Revólver

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Llovía sobre Detroit, las calles estaban casi vacías. Había uno que otro androide caminando por allí, la paz caía en forma de agua que bañaba la ciudad. Luego de la revolución de los androides las cosas eran pacíficas por la superficie, pero debajo de la fachada triunfadora que mostraba Markus, todos sabían de los conflictos que estaban debajo de todo el lodo que había en Detroit. Habían pasado recién dos meses de la revolución. El ambiente era tenso, aún no existían leyes que protegieran a los androides, cualquier caso que los involucrara quedaba al criterio de quien los analizara.

El sonido de un auto sacó de sus pensamientos a Hank, quien esperaba que diera la luz verde en un semáforo. Al ver la luz verde, aceleró en su auto hasta llegar a su casa. Allí le esperaba Sumo, quien un poco cansado, movió la cola en forma de saludo para luego acostarse en el suelo. El hogar de Hank estaba desordenado, ya era de noche por lo que encendió la luz de la cocina para encontrarse en la mesa el whisky que aún no terminaba.

Se acomodó un poco más dejando su chaqueta en el sofá y sacando su pistola del cinturón depositándola encima de la chaqueta. De uno de los estantes de la cocina sacó su revólver que dejó lentamente en la mesa junto al vaso de whisky. Suspiró pesado y antes de sentarse frente a la mesa, puso en su anticuado reproductor un vinilo de jazz. Luego de haberse acomodado y tener en una mano el vaso y en la otra la pistola se dispuso a hacer su rutina de todos los días. Sacó las balas de su arma dejando una sola y giró el tambor de esta, cerrándolo de manera aleatoria. 

Tragó otro sorbo de su whisky, esta vez acabó con el vaso.

Tenía el revólver en su sien , colocó el dedo en el gatillo.

Estrepitosamente la puerta principal fue golpeada, Sumo comenzó a ladrar. Hank dejó el revólver en la mesa y se levantó sin ánimos de su silla. "Quién mierda toca a esta hora", pensó Hank.

-Teniente, soy yo, Connor. -Se escuchó desde afuera, la voz del androide era acompañada de lluvia y viento. Anderson volvió a suspirar al oír la voz de su compañero. Desde hace un tiempo, desde la revolución para ser exactos, ha estado suspirando de forma recurrente.

Al abrir la puerta se encontró con un empapado Connor, las ráfagas de viento entraron a la casa sacando a Hank de sus pensamientos mientras miraba al muchacho.

-¿Qué diablos haces aquí? Pasa. -El androide entró a la casa dejando un camino de agua detrás suyo. Su ropa estaba mojada, su cabello igual. 

-Tenemos un caso de asesinato Teniente Anderson. -El androide se sacudió la ropa antes de entrar. Hank había desaparecido de la vista de Connor por lo que éste último aprovechó de pasear por la casa. Primero saludó a Sumo y luego bajó un poco el volumen al tocadiscos. Se dio una vuelta por la cocina, miró la mesa percatándose del whisky junto al revólver. Su LED se tornó amarillo, Connor sabía muy bien que whisky más revólver no eran una buena combinación. Iba a tomar el arma pero Hank irrumpió en la cocina, traía con él una toalla. Connor se dio media vuelta para quedar frente a frente con el teniente. Connor tomó la toalla y secó su rostro, ambos se miraron, ambos sabían lo consiente que estaba el otro acerca del revólver pero ninguno de los dos dijo algo.

-Dijiste algo sobre un caso, ¿qué pasó? -Anderson pasó por el lado del androide dándole la espalda y tomando el arma de la mesa. Lo escondió en un cajón de la cocina antes que su compañero se diera vuelta.

-Es otro caso en el Club Edén, es el tercero de este mes. CyberLife contactó al Capitán Fowler para que fuéramos a investigar. -Dejó la toalla sobre una silla, aún tenía su ropa mojada pero no le importaba. Acortó más la distancia entre Hank y él, quería saber si el whisky que tomó le había afectado.

-Maldición, yo recién me había acomodado. -Hank iba a salir de la habitación pero Connor lo retuvo tomándole del brazo.- ¿Qué mierda quieres, Connor?

Con agilidad y delicadeza, Connor jaló la mandíbula inferior de su compañero haciendo que la boca de éste se abriera, introdujo dos dedos en la cavidad bucal de Hank haciendo que tosiera, pasó lentamente su dedo índice y medio por la lengua. Al sacar sus dedos de la boca ajena, los lamió para analizar la saliva, arrojó que el nivel de alcohol en la sangre era inferior a 0.3 gramos por litro, por lo que estaba apto para salir pero no había ingerido comida suficiente para estar despierto en la noche. El teniente tosió un poco tapándose la boca, sintió demasiado el tacto con los dedos ajenos, suaves y delicados. Sus mejillas se tornaron rojas por haber tosido, o por el alcohol, o por aquel sorpresivo análisis de su compañero. 

-¿¡Qué carajo crees que estás haciendo Connor!? -Hank se soltó del agarre del androide de manera brusca lo que hizo que Sumo se asustara, levantando su cabeza del suelo. Connor ladeó su cabeza hacia un lado, incapaz de comprender el enojo del Teniente.

-Me aseguro que esté en condiciones de salir a terreno, antes de irnos, debería consumir algún alimento que le aporte calorías.

-¡No vuelvas a meter tus dedos en mi boca, me oíste! -Connor tenía su LED en amarillo, se demoró unos segundos en contestarle a Hank, simplemente asintió. El teniente se dirigió al sofá, tomó su chaqueta y se la colocó, arregló su arma en su cinturón y tomó las llaves de su antiguo auto.- Qué pasa, ¿no te vas a mover? -Hank volteó para hacerle un gesto con la mano a Connor

-Voy de inmediato Teniente.

La lluvia se había apaciguado un poco, eran las 22:54 cuando llegaron al Club Edén.

Razones para vivir [Detroit: Become Human] (Hank x Connor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora