Dance Again «YoonMin»

-S i x t h

De: Jimin
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Hyung, tuve que irme temprano ya que tendré más ensayos. Espero verlo en la noche.
¡Tenga buen día Yoongi hyung!

ʀᴇᴄɪʙɪᴅᴏ ʜᴀᴄᴇ 2 sᴇᴍᴀɴᴀs.
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Como todos los días, Min apreciaba el mismo mensaje una y otra vez. Su rutina había cambiado drásticamente. Jimin tenía ensayos todos los días desde temprano hasta la noche por lo que era raro verlo en casa. Cuando llegaba a estar era para trabajar con el grupo. Definitivamente lo estaba evitando, pero era lo mejor pese a sentir su corazón contraerse dolorosamente cada que pensaba en ello.

Al pelinegro le costó un par de días volver a salir de su habitación. No solo por que se sentía una persona terrible, sino que en esos días su cabeza era un caos, sus emociones variaban violentamente entre el pánico, la decepción, la tristeza e incluso pensando que era realmente toxico para interactuar con el resto. Una débil excusa como un resfriado pudo mantener al grupo tranquilo por su confinamiento.

Aun cuando logro salir, suanimo era el más neutro posible, solo cuando era necesario dejaba una pequeña curva en sus labios. No podía ser más fingido, pero ¿qué se podía esperar? Había logrado mantener sus pensamientos al margen cuando estaba solo, no cuando estaba en presencia del bailarín porque la culpa le carcomía, le acusaba de "cobarde" ya que no había reunido el valor necesario para disculparse, ni siquiera a través de un pobre mensaje de texto.

Tampoco le ayudaba, en nada, depender del menor para poder dormir. Jimin seguía siendo tan atento que seguía escabulléndose en su cama aún a altas horas de la madrugada creyendo que Yoongi dormía y este no le dejaría ver lo contrario para no generarle incomodidad. Maldito error.

Jimin se acurrucaba al colchón, hundía su rostro en la almohada sollozando lo más bajo posible. Su cuerpo tiritaba mientras se hacía un ovillo, se tensaba mientras las lágrimas caían hasta que el cansancio de todo le permitía dormir para el otro día. Cada noche la felicidad que Suga había vislumbrado, al lado del menor, se disolvió un poco más. Le destruía a él un tanto más. Le hacía pensar dos veces antes de acercarse otra vez a alguien que le apreciará, por miedo a lastimar.

Aunque Suga pensaba que todo era el resultado de su abuso. Park solo podía pensar en cuanto deseaba las manos ajenas sobre su cuerpo otra vez, lo que le provocaba una vergüenza brutal, le hacía sentir que su cuerpo era más fuerte que el amor que profesaba por el rapero entonces solo podía llorar preso de su caos interno.

Dos semanas después tan fatídico suceso no podía seguir evitando al mundo. Tenía canciones pendientes. Tenían una producción en puerta, nuevas coreografías, entrevistas, la planeación de otra gira ¿otro Mixtape? ¿Ayudar a lo más jóvenes? No podía seguir perdiendo el tiempo en su miseria.

Así que ahí estaba, en el Genius Lab, con todo el equipo encendido, con su teclado frente a él, con una silla vacía a su lado, con los ojos rojos, hinchados y llenos de lágrimas.

Sus manos se movieron en automático acariciando las teclas con suavidad, fluyendo en una melodía que sabía de memoria. Esa canción la había interpretado antes con un sentido diferente. Ahora saboreaba la urgencia de la canción, la necesidad de una sola persona, aunque su cercanía no provocará más que dolor para, al menos, una de las partes.