32

125K 11.2K 1.8K
                                    

—¡Que ya voy carajo! —Grito fastidiada mientras salgo de mi cuarto.

Abro la puerta con el ceño fruncido y este se frunce más al ver quien está frente a mí.

—¿Qué haces aquí?

—Es mi departamento. —Responde mi padre en tono obvio.

—Eso no me responde.

—Voy a vivir aquí desde ahora contigo y con Maite. —Responde, miro a la chica, tiene barriga así que es con quien engañó a mi madre.

—Esta chica tiene mi edad. —Señalo mirándolo, joder que podría ser mi hermana.

—No, tu eres dos años menor.

Ruedo los ojos, no pues que consuelo es ese.

—Ve al cuarto de Amaranta y descansa.

—Ella no entra a mi cuarto ni porque me paguen, si se quiere recostar lo hace en el sofá. —Digo seria y salgo ajustando la puerta tras de mí quedando así solo él y yo. —No te quedarás aquí.

No lo veo desde que dio la noticia y ahora vuelve pero para venir a invadir mi espacio, no le puedo creer ese descaro.

—No tenemos donde más ir, me quedé sin trabajo además es bueno que convivan.

—Prefiero convivir con mil bichos, gracias.

—Nos quedaremos y punto Amaranta.

—Pues yo no pienso vivir bajo el mismo techo que un infiel y su amante embarazada. —Y dicho eso voy a las escaleras.

Toco a la puerta de Ashton sin importar mi vestimenta de un short gris que casi deja ver mi trasero, una blusa de tiras negra y descalza, estaba muy cómoda.

—¿Me puedo venir a vivir contigo? —Es lo primero que digo apenas él abre la puerta.

—¿No es muy pronto? No sé si estoy preparado para eso linda, deberíamos esperar más, conocernos. —Bromea, río levemente pero luego lo miro con súplica.

—Mi padre acaba de llegar con la chica que dejó embarazada que fácilmente podría ser mi hermana y dice que se quedarán a vivir, no quiero vivir con ellos. —Cuento y lo abrazo.

El tema de mi padre y su infidelidad es algo que a veces me pone triste, digo, todo parecía ir bien con mi madre y todo bonito y pum, cae con su gracia.

Maldito infiel.

—Seguiras viviendo en el mismo edificio que ellos. —Señala mientras acaricia mi cabello.

—Pero no bajo el mismo techo. —Susurro y me separo. —Por favor, ayudaré con recibos y te pagaré alquiler, por favor Ash, sálvame del infierno.

—Que exagerada eres. —Río ya que es cierto. —Está bien, le escribiré a los chicos para que vengan a ayudar.

Apenas termina de decir eso me le tiro encima enrollando mis piernas en su cintura y doy un beso en su mejilla.

—Gracias, eres el mejor.

—Lo sé.

Bajo acompañada de Ashton y entro al departamento, no dirijo mirada a mi padre ni a Maite y solo voy a mi cuarto a empezar a empacar las cosas que alcance a meter en las dos mochilas que tengo. Mientras yo hago esto Ashton desarma mi cama.

Los chicos llegan a los diez minutos y ayudan a subir todo lo que se vea pesado y de cuidado: armario, mesa de noche, televisor, DVD, cama, colchón, etc. Yo subo lo que es ropa, ropa de cama, almohadas, etc.

Mi padre solo mira todo con una mirada triste y de confusión ya que no sabe quiénes son ellos ya que he ignorado sus preguntas.

—¿Quienes son ellos? ¿A dónde piensas irte? —Pregunta de nuevo, cansada suelto un bufido.

—Me iré a vivir con Ash.  —Respondo de forma simple.

Miro todo el cuarto asegurándome de que todo me lo haya llevado, reviso igual el baño y listo. Salgo y veo que algo me falta así que voy por mis cosas de la cocina.

—¿Te llevarás la comida? ¿Donde se supone dormiremos? Amaranta, ¿no ves que Maite está embarazada? —Pregunta enojado tras de mí mientras guardo la comida en una bolsa, por suerte aún no iba a hacer las compras.

—El sofá es muy cómodo y a dos cuadras hay una tienda de camas y colchones.

Sin decir más salgo de ahí dejando las llaves sobre la mesa de centro.

El chico del ascensor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora