Capítulo especial

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CAPÍTULO ESPECIAL

—Todo será perfecto Camille.

—Eso espero tía, que quiero que todo salga bien.

—Recuerda que no debes de decirle a nadie que me ayudaste a organizar esta fiesta, ¡menos a tu madre! Que me deja de hablar.

—No se preocupe, yo no diré nada.

—Bueno, es mejor que te vayas, para que tengas tiempo de alistarte, vendrá el señor Becher. —dijo mi tía guiñándome un ojo.

—Tía, no le conozco, además, creo que debería de ver más opciones que simplemente el duque de Wellington. —dije, ni por mucha confianza que le tuviera a mi tía, no debía de saber de Jack, hasta ella se escandalizaría de saber de nosotros.

— ¡Pero acaso estás escuchando lo que dices! ¡Es un duque, y de Wellington!

—Claro tía, lo veré esta noche, ¿si invitaste al señor Rowling? Le interesa a Rose.

—Claro que sí, aunque es un caballero que no me agrada mucho.

— ¿Por qué dice eso?

—La otra vez lo vi escapar al jardín con una joven, que escándalo hubiese sido si alguien más los hubiese visto, lo bueno que a mí no me gustan los escándalos.

Me puse pálida, esa joven era yo, por poco me descubre, tengo que ser más cuidadosa.

—Sí, que escándalo.

Me levanté de mi lugar y me despedí, tenía que arreglarme para el baile en Hamilton.

....................

Terminé de verme una vez más al espejo, me encantaba como me miraba, mi cabello suelto con unas trenzas entrelazadas y un tocado de flores en ellas, mi vestido azul hacía resaltar mis ojos y mi cabello, tenía que lucir perfecta para cuando me viera Jack.

Tomé un poco más de la esencia de rosas y la puse en mi cuello. Tomé mi bolso y bajé las escaleras donde todos estaban listos.

—Por fin Camille, ya pensaba en dejarte. —dice mi padre mirando su reloj de bolsillo.

Caminé en silencio junto a ellos al carruaje, que nos llevó a Hamilton.

Todas las jóvenes bajaban de sus carruajes desesperadas por encontrar a un caballero de título con quien casarse, yo sólo esperaría a Jack.

Nos bajamos y caminamos a la entrada donde estaban los señores Hamilton.

—Bienvenidos señores Becher y señoritas. —dijo mi tío con una sonrisa.

Sonreí y me adentré, con Danielle detrás de mí. Busqué a mis amigas, quienes estaban en una esquina conversando, no es que me cayeran del todo bien, pero por lo menos hacen que los bailes no sean tan aburridos.

—He llegado. —dije jalando a Danielle a un lado mío.

—Cam, no vas a creer quién llegó hace unos momentos. —dijo Mary emocionada.

—Por favor, díganme.

— ¡El señor Becher! ¿Puedes creerlo? Jamás se presenta en un baile, ¡es un milagro!

—No es para tanto Mary, simplemente acércate a él, y habla. —me encogí de hombros, es lo que yo haría.

Vi como todas estaban emocionadas por habar con él y porque las sacara a bailar, lo que me hizo tener un poco de intriga.

Claro que ya había escuchado de él, pero jamás lo había visto en persona, tal vez me acercara, además de que es un duque.

—Mary, dime quién es.

—Es él.

Volteé hacia donde señalaba su dedo para ver a uno de los hombres más guapos que había visto en mi corta vida. Pero no dejé que me delatara.

—Está bien, bueno, creo que ya está por comenzar la orquesta.

Caminé hacia la pista, a ver qué caballero me pedía bailar. Danielle venía a mi lado, era muy tímida.

—Danielle, si alguien te invita a bailar, debes de aceptar, ¿entiendes?

—Entiendo Camille, pero creo que mejor iré con mis padres, realmente no tengo mu...

—Ah no, te quedas aquí, seguro alguien te saca.

—Sabes que no.

—Si aceptaras, estuvieras bailando.

Suspiró cansada y se alejó, yo también me alejé, cuando un caballero se me acerca, no recordaba quien era.

—Señorita Becher, ¿me permite esta pieza? —dijo con una sonrisa. Volteé a todos lados, para asegurarme de que Jack aún no llegaba, me desilusioné un poco.

—Claro.

Nos acercamos a la pista de baile donde la orquesta comenzó a tocar.

..........................

Habían pasado dos bailes más y Jack aún no llegaba, estaba un poco cansada, ya había rechazado a otros caballeros, necesitaba aire fresco.

Busqué con mi mirada a Danielle, quien salía de la pista, al parecer bailó, bien por ella.

Caminé hacia ella, no quería salir sola. En el camino siento a una joven tomar mi brazo.

— ¡He...! ¿Qué haces Lizz?

—Me acerqué al señor Becher.

— ¿Y...?

—Ni siquiera me miró, ¡ni una sola mirada!

—Tal vez...

— ¡No Camille! Soy muy fea, tal vez no soy su tipo, pero...— sus ojos se llenaron de lágrimas, no soy buena en esto.

—Lizz, cálmate, ve y baila con otro caballero.

—Pero yo quiero bailar con él.

—Bueno, sigue intentando. —dije cansada y seguí mi camino.

Llegué al lado de Danielle y la toqué del hombro espantándola un poco.

— ¡Camille! Me has asustado. —dijo tocándose el pecho, igual de exagerada que mi madre.

—Bueno, a lo que venía, empiezo a asfixiarme aquí dentro, ¿vamos fuera? Al aire fresco, por favor, no quiero ir sola.

Volteé hacía atrás vi al duque de Wellington hablando con otro caballero, que también era muy guapo.

—Está bien. —me hizo regresar. —Yo también quiero ir fuera.

—Bien, vamos.

Empecé a caminar entre las personas, sintiendo una mirada sobre mí, volteé y vi que era el duque, le sonreí y el me devolvió la sonrisa, seguí mi camino y con Danielle detrás de mí.

—Espera. —Le dije para ver hacia él y darme cuenta que una castaña se acercó a él. Intercambiaron unas cuantas palabras y él empezó a caminar hacia donde estábamos nosotras.

—Vamos. —le dije y la jalé entre los arbustos, vería qué hacía.

—Camille, ¿qué haces? Preguntó Danielle al ver que me escondía entre los arbustos que daban a una banca.

—Shhh, escóndete si no quieres que nos descubran.

— ¿Quién?

—A quién vamos a espiar. —La jalé hacia abajo justo cuando se sentó el duque en la banca.

—Camille, sé que haces muchas locuras pero, está, no no no, no puede ser, Camille, deberíamos de irnos, ya sabes qué va a pasar si...

—Shhhh, baja la voz y guarda silencio. —Dije susurrando.

En eso salió la chica castaña, con una sonrisa y se sentó al lado de él.

¿Por qué no te había puesto atención?

—Es muy guapo, ¿verdad? —dijo Danielle, pero mi mirada estaba fija en él.

—Oh, claro que lo es Danielle. —dije con una pequeña sonrisa.

Olvidar Mi Honor (D.M.H. 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora