ᴅᴀʀᴋɴᴇss ✨ p.jimin • p.chaeyoung

d i e c i s é i s

🌙

El eco de los pasos del joven resonaban a través de los muros, los pasillos estaban vacíos ahora que sus hermanos se habían llevado a sus invitadas de la sala principal. Justo cuando los demás se habían decidido por mostrarles a las invitadas el resto de la casa, Yoongi se había escabullido hasta las habitaciones principales con la intención de atender otros asuntos. Desde hacía un rato que las sombras parecían inquietas, pero sin embargo se habían mantenido en silencio por demasiado tiempo, lo cual era aún más extraño.

A diferencia de otros días Yoongi no había visitado a Taehyung desde la noche anterior, por lo que el pelinegro deseaba comprobar su estado mientras los demás entretenían a las visitas. Desde su punto de vista, la situación podía complicarse en cualquier momento sino eran cuidadosos. Si de verdad ellas podían ayudarlos, era necesario manejar con mucha delicadeza todo lo referente Taehyung y su "condición". ¿Cómo podías explicarle a alguien algo que tú mismo no terminabas de comprender? Por una parte Yoongi consideraba que debían ser rápidos y claros con su petición, aunque era imposible saber que reacción tendrían las brujas.

Con pasos lentos y pensamientos hirviendo en su mente Yoongi llegó hasta la puerta de la habitación de Taehyung y entró enseguida. Como de costumbre su hermano permanecía recostado en su cama, su cuerpo cubierto por sabanas suaves y su cabeza descansaba sobre una almohada. El transcurso de los meses ya había producido estragos en la apariencia de Taehyung: su piel lucia mucho más pálida, su cabello había crecido en los últimos meses y Yoongi podría jurar que estaba más delgado.

Con delicadeza Yoongi se sentó en la cama justo a su lado y se encargó de acomodar las sabanas sobre el pecho de Taehyung. Al igual que otros días el pálido chico reviso los signos vitales de su hermano y se aseguró de que las almohadas mantuvieran su cuello firme. De vez en cuando movían sus brazos y pies para evitar que sus músculos se vieran afectados, además de cambiar sus ropas y las sabanas de su cama. Seokjin se encargaba de suministrarle suplementos de vitaminas por medio de algunos remedios mágicos, mientras Namjoon intentaba mantener su cerebro en funcionamiento estimulándolo con sus poderes.

Sin duda alguna todo aquello era doloroso, como quien veía a un ser querido perecer por alguna enfermedad terminal, sin poder hacer nada más que esperar sentado.

<< Como quien veía su hogar ser consumido por el fuego, sin poder hacer nada >>.

Los recuerdos parecían salir del escondite dentro de su mente cuando observaba a su hermano, y la impotencia se apoderaba del pelinegro. Habían pasado años, y aún podía ver claramente a un pequeño niño que observaba con terror el fuego apoderarse del lugar que alguna vez había sido su hogar. Sus padres habían muerto frente a sus propios ojos de la misma forma en que la vida de Taehyung parecía esfumarse, y de nuevo no podía hacer nada para detener la desgracia. Incluso ahora, con todo ese poder, su familia se fracturaba de nuevo y Yoongi estaba atado de manos.

Y en el silencio de la habitación, parecía que las voces en las sombras volvían a rodearlo. Murmuraban palabras sin sentido, y algunas otras voces susurraban sobre las jóvenes brujas que los visitaban. Desde su llegada los espíritus se habían mostrado inquietos, tal parecía que habían logrado sentir como el poder de esas brujas alteraba la energía de aquella casa, lo cual era normal considerando que los únicos residentes de la mansión eran los únicos que ahí vivían. El mismo Yoongi había logrado sentir como sus vellos se erizaban ante el poder de dos de esas brujas.

Jisoo, cuyo poder era sin duda alguna digno de compararse al mismo Seokjin y Namjoon; era puro y lleno de luz. Yoongi había sentido escalofríos al caminar cerca de ella, por lo que pudo reconocer rápidamente la diferencia entre la luz de la joven y su propia oscuridad. Y por otro lado, el pelinegro había sido sorprendido por la forma en que las sombras habían reaccionado ante la presencia de la rubia, Lisa.