CAPÍTULO ÚNICO

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JiMin utilizó el reflejo de la ventana a su derecha para retocar su aspecto. Cabello castaño, piel clara y cremosa, labios rellenos y con un rosa natural. Un hombre pequeño y tierno a la vista. Llevaba un pantalón de tela en negro, una camisa blanca, tres botones fuera y zapatos formales a juego. Su abrigo y bufanda estaban en el asiento a su lado.

Esperaba que NamJoon se sentara justo enfrente para que notará su esmero al presentarse tan pulcramente para su encuentro.

JiMin podría describirse como alguien que agarraba lo primero que veía sin importar si combinaba o no, en el pasado NamJoon era por lo general quien lo reprendía por su falta de gusto.

El sonido de la campana en la entrada le llevó a dejar de mirar su reflejo, para su decepción sólo era un grupo de jóvenes estudiantes. Suspiró frustrado. El sentimiento de desilusión creció es su pecho al mismo tiempo que caía en la realidad de no saber si el otro hombre vendría. Había pasado una semana desde que JiMin se animó a llamarle y pedirle tomar un café con él.

NamJoon era médico cirujano y su agenda era demasiado ajustada. Quizás se había olvidado o el hombre no quería verlo. La última opción sería la más probable.

— ¿Ocupado?

El castaño se atragantó con su saliva. Había pasado mucho tiempo desde que había escuchado esa voz profunda. Cuando levantó la vista hizo una nota mental de cerrar la boca sino quería ver su saliva en el suelo del lugar.

NamJoon era alguien de trajes, disfrutaba de la formalidad y las cosas elegantes. Él era excesivamente dominante y estricto. Aunque eso no significara que siempre fuera pulcramente vestido, a JiMin definitivamente le sorprendió la informalidad con la que iba.

Recordaba que a NamJoon le gustaba vestir cómodo, pero solo en casa, en la intimidad de la habitación.

La habitación de ambos.

— No

— ¿Llevas mucho esperando? — preguntó el otro hombre tomando lugar justo enfrente, tal como esperaba. Se veía tranquilo y JiMin estaba seguro de que él por el contrario estaba al borde de un ataque de nervios.

Sólo treinta minutos, pero no era culpa de NamJoon, el castaño había estado tan ansioso que decidió llegar media hora antes. Registro los suaves y elegantes movimientos. NamJoon llevaba vaqueros, una sencilla camiseta a cuadros abierta que mostraba una camisa blanca de Fondo. Llevaba un reloj en la muñeca, cabello perfecto de color caoba hacia atrás y unas elegantes lentes de montura negra.

JiMin también notó los zapatos sencillos que usaba el hombre. NamJoon nunca usaba ese tipo de calzado por lo que podía recordar.

— No, sólo unos cuantos minutos — murmuró JiMin recobrando la compostura. — ¿Algo de tomar?

— Un café en leche y un trozo de pastel de fresa.

Parpadeando JiMin llamó a una mesera diciendo su pedido añadiendo un capuchino y simple muffin.

Fue entonces cuando NamJoon aprovechó para hacer un análisis rápido de JiMin. Él había notado al pequeño hombre al segundo de entrar en la cafetería, no fue difícil, JiMin conseguía llamar su atención en segundos, incluso si él hubiera escogido un rincón muy íntimo. Aunque era un pequeño cubículo y nada más que una pequeña ventana al otro lado del pasillo, NamJoon había notado a JiMin.

Así como lo hizo años atrás.

Nunca entendió como, pero él siempre encontraba a JiMin en donde fuera... Ya sea para bien o para mal.

El otro hombre estaba vestido muy formal y él no entendía por qué. JiMin era alguien que vivía demasiado despreocupado para su propio bien, como un pequeño tornado incontrolable. Una llama que no se podía apagar y si no se tenía cuidado podía consumirte vivo.

Café ↠ NamMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora