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Ha pasado demasiado tiempo.

¿Quién inventó las horas? ¿Quién decidió que sesenta segundos conformaban un minuto? ¿Quién fue el idiota que creó esta mierda de los calendarios?

Alguien, en algún lugar del mundo, en algún momento, decidió que tendríamos días, semanas, meses y años. Si tuviera acceso a Internet lo buscaría, pero luego pienso que es una pavada que no necesito saber. ¿Por qué coño separaron el día y la noche? Me hago un enredo intentando pillar si afuera está claro u oscuro, pero como no poseo ninguna ventana, es imposible. Si nadie hubiese inventado el concepto del tiempo, yo quizás no estaría aquí, sintiéndome como que si dos años de universidad me han servido solo para limpiarme el culo.

El día que dejé a Kathy plantada en el estacionamiento de su residencia ni siquiera intenté encaminarme a mi casa de nuevo. Ese lugar ya no pertenecía a mi vida, y ni siquiera encontré el valor para hacerle frente una última vez. En secreto agradecía que Kathy hubiera hecho aquella locura, porque había marcado un punto final, de una vez por todas.

No podía pedirle alojamiento a Matt, porque mierda, no era algo que su familia mereciera. El que yo estuviera ahí representaba un peligro demasiado real para ellos, ahora que mi relación con mi padre había terminado oficialmente. A Louis intenté contactarlo pero recordé que había volado a Doncaster por el funeral de su abuela. Niall estaba residenciado, así que él no tenía mucho que ofrecerme. No tuve otra opción que venir aquí.

Me cobran unos cuantos billetes por noche y lo dejan estar. Se trata de un baboso motel de carretera de no más de cuatro pisos, donde vienen a parar los drogadictos, las prostitutas, y los tacaños que no quieren gastarse mucho en sus amantes baratas.

Las cuatro paredes llenas de humedad están pintadas de un color crema viejo y el piso es de madera, con algunos huecos y manchas. El colchón se eleva del piso por unos cuantos centímetros gracias a las patas chuecas del soporte y las sabanas son blancas. Nadie ha venido a cambiarlas desde que me registré, pero estoy bien con ello. En la esquina hay un retrete, un espejo y una bañera demasiado pequeña, que solo se separa del resto de la habitación por una cortina de plástico azul.

Veo el bombillo blanco que parpadea e intento, de nuevo, calcular en que día estoy.

El primer día que llegué aquí ya estaba oscuro, así que no debería contar como uno ¿cierto? Había pagado el estacionamiento de mi coche y cancelado la habitación. Recuerdo que antes había parado para comprarme unas cuantas botellas, unas galletas saladas, y unos cigarros. Cuando toqué la cama dormí por lo que me pareció una eternidad, pero en realidad habían sido un par de horas.

El segundo día creo que también dormí, pero no estoy muy seguro. Quizás formaba parte del primero y eso de haber revisado la hora lo había soñado, pero luego recuerdo que no, porque la rabia que me había recorrido al encontrar varios mensajes y llamadas perdidas en mi móvil había sido muy real. Kathy es una maldita soplona.

Todos mis contactos−como, los diez que tengo−sabían que estaba "desaparecido". Matt me había llamado un millón de veces, al igual que Niall, Logan y Adam. Entre todos superaban las cincuenta llamadas, y eso sin contar las de Kathy. No respondí a ninguna.

Estuve incomunicado por dos días, creo, hasta que en una borrachera, le contesté a Niall.

—Hijo de puta, ¿En donde coño estás? —fue lo primero que gritó por el aparato.

—Dejame en paz.

—Mira, no se que demonios te picó ahora, pero los tienes a todos muy preocupados.

Scary Love [HS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora