18. Trato

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Aslan cogió una de mis manos y el contacto con la suya se sintió tan extraño como placentero.

Como un tsunami llevándose todo a su paso, como una corriente de electricidad invadiendo centímetro a centímetro mi anatomía, como una verdadera explosión, como fuegos artificiales dentro de mi estómago.

Acercó mi mano hasta sus labios que acababa de humedecer y luego éstos entraron en contacto con mis dedos, en una sensación cálida y hasta torturadora. Sus ojos miel y oliva nunca dejaron de ver los míos, provocando una estampida de emociones desde mis pies hasta el último de mis cabellos.

Mis labios se entreabrieron para poder coger aire, pero sabía que nada podía calmar los latidos furiosos y poderosos de mi corazón.

Bajó mi mano hasta depositarla en la barra con extremo cuidado, al mismo tiempo que ladeaba una pequeña sonrisa y sus ojos destellaban un brillo que no había visto antes.

—Adiós, Invierno.

Con solo decir eso, se dio vuelta, guardó las manos en sus bolsillos y se retiró del Café Porteño, dejándome ahora perdida, confundida, y mareada.

¿Qué acababa de ocurrir? ¿Aslan de verdad me había dado un beso en la mano como los caballeros de las películas?

¿Aslan?

Volteé a ver a Catalina, quien permanecía con la boca abierta y los ojos puestos en la puerta del establecimiento. Ella que conocía a Aslan desde mucho antes que yo seguramente estaba aún más atónita. 

— ¿Dónde me consigo uno como ése? —finalmente soltó ella parpadeando más de lo normal.

—Si quieres yo te regalo a ése con lazo y todo —me reí.

Ella me miró con los ojos entrecerrados.

—No intentes disimular que te ha gustado.

En mi defensa, a cualquier mujer le gusta que un hombre le haga lo que Aslan acababa de hacerme. Así que no me sentí tan culpable por disfrutarlo.

Sí,  todavía algo cosquilleaba en mi interior, pero tenía otras cosas más importantes de las cuales ocuparme. Aslan y sus cambios repentinos de personalidad no eran parte de mis prioridades.

—Lo único que me ha gustado —respondí cogiendo el frasco de propinas— ha sido ganarme todos estos billetitos. Como dices tú, ganar es tan reconfortante.

Y por eso debía agradecerle a Aslan, porque sabía que ese beso era solo por nuestro trato.

Nada más.

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Nota de autor: éste fue cortito, pero el de mañana tendrá 1,2k palabras para compensarles :) jajaja. Un adelanto:

"No eres oscuridad. Eres un pequeño rayo de luz. A veces imperceptible, pero capaz de encandilar cuando se lo propone."

¿Pueden adivinar quién dice eso? :)

¡Besos!

Un beso por medialunas © ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora