#10: Choi SiWon

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JIN'S POV:

Luego de haberme pasado todo el camino de la casa a la escuela escuchando la música irritante de NamJoon, llegamos al colegio a un tiempo aceptable, para que después de haber entrado al estacionamiento, Joonie Simio Kim aparcara su auto en su "lugar privado". Pero qué chico tan creído era.

Cogí mi mochila, la puse sobre mis piernas y me puse pensar: tenía hambre. Bastante. Joder, esto me pasaba por no desayunar. Pero para qué mentir... El desayuno que me había ofrecido la madre de NamJoon parecía vómito de... de... de rana. Sinceramente asqueroso.

Mi estómago rugió por el hambre y volteé para ver si NamJoon había escuchado el rugido de león provocado por mi falta de comida. Pero no. Sólo estaba ahí, lamentándose en silencio mientras golpeaba su cabeza contra el manubrio del auto.

Eso era masoquismo.

Rodé los ojos al ver el infantil comportamiento de NamJoon, y, como si estuviera leyendo su mente, comprendí que estaba así por el hecho de no saber qué decirle a sus amigos. Eso y que susurraba para sí mismo: "mi popularidad, ¡noooo!". Y lo entendía. Claro, que alguien se enterara de que NamJoon el asombroso Kim había estado en el mismo auto que Jin el nerd Kim debía de ser humillante para él.

Suspiré y pensando en un tiempo récord una buena excusa para que le dijera a los demás, le di la respuesta a sus problemas.

—Tu mamá te pidió que me llevaras, si no lo hacías te castigaría. Te lo pidió por asuntos personales. Conozco a tu madre porque mi madre era amiga de ella en la universidad. Las demás preguntas que te hagan... no sabes las respuestas —dije fríamente haciéndolo quedar sorprendido y... sorprendiéndome a mí a la vez.

Joder, sí que era astuto.

Me aplaudí mentalmente y luego, viendo el asombrado rostro de NamJoon, le dije cortantemente:

—No hablamos en la escuela por nada del mundo, ¿no? — y dicho esto de mi parte, escuchándome terriblemente pesado, salí de su auto cerrando la puerta con un fuerte portazo.

Y ese era Kim SeokJin, damas y caballeros.

Entré por las grandes puertas principales de la escuela y me encontré con la famosa Kim Jennie, la chica más egocéntrica de toda la escuela. Pensando que me ignoraría como solía hacer la mayoría del tiempo, si es que no estaba ocupada insultándome, seguí de largo hasta mi salón.

Pero no fue como lo había pensado.

Al pasar a su lado, sentí claramente la zancadilla de parte suya en mi tobillo, haciéndome tropezar ridículamente a la vez que mi mochila caía al suelo.

Maldita estúpida. Cuánto odiaba que me hicieran esto.

Me levanté con dificultad y cogí mi mochila bruscamente antes de dirigir mi mirada hacia la castaña.

—¿Qué? —dijo ella inocentemente—. Deberías tener más cuidado —comentó haciéndolo ver como un simple consejo del momento y siguió charlando con sus dos perras falderas.

Me sentía venenoso insultando mentalmente a esas chicas, pero sinceramente ese día no estaba de humor. No desde que me había enterado de que tendría que pasar dos semanas y media con un simio retrasado.

Seguí mi camino hacia mi salón, cuando al llegar y sentarme en mi asiento, noto que el llavero que me había regalado mi madre, no colgaba del cierre de mi mochila. Mierda y más mierda, ese maldito llavero se lo había regalado mi abuelo a mi madre antes de fallecer, y ella me lo había entregado en mí con el pensamiento de que yo lo guardaría responsablemente.

Dejé mi mochila tirada sobre mi silla y caminé rápidamente hasta el lugar donde me había caído "accidentalmente". Lugar donde también pudo haber quedado el llavero en el suelo.

Estaba a punto de llegar cuando, por andar tan distraído del mundo exterior y tan concentrado en el maldito llavero, choqué con alguien. ¿Quién? No tenía idea. Sólo sabía que llevaba unos vaqueros, unas chaqueta de cuero y...

—Disculpa, no te vi —dijo él mirándome con sus dos hermosos ojos.

Oh Dios, era el mismísimo Choi SiWon. Era mi amor platónico, con quien nunca había hablado y ahora al fin podía intercambiar palabra. La emoción que sentía por dentro en definitiva no se comparaba con mi expresión de afuera, en nada.

—N-no importa —tartamudeé ridículamente.

Ahora que me acordaba, estaban sus amigos también, lo que inevitablemente, me hacía sentir cada vez más nervioso...

—¿Jin, no?... ¿Kim SeokJin? —cuestionó él con una encantadora sonrisa haciéndome sentir mariposas en el estómago.

Oh Por Dios, Choi SiWon sabía mi nombre y apellido, ¿esto podía ser más perfecto?

—S-sí. Soy Jin —dije tontamente.

Podía verme ridículo, pero estaba hablando con SiWon y eso ya me hacía olvidar cualquier posible humillación.

—Un placer. ¿Nuevo look, eh? Te ves bien —me dijo él dulcemente y yo le sonreí en un intento de no lucir tan nervioso—. Y linda sonrisa también. Me impresiona, señorito Kim —comentó provocando que más mariposas se posaran en mi estómago y que un sonrojo se asomara por mis mejillas.

Choi SiWon había dicho que tenía una bonita sonrisa.

Choi SiWon había dicho que me veía bien.

¡Choi SiWon me estaba matando!

—Gracias —murmuré tímidamente y esbocé una pequeña sonrisa.

—De nada. Por cierto, usted se ve muy hermoso sonrojado —comentó él con una sonrisa en el rostro y yo me sonrojé aún más.

¿Cómo lograba comportarse tan común y corriente, mientras que yo estaba ahí muriendo de la vergüenza ante su mirada?

—Nos vemos luego —dijo sonriéndome en despedida y yo sólo hice un gesto con la mano.

Luego de eso, se alejó con su grupito de amigos, a quienes ni siquiera vi ya que estaba muy concentrado en él, en SiWon, en sus hermoso ojos, en su encantadora y permanente sonrisa, en... ¡Oh, joder, cuánto amaba a ese tipo!

Miré a la nada con una sonrisa en la cara y medio segundo después recordé: ¡El llavero! Mi mirada soñadora se cambió por la preocupada y me puse a buscar con la vista el llavero por el suelo.

Finalmente lo encontré. Suspiré sonriente y me agaché para coger el llavero. Sin embargo, el pie de alguien lo pisó provocando que no lo pudiera tomar. Levanté la vista para ver de quién se trataba.

¿Kim Jennie?

La miré extrañada con el ceño fruncido y ella se acercó poco a poco a mí, doblando su cuerpo un tantito, y cuando ya estaba a centímetros de mi rostro, me murmuró amenazante:

—No te acerques a MI SiWon, ¿de acuerdo? —se volvió a incorporar y su pie hizo un movimiento fuerte, haciendo escuchar el sonido de algo rompiéndose.

Jennie se volvió a acercar como lo había hecho antes y me escupió, furiosa, las palabras "Sólo una advertencia, querido", para luego irse con sus perritas falderas a quién sabía dónde.

Volví mi mirada hacia donde estaba el llavero, y éste descansaba roto en el suelo.

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SiWon cayo por Jinnie

viviendo con el nerd (VCEN1) •• nj.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora