17. Saldando cuentas

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Narradora

- ¡Mierda! ¡Ya es la quinta vez esta mañana! -gritaba Kyle muy irritado desde la cocina.

- Tranquilízate, Kyle. No es tan grave, simplemente sacaremos ese pedido del menú. No hay porque alterase. -Sophy intentaba calmar al chef a quien le habían dado otra queja por su comida.

- ¡No es sólo eso! No puedo preparar esta mierda que siempre fue tan sencilla para mí. ¡Esto no puede no ser grave! -la frustración era clara en su rostro. Desde que Lindsey le había prohibido ver a Hiro había tenido problemas para cocinar; especialmente aquel platillo que era el favorito del menor.

Como había sugerido Sophy, aquel y otros platos fueron quitados temporalmente del menú pese a saber que Lindsey se enojaría al volver. Según sus propias palabras, tenía asuntos que arreglar de suma importancia que la harían llegar tarde al trabajo.

- Maldición, esto está avanzando. -de pronto oyeron la voz de Lindsey entrando por la puerta trasera.- Que tal chicas, por favor denme buenas noticias.

Todas las presentes de mantuvieron en silencio ya que ninguna quería ser portadora de las malas noticias. Notando esto, Ruby se armó de valor y habló por todas.

- El negocio va bien aunque tuvimos que quitar algunos platillos del menú temporalmente. -al escuchar esto, Lindsey se puso seria e incluso dispuesta a comenzar a gritar, pero nuevamente Ruby se adelantó.- Y antes de que comiences a buscar a quién crucificar, déjame decirte que nada de esto pasaría si no hubieses separado a ese par. Kyle en serio está en una condición deplorable por lo que te sugiero que te controles.

Sus palabras, elocuentes y con fundamentos, calmaron ligeramente a la azabache que solo soltó un suspiro y caminó a su oficina.

- Como sea, no pienso cambiar de opinión. Si quiere puede mandar el negocio a la mierda; no los dejaré verse y menos ahora con la amenaza de mi padre. -estaba a punto de encerrarse pero Ruby la llamó.

- ¿Los encontraste? -preguntó seca a espera de su respuesta.

- No... -su respuesta estaba cargada de enojo y frustración para finalmente meterse en la pequeña habitación.

- Volvamos al trabajo, chicas. -sin reclamo, todas continuaron con lo suyo.

El día pasó relativamente lento y al dar las 6 de la tarde, los grandes héroes hicieron acto de presencia. Al inicio, Sophy y Angie se asustaron pensando que el pequeño genio venía con ellos, pero se aliviaron al ver que no estaba. Claro que aquel alivio desapareció al notar sus caras preocupadas.

- Hola, chicos. ¿Qué los trae por aquí? ¿Y por qué esas caras? -preguntaron ambas chicas.

- ¿Alguna a visto a Hiro? -preguntó Honey Lemon consternada.

- Eh, no. Lo sentimos.

- Ya veo...

- Ves, Honey. Te dije que no estaría aquí. -dijo de pronto GoGo.

- En serio tenía esperanzas de encontrar a Hiro.

- Pues aquí es el último lugar donde podrán hallarlo. Lindsey le prohibió acercarse al local. -dijo Ruby, que había aparecido de la nada.

- ¿De qué hablas? ¿Le prohibió acercarse al café? -naturalmente Wasabi estaba muy confundido respecto al porque ella querría a Hiro lejos del café pues hasta hace poco el menor era algo así como un cliente frecuente.

- Por órdenes suyas no puedo decir el porque, sólo que es un asunto privado entre ella y ese par. -sus palabras sólo confundieron más al grupo que luego de unos segundos recordaron el porqué estaban ahí.

¿Por qué no me dijiste? -Hidashi- [EDITÁNDOLO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora