Capítulo 05 | Buenas noches

262K 17.5K 3.6K
                                    


Conduje con la música a todo volumen a uno de mis restaurantes favoritos: una famosa pizzería en el centro de Nashville

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Conduje con la música a todo volumen a uno de mis restaurantes favoritos: una famosa pizzería en el centro de Nashville. David y yo solíamos ir a menudo a comer papas a la francesa con queso derretido y kétchup. Siempre me embarraba de queso las mejillas, mientras yo le gritaba enfurecida que parara y que, si manchaba mi cabello, sufriría las consecuencias.

Lanzando un suspiro profundo me dejé caer en una silla, esperé mirando un punto fijo en la mesa que la mesera me pidiera la orden. Una joven con pantalón negro y blusa roja tomó mi pedido. El aire acondicionado refrescó mi cuerpo, quizá caliente por la rabia que aún seguía conteniendo. Recuerdo que pedí lo mismo de siempre: una rebanada de pizza, soda y papas.

Me permití un segundo de dolor, todos alguna vez lo habíamos necesitado, un minuto en soledad para descargar bombas internas. Una, dos lágrimas comenzaron a caer. Me guardé los sollozos porque no quería llamar la atención, ya era suficientemente patético refugiarse en un restaurante de comida rápida para llorar.

No supe cuánto tiempo transcurrió, estaba sumergida en la mudez, pero de pronto sentí que alguien se sentó frente a mí. Cuando levanté la vista mi mandíbula se desencajó, ¿qué demonios? ¿Ya estaba alucinando?

—Hola, Carlene. —Richard me saludó sonriendo. Lucía igual de apuesto que hacía años con su cabello rubio, sus ojos azules y su aspecto de chico malo—. Te vi aquí, pensé que estaba bien venir a saludar.

—¡Richard! ¿Cómo has estado? —Limpié las evidencias de que había llorado y lo miré, fui transportada años atrás.

Richard Palace fue mi primer novio, lo conocí una noche en un concierto, él tocaba la batería en una banda de rock. Empezamos a salir y nos dimos cuenta de que nos gustaban las mismas cosas y teníamos los mismos intereses, la verdad es que Rich fue un respiro en medio de mis sentimientos por Dave, como agua calmando al fuego. También estaba la otra parte de él que me había lastimado, esa que me exigía que dejara a mi mejor amigo y que le demostrara mi amor en la parte trasera de un coche, al final me decepcionó. Ya no me dolía tenerlo alrededor.

—Bien, ¿y tú, Carlybu? —¿Por qué me llamaba así después de tanto tiempo? Me puse en guardia. En ocasiones Ian pronunciaba el mote para molestar, sobre todo a Dave, quien se ponía de malhumor al escuchar esa palabra.

—Bien. —Respiré para tranquilizarme, por alguna extraña razón su presencia me incomodaba. Cuando terminamos la relación no lo hicimos de la manera correcta, jamás nos volvimos a ver, aunque muchas veces había intentado contactar conmigo.

Nos quedamos callados, era extraño charlar después de tanto tiempo.

—¿Sigues viviendo con tus padres?

—No, me mudé —contesté.

—¿Tu número sigue siendo el mismo? —Afirmé con un sonido—. El mío también, eh... ¿estás viviendo con Dave?

Luz de luciérnaga © (WTC #1) [EN LIBRERÍAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora