Trazando un nuevo rumbo.

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La oficina estaba tranquila aquella mañana de principios de junio. El sol brillaba con intensidad en el cielo sobrecalentando el cristal de la oficina creando un clima cálido en el interior. Aliyah se deshizo de su chaqueta americana quedando en una blusa de mangas cortas de color crema. Su carta de renuncia estaba redactada y guardada en el cajón superior de su cajón esperando el momento ideal para entregarla a su jefe y sabía que aquel era el mejor momento. Juntos habían conseguido el mejor contrato posible y la empresa iba creciendo enormemente en los últimos meses. El complejo de Nevada había sido todo un éxito y esperaban abrir un nuevo complejo en Cancún en colaboración con una empresa autóctona.

Vaciló por un momento, pero al final decidió dirigirse a la oficina del señor Black con la carta de renuncia entre sus manos.

-Hola Sophie ¿El jefe está ocupado?

La secretario levantó su mirada hacia Aliyah y le sonrió.

-No, puedes pasar.

-Gracias.

Dio un par de golpes en la puerta hasta que escuchó un adelante por su parte. Abrió la puerta y se adentro en el despacho. Estaba nerviosa y sentía todo su cuerpo tenso.

-Buenos días jefe.

-Buenos días Aliyah ¿En qué puedo ayudarte?

Se sentó frente a la mesa y con las manos temblorosas colocó la carta de renuncia sobre la mesa.

-¿Qué es esto Aliyah?- preguntó el señor Black con el ceño fruncido.

-Esto es mi carta de renuncia- pronunció Aliyah con calma.

El señor Black levantó su vista hacia Aliyah mirándola a través de sus gafas de montura negra que contrastaba con su blanca piel.

-¿Por qué renuncias Aliyah? ¿Ha pasado algo? ¿Alguien te ha molestado?

Aliyah negó con la cabeza.

-La renuncia se debe a un tema personal que no tiene nada que ver con la empresa, ni con ninguno de sus empleados.

-Explicate.

Aliyah tomó una bocanada de aire y juntó sus manos en su regazo. Sentía un profunda tensión en su cuello por lo que intentó calmarse y relajarse.

-He tomado esta decisión en base a mi necesidad de formar parte del negocio de mi familia.

El señor Black ladeó la cabeza con una expresión de confusión plasmada en su rostro.

-No sabía que su familia tuviera un negocio.

-Bueno no vi relevante comentarlo.

El señor Black se recostó en su sillón y entrelazo sus manos a la altura de su barbilla.

-Entonces explicame de que se trata este negocio.

Aliyah ladeo la cabeza mientras rebuscaba en su mente las palabras adecuadas para explicarle a su jefe el negocio de su padre.

-Bueno mi padre se dedica a sacar mercancía desde Melilla, territorio español hasta Marruecos y luego la vende a los distintos comerciantes marroquíes.

-Es como una especie de empresa mayorista.

-Exactamente.

El señor Black frunció el labio.

-Es un buen negocio y permíteme hacerte una pregunta querida.

-Claro señor.

-¿Ha tenido algo que ver la muerte de tu pariente?

La familiaWhere stories live. Discover now