Capitulo XIV. Cosas que nunca cambian

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Sasuke sabía que acudir a Naruto no le dejaba nada bueno, siempre tenía las peores ideas, pero de todos sus amigos siempre era el más fiel y más sincero, lo conocía bastante y sobre todo él había sido más experimentado respecto a relaciones duraderas, Sasuke había salido con muchas mujeres pero solo quedaban en una o dos citas, jamás llegaba a más, nunca le había interesado tanto una mujer como lo había hecho Sakura, desde que ella tenía solo 13 años, diablos, se sentía un completo pedófilo, Indra alguna vez había mencionado que aunque la pareja fuera mayor pero si había una diferencia mínima de 9 años era pedofilia, ahora él recordaba que se llevaban casi 20 años de diferencia, evidentemente eso era mucho más enfermo, Sakura estaba en la flor de la juventud, era muy hermosa, joven, bella y un futuro por delante, él por el contrario ya tenía pasados los 40, era arisco la mayoría del tiempo, y sobre todo no tenía ninguna experiencia con salir con alguien menor que él, generalmente en su adolescencia y su juventud él había optado por salir con mujeres mayores (aunque no demasiado) y en sus últimos años había salido con mujeres de su edad o un poco más chicas, pero jamás de una diferencia abismal como que había entre él y Sakura.

Podría ser un completo idiota y el cretino más grande, pero diablos, en el amor y en la guerra todo se valía ¿no era así? El consejo de Naruto había sido en que pudiera invitarla a salir, se conocían desde hace años, así que qué tan raro podría ser eso, suspiro y sus manos sudaban penosamente, sabía que eso sería más que raro, entonces toco a la puerta de entrada, había viajado hasta el viñedo sin darse cuenta, una parte de él esperaba que ella estuviera pero la otra que no lo hiciera, de esa forma no la vería y no tendría que decirle nada.

Estuvo contemplando un rato el viñedo, observo su reloj era cuarto para las seis, Sakura habría tenido que llegar desde hace ya un rato, tal vez habría salido con sus amigas o algo por el estilo, después pudo observar la luz de un vehículo que se acercaba, se hizo a un lado por si el vehículo se estacionaba en el porche de entrada y para su sorpresa era Sakura quien llegaba en compañía de ese tonto que tanto le molestaba, Rock Lee.

Lee se apresuró a abrir la puerta de copiloto para que así Sakura bajara, después se acercó al moreno para saludarlo con cortesía, traían una botella de champan rosa y una cesta de pan y queso.

-Buenas tardes señor Uchiha es un gusto poder saludarlo nuevamente - comento sonriente Lee, Sasuke lo observó de arriba abajo, "su rival" traía un saco en color café, con unas pantalones sencillos de mezclilla gastados y la camisa arrugada, realmente no era un tipo por el cual tuviera que preocuparse, sin embargo ella estaba con él y eso lo carcomía de celos.

-Lo mismo puedo decir señor Lee – comentó el moreno tratando de sonar lo más normal posible.

-Es un día para celebrar, sé que no es mi casa, pero no creo que a Sakura le incomode un poco, así que ¿le gustaría acompañarnos señor Uchiha?

-¿Celebrar? ¿Qué se supone que celebramos?

-Bueno, me han ratificado como director del preescolar y a Sakura le han dado su plaza

-¿Enserio? Vaya que sorpresa, ambos en el mismo colegio, claro que merece una celebración – comentó con tono sarcástico pero Lee estaba tan contento que no se había percatado del mismo, Sakura por el contrario no había pasado desapercibido el tono del moreno.

-Hola Sasuke – la chica se atrevió finalmente a hablar, Sasuke se torno a ella y clavo sus orbes negros sobre los hermosos jade de la chica, ella lucía incomoda y Sasuke se sintió un completo idiota.

