Capítulo 20. Terry

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Tan pronto veo su reflejo en el espejo mirando su piel divinamente sonrojada... hermosos ojos verdes brillando de amor cuando ingresa al camerino emito un gruñido carnal, casi animal de deseo contenido y me abalanzo sobre ella besándola con impaciencia y urgencia, ella como siempre que está entre mis manos se funde sobre mí como dulce mantequilla. 

–Te necesito tanto-gimo sobre sus labios tomando con mis dientes su labio inferior y ella responde abriéndose como se abre una flor para mí 

–No lo pienses y tómame....- Por. Todo. Lo. Que. Es. Sagrado esas 5 palabras son la gasolina más potente para un hombre en mis condiciones. La giro haciéndola apoyar contra la pared una vez que me aseguro de que la puerta está cerrada con llave y comienzo a bajar el cierre de su vestido.

 –Hermosa- beso su espalda 

–Diosa- beso unos centímetros más abajo por encima de su columna vertebral....el vestido ya cuelga sobre sus magníficas caderas, lo bajo con cuidado aprovechando para acariciar sus muslos...Dios, me importa un diablo lo que costó, lo rompería con gusto pero sé que en ésta ocasión no lo apreciaría y continúo desvistiéndola con cuidado. Esos panties de encaje tan diminutos están por pasar a mejor vida, los desintegro sin mayor problema, doy un pequeño mordisco a su trasero y comienzo a masajear su delicioso botón de placer. 

–Ah Terry....Dios....-

 Estoy semidesnudo, mi pecho rozándose cálidamente con la piel de su espalda, la fricción emite vibraciones deliciosas en mi ser, introduzco un dedo, más adelante otro y la penetro mientras se mueve con delicia sobre la palma de mi mano buscando más y más placer. Muerdo su cuello y con mi mano libre estimulo uno a uno sus endurecidos pezones. Mía. 

–Eres todo para mí cielo, todo....te amo soy adicto a tu amor lo sabes?-le digo con voz enronquecida mientras siento como sus músculos internos se contraen pero no...aún no, saco mis dedos de su interior y suelta un fuerte suspiro. 

–P-porque te detienes..?- Me dice ansiosa, me necesita tanto como yo. 

–Pídemelo- le ordeno preso de la pasión y de mi amor por ella, ahora lo sabe, se lo he mostrado, es el alimento de mi alma la llave de mi felicidad, mi amuleto, mi mundo entero.

 –Te quiero dentro de mí ahora Terry por favor tómame....tómame- cierra sus ojos y sus pechos suben y bajan con fuerza por su respiración agitada. Me despojo de las medias, los zapatos el cinturón y mi ropa interior, una vez que estoy completamente desnudo, la luz verde me la da su mirada, esa mirada del color de las esmeraldas que puede ser tan tierna e inocente y sensual y deseosa, hambrienta por mí a la vez, me tiene loco, mira mi pecho pasando su lengua por sus labios hinchados y rosados, baja a mis caderas y se concentra en mi abdomen y después en mi miembro, no quiero distraerla y me pongo de rodillas para saborear esa delicia que tiene entre sus piernas, hago que sus piernas descansen sobre mis hombros, la sujeto acariciando su increíble y redondo trasero sumergiéndome en ella, bebiendo de ella la penetro con mi lengua. 

–Tu sabor me embriaga Candy...eres deliciosa mi amor-

 -Ah Terry por favor dámelo...dámelo todo...dámelo ya- exclama desesperada con sus ojos cerrados mordiendo su meñique. 

–Que es lo que quieres?- 

-A ti, siempre a ti, dentro de mí...siempre, te quiero dentro de mí, quiero que me ames, ámame por favor-

 -Cuando siento que está a punto de venirse doy un ligero mordisco a su clítoris y la siento sobre el tocador para entrar de una sola estocada moviéndome como una verdadera bestia sobre sus caderas. Las cremas salen volando por el golpeteo, el espejo truena contra la pared, estoy muy excitado la deseo tanto, la amo tanto, nunca me cansaré de ella. Sus uñas se clavan en mi espalda y después aprieta mi trasero sobre su pelvis para que vaya lo más dentro posible. 

Bendito tu AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora