El Jinete

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 "Lleva en el pecho una herida, va con su alma destrozada 

quisiera perder la vida y reunirse con su amada. 

 La quería más que a su vida y la perdió para siempre 

por eso lleva una herida, por eso busca la muerte".  

Había pasado una semana desde aquella terrible noche, del gallo enamorado solo quedaban recuerdos y solo se escuchaba su alma destrozada tras perder a su amada. Ese día Pedro y yo nos encontrábamos en Garibaldi desayunado cuando el alegre Francisco se hizo presente:

-¿Quiubo cuates? 

-Quintero, ¿cómo estas?

-Muy bien Javier. 

-¿Necesitas algo Pancho?

-Qué bueno que lo preguntas Pedro, ¿están disponibles esta noche?

-Sí es pa' ayudarte a llevar serenata, cuenta con nosotros. 

-Los veo a las 9, en el balcón de siempre.

-Ahí estaremos. 

Panchito llevaba tiempo pretendiendo a una hermosa muchacha de nombre María, hija de un hacendado, en su andar diario se le escuchaba cantar:   

"Tanto pasar y pasar tanto pasar por aquí 

los huaraches se me acaban de buscar yo a mi María 

María, María, Mariquita mía".

Llegamos al lugar y antes de comenzar la serenata nos tomamos unos buenos tragos de tequila para calentar.

-¿Estás listo Quintero?

-Tan listo que hoy me la robo.

-Ese es mi gallo.

Los acordes de nuestras guitarras comenzaron con la nueva canción del guanajuatense​​​ José Alfredo:  

"Ya llegó tu enamorado el que te interrumpe el sueño

ese pobre desgraciado que anda siempre desvelado

porque quiere ser tu dueño".

De pronto se encendió la luz del balcón y  alguien gritó: 

-¡Silencio! Que nadie ya la ronde ni mire a su ventana, que ha muerto esta mañana. 

La voz de Francisco se quebró y a pesar de que nuestras guitarras enmudecieron, él seguía cantando con un hilo de voz a lo cual Pedro y yo le ayudamos a terminar su canción.

-Mi María, no pude estar contigo esta vida, espero encontrarte en la que sigue. A partir de hoy seré el jinete.

Dio un trago a la botella y con su guitarra comenzó a tocar los acordes de dicha canción, mientras le acompañábamos. 

 "La quería más que a su vida y la perdió para siempre 

por eso lleva una herida por eso busca la muerte".

Después de terminar la canción nos fuimos de ahí, Francisco sollozaba, se daba golpes de pecho, deseaba unirse con ella de alguna manera, desde entonces se la vivía de cantina en cantina y las cientos de botellas que dejaba a su paso. Pedro y yo no permitiríamos que nuestro compadre terminara de esa manera, por lo cual le escribimos a su primo Anyelo, el cual lo llevaría a Guadalajara, para que comenzara de nuevo, porque las sombras lo perseguirían hasta matarlo. 


Perdón si los hago llorar, pero la historia se me ocurrió gracias a mi reproductor. (Sí amo escuchar a estos artistas y espero que les gusten estas canciones). Eso sí les aseguro que esto no termina aquí. Los compadres de Panchito en esta ocasión son Pedro Infante y Javier Solís.

Con dedicación especial a Alice-Pistoles, por haber sido la primera en comentar mi trabajo. 



Pequeños momentos con un caballero.Where stories live. Discover now