25.¿Dulce despertar?

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(Jose)

Dio un largo bostezo y se colocó de lado deslizando el brazo sobre la cintura de Nora mientras ella dormía plácidamente. Realmente le encantaban los fines de semana, sobre todo los fines de semana en que su novia se quedaba a dormir en su casa.

Con la mano libre se puso a jugar con el pelo de de la morena intentando despertarla, siempre era más divertido cuando ella estaba despierta en su cama. Nora arrugó la nariz y movió la mano para apartar el cabello que le molestaba, Jose rió y le pinchó la mejilla con el dedo. La morena se llevó la mano a la cara y se dio la vuelta, por lo que decidió fingir que estaba durmiendo.

― Sé que estás despierto.―murmuró Nora con voz adormilada.―Mmm... me preguntó qué pasó con Dafne y Damien.

― ¿A quién le importa?―preguntó abriendo los ojos para encontrarse a Nora tumbada de lado apoyada en uno de sus brazos y con la mirada perdida.―Buenos días.

Saludó con voz ronca acercándose a la morena con una sonrisa, no obstante antes de que sus labios se rozasen tocaron a la puerta, inmediatamente Nora le dio un empujón y se sentó en la cama.

¿¡Por qué?! ¿¡Por qué tanta mala suerte?!

― ¡Jose conseguí hacer crepes consistentes! ¡Tu madre dice que están riquísimos! ―saludó su padre entrando en la habitación con un plato lleno de crepes y vestido con su ya habitual delantal rosa.

― Genial.―murmuró con fastidio aunque de reojo vio como las mejillas de Nora se tornaban rosa algo que lo divirtió bastante.―¡Ahora fuera!

― Os guardo unos cuantos para cuando bajéis.―dijo su padre caminando hacia la puerta pero en el último segundo se dio la vuelta.―¿Os interrumpí? Hijo deberías poner una corbata o algo en la puerta, no quiero pillaros...

― ¡Papá! ¡Fuera!―exclamó con vergüenza y sin mirar a Nora.

― Ya me voy, pero acuérdate de nuestra charla, no quiero nietos...todavía.―indicó su padre haciéndole recordar la horrible charla sobre sexo con la que fue torturado años atrás y que todavía le hacía tener pesadillas.

― ¡Papá no me recuerdes esa cosa horrible!―exclamó a gritos y completamente rojo de la vergüenza.

― ¿Por qué? Evan dijo que fue muy instructivo, y que tu madre y yo somos unos profesores fabulosos. De hecho estoy pensando en que deberíamos tener otra charla sobre las largas duchas que tomas a veces...

― ¡Papá por dios!

― ¿Qué? No me culpes por querer ahorrar agua.―protestó su padre pero él le lanzó la almohada con fuerza.―¡Está bien, ya me voy!

Su padre les lanzó una última mirada divertida antes de abandonar la habitación, Jose bufó irritado y se puso en pie para cerrar la puerta con un portazo. ¡Ese hombre siempre lo dejaba en vergüenza! Que ganas de que se buscase un trabajo, pero no, él tenía que seguir en su empeño de ser amo de casa, y para colmo a su madre le encantaba esa nueva faceta de hombre de la casa que cocina y limpia.

― ¿Nunca cambiará, verdad?―preguntó Nora, él negó con la cabeza y sonrió con malicia antes de saltar sobre la cama.

― Creo que me debes un beso de "Buenos días"―recordó mientras gateaba hacia la morena que soltó una pequeña carcajada.

Acorraló a Nora y finalmente la besó, no obstante al segundo de poner una de sus manos sobre la cadera de Nora comenzó a escucharse un móvil vibrar.

― No contestes.―susurró contra sus labios mientras la obligaba a tumbarse en la cama, ella se mordió el labio y miró hacia el escritorio.

― Pero puede ser importante.―se quejó Nora

Cállate y Bésame (TQST Libro #2)© [EN LIBRERIAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora