Eternal love | kiribaku

O7

Día siete;

¡Al fin! Oh dios, estoy sumamente emocionado, y eso que solo ha pasado una semana.

¿Qué me has hecho, eh? ¡Tú, bribón! Aveces pienso que llegaste a mi vida para poner todo de cabeza. De una manera graciosa con tus constantes coqueteos y a la vez tierna, por tus boberías.

Me apresuré en darme una ducha, y vestirme. Me puse la polera que me diste en mi cumpleaños, la de mi banda favorita. Los jeans negros rasgados que sé que te encanta que use, y un par de zapatillas, ¿qué, si estoy intentando impresionarte? Pues claro que sí.

Tomé mi bolso y salí del apartamento.

Decidí tomar un Taxi. ¿Qué? ¿Realmente crees que hubiera aguantado más de diez minutos en el paradero? ¡No! Seguramente moriría de ansiedad.

Imagínate, llevo toda una puta semana esperando para verte y no pienso desperdiciar cinco minutos allí, parado como un idiota.

Sorprendentemente, el viaje fue rápido. Esperaba que el tiempo comenzara a correr en cámara lenta o algo así, ya sabes, cómo en las películas esas donde el protagonista va tras el amor de su vida que está apunto de irse al otro lado del mundo, y él debe detenerla.

Ah ¿Qué mierda estoy diciendo? ¡Esto es muy cursi y empalagoso! Basta, ya te digo que yo que terminaré vomitando algún arcoiris por tu culpa, como en los dibujos animados que tú ves.

Le di la última indicación al taxista, diciéndole dónde debía doblar, y me bajé un par de casas antes que la tuya, esperando que esto sea más como una sorpresa, porque sí, de seguro tú eras el que iba a ir a mi departamento, ¿No? Te conozco tan bien.

Caminaba de manera tranquila, aunque mis pasos de alguna forma eran algo apresurados a la vez. ¡De milagro no tropezaba con mis propios pies!

Pero mis pasos cesaron al ver tu casa.

En el patio delantero había variedad de personas que no conozco, ¿quiénes son? Todos están vestidos de negro. Algunas de las mujeres allí lloraban, y tenían el maquillaje corrido.

No comprendo, ¿Acaso quieren jugarle una broma a alguien y por eso actúan así? porque de ser así, actúan muy bien.

Amor, ¿Dónde estás? Por más que busco tu distinguida imagen entre ellos, no la puedo encontrar.

¡Oh! ¿Acaso te estás ocultando de mí para jugar un rato? Siempre con tus boberías.

Sacudí mi cabeza, y me dispuse a entrar en la casa. Pude ver a varios de nuestros ex compañeros de clase y amigos, pero no estás con ellos.

¿Dónde estás?

Pude ver la llamativa cabellera de Denki. Me acerqué a él, estaba junto a Sero.

Pero no entiendo, ¿por qué están llorando?

Se los pregunté, a cambio recibí una mirada consternada de Sero y que Denki se abrazara a su pecho, llorando fuerte y descontroladamente.

Decidí que era mejor buscar a tu madre, ella me diría qué está pasando, porque realmente no entiendo nada.

Mientras caminaba por el pasillo hacia la cocina, alguien jaló de mi polera. Me giré rápidamente con la ilusión de que fueras tú, pero nunca hacías eso. Más bien, siempre te colgabas de mi hombro para luego besar mis labios, o tapabas mis ojos preguntando "¿quién soy?".

Deku estaba ahí, mirándome con ojos llorosos. "Lo siento tanto, Kacchan" había dicho, y luego se fue a ocultar en los brazos del mitad mitad, junto a sus demás amigos.