Una Noche, Para Toda La Vida

11- 😐 Si o...

Un ruido chirrante me hizo despertar del incómodo lugar donde estaba durmiendo. Las pisadas no se escuchaban mucho pero si cuando dejaron duro un recipiente metálico a un lado mío.

—Despierta princesa, al parecer tu príncipe no tarda en llegar y debes estar presentable —

Me senté y sentí mi cuerpo entumido, mis piernas apenas respondían y tome el plato de comida para engullirlo lo mas rápido posible, esos tipos estaban locos y no se que me puedan hacer si no lo hago de ese modo; cuando acabe el dejo los muertos en el pasillo y volteo hacia mi, su sonrisa era intimidan te y termino a la altura de mi estando sentado.

—A bañarse y vestirse primor, sólo tenemos minutos — rió y me tomo del brazo, me saco de la celda y me llevo a un cuarto gris, dos chicas de aspecto triste me ayudaron a asearme en menos de diez minutos.

Yo a decir verdad no me sentía bien, tenía un poco la piel caliente, me sentía algo desorientado y por ello no me oponía a nada estando me solo callado mientras me dejaba hacer como muñeco. Fui llevado a una bodega vieja y descuidada, me sentaron en una silla y un mareo me tomo de sorpresa.

—Ahí viene — susurro alguien a mi costado, alce la vista y una gran camioneta de color negro y vidrios por igual seguidos por otra blanca y otra plateada se estacionaron enfrente. El lugar si que era enorme.

De ahí se bajaron ocho personas, de la blanca el señor que me llevo al jardin ese día y una chica que no pude ver bien su cara, ambos tenían armas. De la gris salieron dos hombres y una mujer, por los faros de luz solo pude ver sus siluetas y de la negra que fue la última en abrir puertas salieron tres personas y entre ellas una inconfundible; traía consigo un pesado maletín y uno de sus acompañantes, el castaño de larga cabellera saco otro y caminaron hacia nosotros, pude ver que venían en traje y todos sacaban sus armas, hasta Víctor.

—He traído lo prometido, dejen lo ir — su voz me dio un escalofrío horrible en todo el cuerpo, delataba ira y serenidad.

—Espera, ya lo haz hecho, un poco mas no te mata. Deja verificar el dinero. Te lo llevas después — el acompañante de Víctor se llevo ambos maletines y la mujer que acompañaba a este se movió, traía unos lentes pero su cabello oscuro en una coleta alta era apreciable.

—Que sea rápido — voceo de nuevo mi salvador. Su mirada llego a mi ojos y cambiaron se unos fríos sin corazón a unos llenos de alivio.

¿Yo como me sentía? Mal, esa palabra no abarcaba todo mi sentir pero era la mas allegada. ¡Me sentía traicionado! ¡Usado! Como se atrevió a meterse en mi vida después de salvarnos, si, estaba más que agradecido que por el no nos hayan volado la cabeza a Guang y a mí pero... ¡Debería de habernos dejado ir! El no me debió haber tocado, yo no me debí haber dejado tocar...  ¡Maldito fenómeno que soy! ¡Si no fuese por esto seria una persona diferente y no tan dócil para dejarme cuidar por otros! Por esto... Yo, yo posiblemente este... ¡No! No, no, no... Eso nunca, y que Dios me perdone si ha de ser su voluntad pero yo... Yo no lo quiero.

—Esta todo listo — anuncio uno de los tipo quienes estaban con mi secuestrador.

—Llevense a Yuuri — pude ver a dos hombres venir hacia mi, yo algo enojado fui con ellos, no quería que me tocaran, huelen feo y no me agrada su tacto; era eso, o quedarme aquí con esos lunáticos y por nada del mundo me quedaba más tiempo aquí.

Me llevaron hasta la camioneta blanca y la chica junto a otros dos hombres que no les puse atención nos fuimos de ahí, me recosté en el cómodo del asiento y empecé a sudar, de hecho quería llorar por lo que me estaba pasando pero, ya lo había hecho antes ahí, deje que me vencieran mis emociones ¡Ya no más!

No se en que momento me deje dormir sólo oí como azotaban la puerta de la camioneta e iban corriendo y yo siendo cargado en brazos de alguien, escuche gritos después varias luces blancas y el sonido de suelas de zapatos siendo veloces, el abrir de puertas y como alguien de blanco entraba, lo mire bien, era un doctor.

—¿Qué ocurre? ¿Quien es usted? — susurré con fuerza, no me gustaba que me estuviera tocando el pulso y pasara su aparo escuchando mi respiración junto a mi corazón, me ignoró. —¡Ey! — grite lo posible y me vio, tenia a lo mucho 30 años.

—Tranquilo soy Mark y el doctor de esta casa, estas enfermo, al parecer cuando estuviste encerrado pillaste un resfriado, te daré unos analgésicos para que descanses y se reponga más rápido. Espera calmado — dejo de anotar algo en una hoja y camino hacia la salida.

—¡no! Yo... Quiero un estudio de sangre... — dije nervioso, el doctor me miro raro, toque mi vientre, quiero estar seguro.

—No creo que sea necesario, deje y llevo esto a uno de los chicos para que le traiga su medicamento — sonrió confundido, tomo el pomo de la puerta.

—¡No lo entiende! — giro a mi y me miro confundido, — Nadie lo hace, yo... Yo soy diferente a cualquier persona... A cualquier hombre... — forcé mi voz y mis ojos se cristalizaron con gotas de lágrimas encerradas en estos, entre mis pestañas. 

—¿Qué quiere decir? — camino hacia mi, yo pose mi otra mano en mi vientre, estando acostado en la cama donde desperté y he estado hasta esos días aquí. —¿Me esta tratando de decir que.. Usted...? —Yo hice un asentamiento, el hombre negó.

—No, y no estoy loco, no estoy drogado o cualquier otra cosa, tengo un registro médico particular, se lo explicaré luego pero por favor, de la orden de los exámenes, yo lo necesito saber... Pero por lo que mas quiera... Nunca hable de esto con nadie, por favor — mi garganta pico y se sintió pesada, el hombre asombrado asintió pero juraría que aun dudando de mi cordura salio y espero a que haga lo que le pedí.

Solté un suspiro y unas lágrimas salieron, las limpie con fuerza con el torso de mi mano. Me senté y un mareo me llego, hice una mueca por el olor que había en la habitación, abrí una parte de la ventana para que saliera, me levante un poco y busque algunos aromatizan-tes que ayudase a quitar ese horrible olor.

[***]

Sin más...

➡08-08-2018⬅👀👐