29. La familia es el pilar

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La familia es el pilar

La familia es el pilar

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Edén, que normalmente era muy valiente y decidida, permaneció pálida y cabizbaja un buen rato después de que le expliqué cómo la había hallado y cómo la había salvado Nora, revelando al fin que era una bruja y que había llegado a Victoria Avery solamente a cazarme. Cuando quedó claro que no iba a poder matarme, porque cerrar un círculo podía ser mil veces peor que cualquier cosa que yo pudiera hacer, mi amiga se mojó los labios y me tomó la mano.

—¿Y qué vamos a hacer?

—En primer lugar —dije, con un suspiro—, llevarte a casa.

—Él debe pensar que estás muerta —nos recordó Nora—. Era poco probable que sobrevivieras a menos que estuvieras ya en un hospital o que tuvieras una bruja cerca. Y las brujas no estamos en las grandes ciudades a menos que haya casos como estos —añadió, señalándome—. Lo que necesitamos, es pasar el 21 de diciembre con las dos vivas.

—¿Por qué el 21? —preguntó Edén, frunciendo el ceño.

Yo me puse lentamente de pie y me coloqué también la camiseta llena de sangre, mientras Nora se rascaba la frente.

—Los solsticios son fechas ideales para hacer conjuros e invocaciones. Si está haciendo lo que yo creo que hace, tendrá como fecha límite este 21 de diciembre. Es lo más común, pero... obviamente solo podríamos asegurarnos de preguntárselo y no debería acercarse a ustedes.

Tomé aire y la enfrenté.

—Y después del 21, ¿entonces volverás a intentar matarte?

—No —Nora también se puso de pie—. No puedo. Porque podría estar equivocada con él y que su ciclo se extienda a otros solsticios o que use otros parámetros que yo no conozco. Y si ustedes dos mueren, no solamente sus almas irán al infierno, si no que él podría desatar el infierno en la tierra.

Edén también se puso de pie y se abrazó a mí. Obviamente, hablar de infiernos, muertes, círculos y sangre podía sacarle la ilusión y la valentía a cualquiera. Después de todo, ella no había pasado todo lo que yo viví y era difícil que se mantuviera imperturbable durante todo ese relato. Le devolví el abrazo y las dos observamos a Nora esperando algo más. Era la única que sabía qué hacer.

—¿Y entonces? —dijo mi amiga.

Nora sacó una moneda de su bolsillo y yo me alejé como si la moneda me quemara a distancia. Mi reacción le divirtió y esbozó una sonrisa maliciosa que mantuvo ahí incluso cuando dejó esa moneda en la mano de Edén.

—Te protegerá temporalmente. No podrá acercarse a ti por varios días. Tu eres nuestra mayor prioridad, pues Serena puede cuidarse sola, ¿o no? —añadió, con una clara provocación, una vez que Edén se guardó la moneda. Le enseñé los dientes, como un perro rabioso, y eso pareció encantarla aún más. Disfrutaba saber que su monedita me había dejado traumas—. Las monedas se usaron muchísimo tiempo para tapar los ojos de los muertos en sus tumbas. Tienen grandes habilidades que pueden determinar quién esta ya con un pie en la tumba y quienes tienen la muerte encima. Y créeme, cuando él esté cerca de ti, esta moneda lo sabrá, porque carga tanta sangre en sus manos que no podrá ignorarlo.

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