Ella empieza a presenciar raros acontecimientos en su hogar. Está aterrada.
Decide empezar a escribir notas en su celular por si algo algo grave ocurre. Serán su testimonio.
Más allá de nuestra galaxia alguien llegó para hacerla cuestionarse no habe...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
CUADRAGÉSIMA SÉPTIMA NOTA
La calidez fluyó en torno a nosotros.
Yoongi aspiró guardar cada detalle de mi rostro en su memoria.
《Delicados párpados. Ojos marrones y grandes》
《Pequeña nariz》
《Labios delgados. Los he tocado antes, su textura. Deben sentirse...》
Se abstuvo de concluir la frase. Le gusta la cautela con que lleva sus expresiones.
《Mejillas regordetas hechas para acariciarlas. Se tiñen por la vergüenza, aunque no deberían. Debo agregarque son encantadoras》
La redondez en mis mejillas es un característica la cual hubiera preferido esconder en mi juventud. Ahora mismo sentía que podía alardear de ellas.
《Tan atractiva. De esta manera puedo recordarte como si estuvieras aquí mismo cuando te marchas llevando tu encanto. Tan fresca y perpetua. Te echo tanto de menos cuando me dejas solo》
La noche anterior tuve un sueño. El pelinegro estuvo presente en mis sueños.
Lo soñaba. Ahora pertenecía a mis sueños.
Yoongi hizo realidad mi bendito sueño.
De la misma manera delinee con mis dedos cada milímetro en su faz. Su respiración errática tentaba la mía.
Yoongi era un millón de veces más atractivo que yo. Bellísimo. Si hubiera dicho aquello en voz alta él se habría encargado de negarlo la misma cantidad de veces. Alabé lo bien que olía. Mis especulaciones consistían en que tal olor se trataba de su origen extraterrestre.
《No creo que emane un perfume distinto. Si con esto consigo ser llamativo soy afortunado de llevarlo impregnado. Tu olor es fantástico》
No puedo dejar de pensar desesperadamente en él. Origina un gusto distinto al resto de seres masculinos con los que convivo a diario.
¿Era posible decirle que lo estaba viendo como haría una mujer a un hombre bajo un interés romántico? De esa manera inesperada y significativa. Nada amistoso. Nada de hermandad.
Estaba metida en un lío.
Aunque quizá, solo quizá yo también podía gustarle. Las miradas, atenciones, dulces comportamientos podían no ser simples cuidados porque era una humana frágil que le mostró cordialidad, tampoco porque yo le resultaba algo nuevo que todavía le resulta curiosa.