-No es mi intención molestarles con su cita, realmente wow es sorprendente la forma en la que el destino va dando las cosas, los felicito a ambos sinceramente, después de todo que puede pedírsele a la vida, un trabajo y una chica el mismo día, debe ser el hombre más afortunado – comentó con furia el moreno, Lee sonrojo estaba sorprendido y tan perdido en sus pensamientos que no pudo notar el desdén con el que Sasuke lanzaba su ofensa, Sakura por el contrario con cada palabra suya quebraba un poco de su corazón, Sasuke siempre había sido una debilidad para ella, su voz, sus ojos y su imponente presencia había sido el sueño que tenía desde niña, pero ahora se había percatado de que él jamás sentiría nada por ella, siempre la había evitado desde pequeña, cuando ella llegaba a su casa él se disculpaba y fingía planes para salir de su alrededor, al principio no se había percatado de ello, pero Indra jamás cerraba su bocota y le había confesado que su hermano la evitaba todo el tiempo, y ahora lucía molesto, jamás le dirigía la palabra y cuando la veía solo lo hacía con rabia, rabia pura y solo eso – que tengan una velada hermosa – comentó el moreno mientras se subía a su lujoso Mercedes.

-Mi padre tiene una semana que se ha ido a Nuevo México, así que puedo adivinar que nadie te ha atendido ¿a qué ha venido señor Uchiha? – Sakura trato de controlar su impulso por llorar y en su lugar trato de sonar más formal con Sasuke, el moreno se sorprendió por el formalismo de la chica ¿señor Uchiha? Pensó para sí, ya no era Sasuke ni su Sasuke-kun como solía llamarle cuando era pequeña, sin duda a su ego había sido la gota que derramo el vaso.

-He venido para ver los términos por saldar la cuenta, negocios como podrá imaginarse, no tengo otra cosa de interés que tratar como podrá saber, avísele a su padre señorita Haruno – hizo énfasis en el mismo – que vendré aquí en cuanto él llegue, buenas tardes – encendió el motor del vehículo y se dirigió al único lugar que sabía que le haría tener un poco de consuelo, el bar del pueblo.

El bar Akatzuki era una pequeña cantina en donde generalmente acudían los tipos más acaudalados del pueblo, Sasuke no acostumbraba mucho a beber, pero cuando lo hacía parecía un experto bebedor, pues no fácilmente podría embriagarse, sin embargo esa noche quería perderse en vino, en todo lo que le ayudara a olvidar los ojos de Sakura.

-Que idiota – se dijo para sí mientras tomaba directamente de la botella de tequila, quemando su garganta con el líquido.

-Eres un idiota – una voz conocida se escuchó tras su espalda, volteo sin ganas hacia él y vio con quien años atrás había compartido tanto juntos.

-¿Qué haces aquí Mei? Supuse que seguirías en Francia con ese pelirrojo – comentó el moreno mientras volvía a empinarse la botella de tequila y aclaraba su garganta.

-Sabes que no me gusta quedarme en lo mismo – sonrió la chica sensualmente quien se había sentado al lado del moreno.

Sasuke la observó, años atrás había sido más que su amiga, la única mujer que había logrado distraerlo un poco de sus sentimientos hacia su pelirosa, sus ojos verdes le recordaban tanto a ella, que supo después que solo había andado con dicha mujer por recordarle a su niña, como si fuera agua Sasuke volvió a empinarse la botella para dar un trago y después chupo la mitad de un limón que tenía en un plato.

-Te harás daño Sasuke, diablos, no puede ser que sigas igual y no hayas cambiado en absoluto – sonrió la hermosa mujer que se había sentado a su lado.

-Dudo que tu hayas cambiado también en absoluto – comentó Sasuke mientras bostezaba, al parecer el alcohol ya comenzaba hacerse presente en su sangre, la chica sonrió y pidió al camarero un mojito.

-Aquí tiene señorita Terumi – comentó el bartender mientras le entrega la copa a la chica y ésta le guiñaba el ojo – es cortesía de la casa – el chico sonrió cuando la mujer le mando un beso al aire.

Sasuke la observó atento y suspiro divertido – si hay cosas que nunca cambian – agregó y Mei sonrió en complicidad.


Mientras te mirabaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora