ii. v

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  ❝If nobody has killed you 
yet, Weasley, I will do it.

❞

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El bullicio en el gran comedor era típico de ver cuando Gryffindor y Slytherin se iban a enfrentar en un partido de Quidditch. Isabelle ya había presenciado uno de aquellos encuentros, pero en aquella vez Slytherin había ganado el partido, causando el descontento de todos los leones y sobre todo entre los jugadores, por supuesto que el resto de partidos habían sido favorables para la casa escarlata, pero eso no quitaba la molestia ante la pérdida.

Esta vez el equipo de los leones había practicado sin descansar para ganar la copa de Quidditch, pero las serpientes también habían estado igual de ocupados con las practicas, eso lo sabía de antemano, pues su hermano pertenecía al equipo y podía verlo agotado a causa de las constantes prácticas que tenía.

La pelirroja se sentó sin una pizca de emoción en la mesa del gran comedor, el sueño de James cayendo de la escoba se había repetido varias veces en las semanas, la voz de aquella mujer también resonaba constantemente en su cabeza y eso sumándole las ocupaciones con los estudios y las noticias de más muertes en el periódico no la dejaban tranquila, soltó un suspiro al ver como todos salían corriendo hacia el campo de Quidditch. Amber había advertido a McGonagall sobre aquel extraño sueño, no especificando quien sería el afectado, pero sí que debían tener cuidado y tener vigilado los alrededores.

— ¿Vienes? —preguntó Lucy, la pelirroja la miró y asintió con la cabeza, no quería ir al juego, pero debía asegurarse que todo estuviera bien, así que junto a una Lucy emocionada por el partido caminaron fuera del gran comedor junto a la multitud de estudiantes alborotados por los sucesos que pasarían en minutos.

En otras circunstancias ella habría corrido emocionada también hacia uno de estos partidos. En Salem también tenían sus equipos de Quidditch, aun que al ser dos casas las que participaban estos partidos tenían ese toque más competitivo. Su familia era muy fanática desde siempre a este juego por lo que ella terminó teniendo también un fanatismo a ese deporte, al que, por supuesto no jugaría porque jamás aprendió a controlar bien la escoba, y era un caso perdido que lo intentara.

— Tu madre odiaba el Quidditch cuando llegó a Hogwarts — la pelirroja dejó de escuchar a su amiga y volteo un poco la mirada hacia Fred—, nos trató como barbaros por jugar algo tan salvaje, aun cuando en Salem también lo hacen.

La chica rio un poco recibiendo la mirada curiosa de Lucy, negó con la cabeza y siguieron caminando hasta que a lo lejos la silueta de aquella mujer se volvió a presentar, las miradas de ambas se conectaron y ella sonrió mientras le saludaba, de un momento a otro volvió a desaparecer, se dio la vuelta y vio a Fred con el ceño fruncido. En uno de los tantos sueños había descubierto que ella también podía ver a Fred, incluso podía tocarlo y lo que era aún peor, podía hacerle daño, por supuesto que el daño que sintiera Fred, ella lo sentiría y viceversa, por lo que cuando en uno de sus sueños ella ataco al pelirrojo, Isabelle despertó con una enorme marca roja en su cuello.

Anchor ➳ James Sirius PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora