4: Lana Clayton, haré que saques tu maldita cabeza de ese libro

148 18 2
                                    



Lana Clayton, haré que saques tu maldita cabeza de ese libro.


La súbita afirmación del chico con tatuajes y sonrisa de idiota egocéntrico hizo que Lana bajara la guardia por unos segundos, procesando lo que había escuchado.  Sí, lo había escuchado decir que quería conocerla. No había sido una alucinación. 


"No te conozco, pero quiero hacerlo."


La frase se repitió dos veces más antes de que su rostro mostrara una absoluta mueca de disgusto. Miró a su interlocutor, que la observaba con una sonrisa felina. ¿De dónde había salido ese chico? ¿Por qué quería conocerla a ella? 


- ¿Sorprendida, ratoncita? - Se mostraba tan seguro de sí, y era algo que no paraba de irritarle. ¿Qué se pensaba? 


- No, para nada. En realidad procesaba en qué parte de cuerpo darte un puñetazo por tal idiotez y descaro. - El chico alzó una ceja.


- Oye, tienes que pararle a tu violencia, eh. Que una ratoncita se enoje tanto no debe ser bueno para la salud, aún más con tu mirada de psicópata en potencia. - Su comentario hizo que Lana gruñera con molestia y se decidiera al fin por dar la vuelta e irse, no sin antes soltar;


- No seguiré perdiendo mi tiempo escuchando tus estupideces. 


Se dio la vuelta y comenzó a caminar. El chico de tatuajes le llamó entre carcajadas. 


- ¡Ratoncita, no te vayas! - Una nueva risa salió de él, parecía que Lana le causara mucha gracia. - ¡Ratoncita! - Pero Lana ni se inmutaba, siguió su camino y cuando se detuvo a recoger su bolso del césped, justo donde lo había dejado, debajo del árbol, escuchó pasos apresurados acercándose por detrás. Cuando se volteó su sorpresa fue grande al ver como el chico de tatuajes había escalado la reja y ahora venía caminando a velocidad en su dirección. Lana se quedó inmóvil, incapaz de entender qué tornillo se le había zafado a ese chico. ¿Cuál era el afán de hostigarla si al final sólo se burlaba de ella? 


Harta, agotada y con muchas emociones encima que había acumulado de la noche anterior, se plantó con firmeza frente a él. El chico ya se encontraba delante de ella, medio agitado por la caminata apresurada. Sin dejarlo decir nada, habló firme. 


- Por favor, no te conozco y yo, personalmente, no quiero conocerte. Así que déjame en paz y sigue tu camino. - Se dio la vuelta de nuevo y tomó su bolso,  colgándolo en su hombro. - Y te recomiendo salir de aquí, porque más o menos en unos tres minutos vendrán a sacarte. 


Lana mordió su mejilla en busca de algo de sosiego, ya que sentía el impulso de agregar algo, pero no sabía que era, así que echó a un lado ese sentir y siguió su camino dentro de la institución, abriendo su libro justo en la parte donde había quedado, continuando su lectura como si nada hubiera ocurrido. 


Por su parte, el misterioso chico de tatuajes y sonrisa burlona, no pudo más que verla alejándose, pero eso no evitó que soltara para sí mismo una más de sus afirmaciones llenas de seguridad, una más que estaba decidido a cumplir. 


- Lana Clayton, haré que saques tu maldita cabeza de ese libro. 



(N/A): Hola a todos uwu espero que estén bien y que les haya gustado el capítulo, lo escribo con mucho amor, para que les llegue mi amor xdxd <3 

Les dejo una preguntita aquí a ver si están conectados conmigo :3

¿Por qué el chico de tatuajes le llama "ratoncita" a Lana? ¿A qué hace referencia ese apodo? 


Muchos besos uwu hasta la próxima

La Chica con El Libro de Agatha ChristieМесто, где живут истории. Откройте их для себя