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Es domingo por la noche, día libre. Esto normalmente se traduce a mí y a Harry aprovechando el tiempo juntos. Sin embargo, hoy parece ser la excepción a la regla general, pues ya nos hemos visto ayer en la tarde, y ciertamente prefería descansar un rato de nuestros encuentros. Por lo que si no era estar con él, también podría haber sido estar con Zayn, llamarlo, armar cualquier clase de panorama, vernos, pasar el rato. Pero tampoco pude hacerlo, por mucho que quisiera, el cantante de One Direction se encuentra en Bradford con su familia, por lo que queda completamente descartada esa opción.

Así que sencillamente estoy en mi cama, viendo una película de la diosa de Meryl Streep. Me encanta, cada película de ella es una de mis preferidas, pero eso no consigue evitar que poco a poco mis ojos se empiezan a cerrar. Estoy agotada, entre Harry y el trabajo en la cafetería, mis horas de sueño han terminado por distribuirse de la peor manera posible.

Y en eso estoy, semi-dormida, hasta que mi teléfono empieza a sonar. Me sobresalto y lo tomo. Sonrío ampliamente cuando veo el nombre de Zayn en la pantalla. Espero que sean buenas noticias, que me cuente que ya va camino de regreso a Londres.

-Hola, Zayn -saludo en cuanto contesto la llamada, intentando ocultar mi emoción-. ¿Ya te viniste?

-Hola, Ash -me responde él desde el otro lado de la línea-. Eh... No, la verdad es que todavía no.

-Oh...

-Verás... Es que creo que me quedaré acá un par de días más. Louis también ha viajado para visitar a su familia en Doncaster, así que se nos suspenderán los ensayos por un par de días -explica.

Bien por él. Bien por su familia, por sus padres, por sus hermanas. Son buenas noticias para ellos. ¿No?... ¿Y por qué no puedo evitar sentirme decepcionada?

Joder, lo extraño. Y saber que sigue lejos no me ayuda en lo absoluto. Solo lo hace aún peor. Es muy egoísta de mi parte, lo sé, y poco me importa.

-Entiendo... -digo nada más, evitando a toda costa enseñar cualquier rasgo de decepción en mi voz-. Entonces... Aprovecha todo lo que puedas, Zayn.

Quiero ser comprensiva, después de todo, solo es un chico de veintiún años que pasa sus días recorriendo el mundo, constantemente lejos de quienes más quiere. Es completamente comprensible que se entusiasme estando en su casa nuevamente.

-Hey... Seguramente me devuelva el viernes por la tarde, así que espero verte este fin de semana -añade, robándome una sonrisa incontenible.

Dios, estúpido Zayn Malik y estúpidas mariposas que alborotan mi estómago cada vez que me habla de esa forma.

-Te he extrañado bastante -lo escucho continuar, siendo esto suficiente para sentirme como un hielo derritiéndose bajo el sol.

¿Dijo que me extrañaba? Oh mierda, ¿Por qué esas palabras me suenan como a un sinónimo de paraíso?

Suelto una carcajada nerviosa. Si lo tuviera frente a mí, me lanzo sobre él.

-Yo también te extraño -confieso, sintiendo que me desnudaba como si fuese mi secreto mejor guardado en esta vida.

Mucha gente tiene esa particularidad de ser muy expresiva con quienes quiere. Y bueno... Yo no soy así. En lo absoluto. Es más, disto infinitamente de serlo. Muy por el contrario, me cuesta, me cuesta verbalizar mis sentimientos, entregarme a alguien, y por tanto me cuesta admitir que necesito a alguien tanto como para extrañarlo. Pero... Tratándose de Zayn, las cosas se facilitan un poco, algo en él me da esa confianza para poder decírselo, y para creer sus propias palabras. Y aunque me encantaría decirle que quiero verlo; que pase esa maldita semana rápido para volver a tenerlo aquí conmigo en Londres... No puedo. Sería demasiado extremo. Con un simple "te extraño" ya es suficiente.