CAPÍTULO 3: A LA MEJOR ACTRIZ

71 15 5
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



—¿Aleación del hierro y el carbono? —Preguntó Joanne totalmente confusa apoyando el bolígrafo entre sus labios y mordiéndolo —Tiene cinco letras... empieza por A... ¿alguna idea?

—Uf... no tengo ni idea —Respondió María poniéndose a indagar junto a ella —Esos crucigramas que te compras siempre me han parecido muy complicados... espera, que voy a mirarlo en Google.

De pronto abrí la puerta del piso de inmediato y di un portazo echando una inmensa carrera hacia mi habitación. Mary y Jo me observaron extrañadas desde el sofá como si una rata de alcantarilla acabase de pasar por su lado a una velocidad pasmosa, y me siguieron hacia mi habitación. Yo estaba entretenida con mi teléfono móvil tumbada boca arriba sobre la cama y sonriendo como un niño al que le han comprado la nueva PlayStation.

—¿Y esa sonrisa? —preguntó María casi aterrada —¿Has mojado por fin? —Entonces le dirigí una mirada de aborrecimiento negando con la cabeza.

—¡No, es mucho mejor que eso! —aclaré sentándome sobre la cama con ansia. Ambas se sentaron a mi lado con las piernas cruzadas sobre la cama escrutándome con la mirada esperando con ganas una respuesta.

—Tú dirás —respondió Joanne revoleando con los ojos. Me encantaba generar duda en ellas y convertirme en su foco de atención.

—He conseguido incorporar Royal D.C. a nuestra lista de futuros clientes. ¡Y ha accedido a cedernos el quince por cien de las ganancias! —«mi entusiasmo florecía como un mocoso en un parque de atracciones» —¡Y eso en una empresa que comercia con últimas tecnologías es una auténtica millonada!

—Vaya, eso suena genial... —Suspiró Mary con voz insípida. «¡A esta puta le sudaba el coño si yo tenía éxito o no! Perra envidiosa...»

—Es estupendo ¿no? —Preguntó Jo inocentemente. Yo asentí y eché un vistazo a la pantalla del móvil para saber la hora.

—A propósito, Jo. ¿No deberías estar en clase ahora? —«Pregunté con toda mi buena intención ¿Por qué todo el mundo se salta sus obligaciones a la torera excepto yo?»

—Se han suspendido. Hoy han organizado una pasarela de moda diseñada y presentada por el estilista Tyler Hu, pero conozco ya sus diseños como la palma de mi mano... a propósito, Jess —añadió ésta clavando su mirada en el volante de mi vestido azul marino —juraría que tu ropa no era esa cuando te has ido esta mañana —«Me pilló.» —¿Te has vuelto a ir de compras sin avisarme? —«Pues no, pero ojalá»

—No, que va —negué rotundamente con la cabeza —He tenido un pequeño percance con un idiota que me ha pringado la falda y la americana de café hasta arriba al arrollarme con la bicicleta...

—¡Uf! —exclamó Mary inquieta —¡pobre chaval! Le habrá caído la del pulpo, ¿no es así? Con lo susceptible que eres... —«¿Perdona? Otra más con esa dichosa palabra... ¿Es que acaso soy un monstruo? ¡Si soy la simpatía en persona! Le dirigí la mirada más retorcida del mundo y volví a ojear algunas cositas en mi móvil. ¡Susceptible yo, qué cosas te dicen, Jess!»

EL KARMA ME ODIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora