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Fred observaba todavía a la pelirroja leer ese libro y comenzaba a frustrarse, habían dejado la biblioteca hace media hora pues ella no quería tener problemas por pasar de la hora establecida y el pelirrojo estuvo de acuerdo pero no creyó que se llevaría aquel libro enorme para seguirlo leyendo en la sala común, donde la mayoría estaba haciendo un revuelo por que las salidas a Hogsmeade habían vuelto a su normalidad y cada uno hablaba de lo que haría el sábado cuando llegara, de lo que comprarían y distintas cosas.
Fred también estaba emocionado, Isabelle lo notaba y sabia lo feliz que era cuando este podía salir fuera de los límites permitidos, se aburría demasiado rápido, sobre todo cuando ella no le hacía caso, como ahora, por lo que Fred no encontró mejor manera que comenzar a picotear la mejilla de ella con su dedo, incluso comenzó a apretujar sus mejillas mientras decía que era muy tierna e Isabelle no decía nada, no porque la miraran de manera extraña cuando la vieran hablar sola, al contrario, le daba igual, no decía nada era por el simple hecho de que había extrañado de sobre manera al pelirrojo, se había preocupado e incluso había buscado ella misma de traerlo de vuelta a su lado porque en tan poco tiempo, él se convirtió en alguien importante en su vida.
Pasaron unos segundos más de picoteos cuando se detuvo, incluso la sala había quedado en silencio, Isabelle alzó la mirada y observó como por la puerta entraba Neville junto a James, este último lucia mucho mejor desde la última vez que Isabelle lo vio, Lily le había contado que él había desarrollado un pequeño miedo de volver a Hogwarts y que todos lo tacharan de malo, aun cuando las investigaciones habían salido a su favor, algunas brujas de Salem habían logrado comprobar que alguien había poseído el cuerpo de James, por supuesto que la prensa se había enterado y por molesto que fuera, eso había ayudado a limpiar el nombre del azabache, al menos un poco.
Isabelle dejó el libro a un lado y se levantó, Neville le dio unas palmadas en la espalda a James y se fue, el azabache miró a todos en la sala hasta que esta rompió en aplausos y vitoreó, incluso a él parecía sorprenderle lo que pasaba y es que mientras había algunas personas que seguían creyéndolo culpable, la mayoría confió en que el James que conocían no sería capaz de hacer eso, pero la sonrisa en el rostro de James no apareció hasta que Leroy se lanzó a abrazarlo. Desde donde Isabelle estaba podía escuchar al rubio decir lo mucho que había extrañado a James y que desde ahora estaría junto a él como chicle. Así fue como cada uno en la sala común recibía a James, con algún comentario inoportuno o un abrazo, sobre todo el de las mujeres de la casa quienes al parecer estaban demasiado felices por el regreso del azabache, al menos así lo veía Isabelle que se había mantenido de brazos cruzados observando todo el alboroto causado por su llegada, el azabache dejo de reír luego de ser casi tacleado por su hermana y observó a la pelirroja a lo lejos, ambos se quedaron mirando hasta que él caminó hacia ella y también se cruzó de brazos.
— Imagine que te lanzarías a mis brazos.
— ¿Cómo tus admiradoras? No lo creo, Potter.
— Jamás serias una de ellas, eres más especial. —la chica sonrió y abrazo a James, él de verdad no esperaba que ella lo abrazara y menos cuando había tantas personas.
— No te creas tan importante. —dijo cuándo se separó de él— Por cierto, aun me debes esa salida a Hogsmeade.
James sonrió. — Aun no la he olvidado.
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— ¿Se casarán? —preguntó Isabelle a Lucy cuando esta le entregaba una invitación.
— Si, bueno, mis tíos se casaron cuando la segunda guerra mágica comenzaba a desatarse y Victorie quiere lo mismo, es raro ahora que lo pienso.
— Mucho, creí que querían esperar a que naciera el bebé.
— Si, yo también... pero no quieren esperar tanto para poder unir sus vidas. —exclamó e Isabelle rio por la manera en que lo había dicho— Además Victorie ama la primavera.
— Estoy feliz por ellos dos.
— Son demasiado melosos, deje de estar feliz cuando comenzaron a salir. Bueno, me voy tengo clases.
Isabelle volvió a mirar la invitación y sonrió, su madre le había comentado sobre la boda de Bill y Fleur, ella decía que, a pesar de los hechos ocurridos luego, esta había sido la más hermosa de todas, sentía pena por cómo había terminado, pero eso no había impedido que fuera una noche mágica para los recién casados, y ahora la hija de ambos quería casarse cuando todo el mundo mágico estaba de cabeza por unas mentes psicópatas.
La bruja golpeo con la invitación su mano y comenzó a caminar hacia el comedor, todos en el castillo hablaban de como el gran James Potter había regresado al castillo, no había ni una sola persona que no hablara de eso, incluso los fantasmas hablaban de eso, era como la noticia estelar, la noticia del momento. La pelirroja entro al comedor y vio el pequeño grupo de chicas en la mesa de los leones y como en medio se encontraba la cabellera azabache de James, Isabelle rodó los ojos y siguió su camino hacia la mesa de Ravenclaw donde Lyssander y Lorcan se encontraban discutiendo sobre uno de los partidos de Quidditch.
— Mi hermosa Isabelle viene a alegrar mi día. —exclamó Lyssander mientras abraza a Isabelle por los hombros, ella rio y golpeo la mano del rubio.
— ¿Cómo están mis gemelos favoritos?
— Feliz ahora que te veo. —respondió Lyssander, Isabelle y Lorcan rodaron lo ojos.
— Déjame corregir. —ambos fruncieron el ceño— ¿Cómo está mi gemelo favorito? —preguntó mirando a Lorcan quien rápidamente se sonrojo ante la mirada de la chica.
— ¡Traición! —exclamó el rubio a su izquierda.
— Eres muy tierno.
— Gracias... —susurró— ¿Cómo has estado con todo esto?
— Voy a volverme loca, pero podré sobrevivir si tengo la ayuda necesaria.
— No juegues a ser el héroe mi bella dama. —dijo Lyssander y ella rio.
— El mundo mágico al parecer necesita un héroe cada cierto tiempo, es el sacrificio que le toca a cada alma. —ambos gemelos la miraron con el ceño fruncido, pero ella solo acaricio sus cabezas— No seré esa alma.
— No creo en su palabra, hermano.
— Odio estar de acuerdo contigo, pero tienes razón.
— ¡Dejen de hablar como si no estuviera aquí! —chilló la pelirroja
— Lorcan, ¿escuchas esa voz? —preguntó Lyssander mientras miraba a todos lados, Isabelle le dio un golpe en el hombro y este comenzó a reír mientras atraía a la chica a su cuerpo y comenzaba a llenar su rostro de besos.
— ¡Lorcan sálvame!
— Ella es mía hermano, no la toques. —advirtió Lyssander mientras señalaba a su hermano con su dedo, Isabelle quien sequia entre los brazos de él, comenzó a reír, hasta que otra cabellera rubia se unía al trio— ¡Nuestra hermana perdida ha venido!
— Ya quisieras, Scamander.
— ¿Qué pasa Lisa? —preguntó la pelirroja, la rubia soltó un suspiro y señaló por la puerta del comedor.
