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I'll go for you.

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James miraba a través de la ventana del tren, las clases habían terminado y el azabache no podía dejar de pensar en los horribles dolores de cabeza que le habían traído los TIMO, al menos eso era lo que le decía a sus primos y hermanos, pero todos sabían que se ponía así porque no volvería a ver a cierta pelirroja.

Hugo y Roxanne, quienes habían decidido acompañarlo se miraron entre ambos, antes de salir de la estación lo habían molestado con todo lo que estaba pasando, pero ahora solo estaban en silencio observando su comportamiento. Desde que Isabelle dijo que se iría o más bien, que volvería a Estados Unidos, este se había comportado de manera distinta, había dejado de hablar con la chica Bennett, quizá la actitud más extraña fue la falta de bromas, que habían dejado a una Minerva con los nervios de punta por saber que locura cometería James por la broma de fin de año, más se sorprendió cuando esta no llegó.

Por supuesto que la noticia de la partida de la pelirroja no solo había afectado a James, si no que a ella mismo también le había afectado; claro que esto lo aludía a la muerte de su padre, mientras que Amber Lewis quien se había encargado de quedarse con Isabelle hasta que ella estuviera en Salem, no podía sentirse más desdichada al ver a ambos comportarse así.

Isabelle por su parte miraba a través de la ventana, su mano acariciaba rítmicamente el pelaje de Demian, estaba feliz por regresar a Salem, aquello era lo que siempre había querido desde que llego a Hogwarts, pero ahora mientras el tren avanzaba no podía evitar sentir una presión en el pecho, por más que quisiera estar donde siempre perteneció no podía dejar de pensar que ahora no quería irse, aunque no pareciera, se había encariñado con aquel soso colegio del que tanto se quejó. Tomó una bocanada de aire y cerró los ojos e intento dormir al menos un poco pero entonces el bullicio de afuera comenzó a molestarla, abrió los ojos, con cuidado tomó al felino entre sus brazos y caminó hacia la puerta del compartimiento, la abrió y lo primero que observó fue un cerdito volando, más bien levitando.

Isabelle sabía que cosas como estas no debían sorprenderla, pero lo hizo, siguió con su mirada al animal hasta que este desapareció por un compartimiento, con el ceño fruncido y aun sorprendida volvió a entrar y se acomodó esperando así llegar a la estación.

Una vez ahí espero a sus hermanos junto a Amber, aquella mujer le resultaba totalmente interesante a la pelirroja y esa era la razón por la que le invadía de preguntas, pasaron unos segundos hasta que sus hermanos aparecieron, la chica caminó hacia su hermano menor y sonrió, dejo la pequeña cajita donde tenía Demian sobre una de sus maletas y volvió a su carrito, el felino amaba más a su hermano que a la misma Isabelle, al menos así lo veía ella. Con sus carritos intentaron caminar a través de las personas, pero entonces el mismo cerdito volvió a pasar frente a ella, sonrió cuando escucho el grito de uno de los alumnos insultando a nada más y nada menos que James Potter por hacer eso con su mascota. La pelirroja se detuvo y tomó al animal entre sus brazos.

— Prometiste salir conmigo cuando los cerdos vuelen. —dijo una voz a sus espaldas, se dio la vuelta y observó los ojos cafés de James.

— Hiciste trampa.

— Jamás dijiste que debía volar por su propia cuenta. —sonrió y volvió a escuchar el grito— ¿Me permites? —preguntó señalando al cerdo, esta asintió y el pobre animal volvió a estar por los aires hasta llegar a su dueño, un chico de Hufflepuff, quien miraba al azabache con ganas de golpearlo.

— Eres consciente de que me iré, ¿cierto?

— Eres consciente de que esperare por ti, ¿cierto? —ella sonrió.

— ¿Y qué pasa si tardo años en volver?

— Seguiré esperando.

— ¿Y si no vuelvo? —preguntó alzando una ceja.

— Iré por ti.

Isabelle sonrió y asintió con la cabeza, escuchó el llamado de su madre a lo lejos y la presión en su pecho que había desaparecido por unos minutos volvió, miró a James y acarició la mejilla de este, acto que provoco que cerrara los ojos por un momento, ambos se quedaron así hasta que él se lanzó a ella para envolverla con sus brazos, como si no quisiera dejarla ir y es que eso era cierto, James no quería dejar ir a la pelirroja que todo el año había causado un gran descontrol en él. Ambos separaron y este sintió como una parte de él se iba con ella.

— Cuídate rojita.

— Tu también, Jimmy. —sonrió y caminó lejos de James, pero a medio camino se detuvo y se dio la vuelta para volver a abrazar al azabache quien gustoso recibió a la chica entre su brazo— James...

— Lo sé... —ella se separó y sintió el picor en sus ojos, le dio una pequeña sonría que parecía una mueca y se fue de ahí no sin antes decir un pequeño adiós al azabache que cada vez sentía su corazón rompiéndose a cada paso que ella daba lejos de él.

Soltó un suspiro y caminó hacia su familia quienes habían observado todo el tiempo la escena, muy en el fondo el azabache prefería verla lejos y segura que en Reino Unido donde su vida corría riesgo, desvió la mirada de su hermana y vio como Isabelle era abrazada por su madre antes de desaparecer junto a su maestra. James dejó de mirar a la familia Bennett y caminó detrás de su familia con una pequeña sonrisa al escuchar a sus primos hacer bromas.

Lo que nadie se había percatado era que alguien más los había observado desde lejos, sus ojos habían escaneado a ambos muchachos con una sonrisa macabra en su rostro y ahora no podía dejar de mirar a James con la misma sonrisa mientras pensaba en una sola cosa.

— Al maestro le gustara saber esto. 






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End of first act.

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Anchor ➳ James Sirius PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora