Las Mellizas Prince [Harry Potter/Draco Malfoy]

16

—Te vez preciosa, Vega.

Vega rodó los ojos, tratando de disimular el sonrojo que le causó el halago de Potter. Nunca debió de aceptar su "invitación" en primer lugar.

—¿A dónde piensas llevarme, Potter? —preguntó mientras el Gryffindor la ayudaba a subir a uno de los carruajes.

—¿Te parece si pasamos por unos pasteles de calabaza y chocolate a las Tres Escobas? —sugirió Harry sentándose frente a ella antes de cerrar la puerta— No te preocupes, Ron y Hermione estarán ahí, así que no es una cita, cita. A menos que tú quieras, claro.

—No te pases de listo, Potter —murmuró Vega mirándolo mal, antes de regresar su vista a la ventana—. Mejor dime quién es esta persona de la que tanto hablas.

—Lo sabrás cuando lo encontremos —le aseguró Harry ligeramente nervioso—. Iremos con él justo al terminar de comer.

Les tomó un buen tiempo llegar al pueblo, mientras Harry le hablaba sobre las cosas que habían allí, mientras Vega se limitaba a escuchar. La pelirroja quiso decirle varias veces que ella ya sabía todo lo que él le decía, pero prefería que hablara de eso y no del beso que casi se dieron frente a la sala común de Slytherin. Sabía que tarde o temprano el azabache sacaría ese tema entre ellos.

Al fin llegaron al pueblo y Harry la ayudó a bajar del carruaje. Vega sonrió con suficiencia a las otras chicas de los demás carruajes, ya que muy pocos chicos las ayudaban a bajar, mientras que la mayoría tenía que bajar por su cuenta.

Vega se lo concedía. Potter era un caballero.

Llegaron a las Tres Escobas, en donde ya estaban Ron y Hermione apartando la mesa.

Vega había pasado mucho tiempo con Hermione, la mayoría estudiando en la biblioteca y comparando el modo de enseñanza de Beauxbattons con el de Hogwarts. Con Ron había tenido un par de discusiones sobre lo malo que era el equipo del pelirrojo, los Chudley Canons.

—Cuatro cervezas de mantequilla —ordenó Hermione mientras Ron llamaba a Harry y Vega—. Dos con gengibre, y cuatro pasteles de calabaza, por favor.

Harry sacó la silla de Vega y la ayudó a acomodarse, antes de tomar asiento, ganándose una sonrisa aprobatoria de Hermione.

—Harry nos contó que aceptaste salir con él, espero que no te moleste que nosotros dos los acompañemos.

Vega miró a Hermione con una sonrisa fingida. La castaña sabía muy bien que si Vega había aceptado venir, era con la condición de que aquello no fuera una cita cita.

—Oh, no —dijo la pelirroja mientras el mesero les servía la orden—. En realidad, me parece muy interesante. Nunca he estado en una cita doble.

Ron escupió el trago de cerveza sobre Harry, mientras Vega veía victoriosa el rostro de Hermione volverse completamente rojo.

—¡No! Vega, nosotros...

—Y cuéntame, Ron, ¿cuanto tiempo llevan saliendo tú y Hermione? ¿Hace cuanto te le declaraste? Porque espero que hayas sido tú quien le dijo...

—¿Sabes qué? Los pasteles de calabaza saben deliciosos acabados de servir —dijo Hermione cortando un gran trozo de pastel y metiéndoselo a Ron en la boca—. Creo que te has equivocado Vega. Ron y yo solo somos amigos, justo... Justo como Harry y tú...

—¿Ffgué? —balbuceó Ron tratando de tragar el bocado.

—Bueno, no como ellos, digo, esta claro que a Harry le gusta Vega y...

—Sí, sí, creo que ya lo entendí —dijo Vega sonriendo, antes de cortar un pedazo de su propio pastel y metérselo en la boca a Hermione—. Ahora, ¿qué les parece si empezamos a comer? Y tú, limpiate ¿quieres? —añadió lanzándole una servilleta a Harry, quien seguía mojado por la cerveza de Ron.