Día 2

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Después de haber pasado todo el domingo con su hermosa madre, llegó el no tan deseado lunes.

No se quejaba, había despertado con un muy lindo mensaje de buenos días de parte de su hyung y aquello logró hacer que su día comenzara bien. Hasta que llegó al colegio.

No le cabía en la cabeza lo entrometidas que podían llegar a ser las personas, ¿por qué se empeñaban tanto en saberlo todo sobre la vida de los demás? ¿Qué necesidad tenían de hablar sobre cosas que no les incumben?

Apenas había puesto un pie en el colegio, todas las miradas habían ido directamente hacia él, o al menos así lo sentía. No comprendía que tenía de interesante ese día, o bueno, no lo supo hasta que escuchó a un par de chicas hablar sobre él.

Toda la atención sobre su persona era debido a que al parecer alguien había difundido el rumor de que Hyunjin estaba enamorado de él. Parecía que eso había provocado un gran shook en el colegio, porque nunca antes nadie había logrado que Hyunjin le mirara con interés romántico, excepto él.

Sabía que muchos no lo conocían, y sí lo hacían, era por Hyunjin o por su participación en el evento de talentos que hubo hace un tiempo, pero el que no lo conocieran no evitaba que fuera tema de conversación principal.

Llegó a su casillero viendo las feas notas que las admiradoras de Hyunjin le dejaron pegadas en el exterior de la puerta, eso era nuevo. Muchas cosas incoherentes se encontraban escritas, la mayoría eran notas de odio hacia él, y una que otra decía que lo admiraban por ser quien había robado el corazón de Hyunjin. Wow, nunca en su vida le habían prestado tanta atención.

Decidió botar a la basura los mensajes negativos y conservó los positivos, necesitaba concentrarse más en las cosas buenas que en las malas, no arruinaría su buen humor por comentarios tontos de gente que no conoce.

Abrió su casillero, topándose con la gran sorpresa de que de éste estaba repleto papeles con forma de corazón.

—Qué buena forma de desperdiciar papel. —una voz femenina se escuchó a sus espaldas— Si no limpias eso le dejarás mucho trabajo a los conserjes.

—Lo siento, yo no sabía que esto... pasaría. —con timidez Kim se agachó para comenzar a recoger los numerosos papeles.

—No te preocupes, te ayudo. —la chica se agachó junto a él y de igual manera comenzó a recoger los papeles— Lindo detalle de parte de Hyunjin, aunque poco inteligente sí hablamos de conservar limpio el colegio.

—Huh, sí. —levantó la vista hacia la chica, sorprendiéndose un poco al que era de un curso superior.

—Y dime Seungmin, ¿ustedes están saliendo? —la chica le sonrió, mostrando unos -sin ofender- enormes dientes que parecían de conejo.

—Sabe mi nombre.

—Duh, claro que lo sé, soy la ayudante de la profesora de canto. —el cerebro de Seungmin casi hace corto circuito intentando recordar, y la pelinegra pareció darse cuenta de ello— Im Nayeon, voy en la misma clase que Chan.

—Lo siento noona, no puedo recordarla. —se sentía tonto por no saber quién era ella, pero pasaba tanto tiempo en su mundo que rara vez notaba que sucedía a su alrededor— Pe-pero a partir de ahora prestaré más atención a mi alrededor en la clase.

—No tienes que disculparte. —soltó una risilla— En realidad me habría sorprendido que me conocieras. —depositó los papeles que ya había recogido en los brazos de Seungmin— Necesitarás una bolsa para eso.

—Los echaré en mi mochila. —contestó con torpeza— Pero, no puedo alcanzarla, mis brazos están ocupados.

—Dame eso, yo los meto. —Nayeon con cuidado tomó los papelitos que anteriormente le había entregado y esperó a que Seungmin descolgara su mochila y la abriera— Es muy lindo, ¿sabes?

¡hey, chico bonito!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora