo 

- si muchas gracias señor, la perdí un momento de vista - Jannell se sonrojo al verlo - le agradezco mucho 

- Mami - dijo la niña, miró al joven y dijo - papi