Capítulo 17.

80.1K 7.9K 2.6K
                                    





No esperaba que Nico entrara tan tarde a clase, y que terminaría descubriéndonos a Byron a mí empujando el cuerpo de uno de sus compañeros de instituto. Me acerqué con esa bonita sonrisa que siempre lucía cuando estaba atacada por los nervios, e intenté cepillar su cabello con mis dedos; parecía que no había dormido en toda la noche. ¡Normal! Entre el trabajo que se había buscado, y sus nuevos colegas de piso, mi hijo se estaba convirtiendo en una persona que desconocía. Al menos Ethan, en esa época en la que bailaba en Poom's, descansaba por las tardes para no estar cansado. En cambio, Nico, parecía débil y con unas bolsas horribles que se quedaron marcadas debajo de sus ojos azules.

—¡Mamá! —reclamó. —Deja de tocarme el pelo como si fueras una leona cuidando de su cachorro.

—Sigues siendo mi cachorro —dije, y evité en todo momento pasearle la lengua por la mejilla como una leona que protegía a su camada. Lo quería, y seguiría cuidando de él. —Además, soy tu madre. ¡No me grites!

Él alzó la ceja.

—Y tú también deberías dejar de gritar. ¿Habéis matado a Collins?

Byron y yo sacudimos inmediatamente la cabeza.

—Leia me contó, que ese niñato, quería conseguir que te expulsaran del instituto —terminé por confesar. —Si tu padre se entera, quedará decepcionado. Y, sin olvidar, que te has buscado un trabajo de stripper.

—No soy stripper, mamá. Soy camarero en Poom's.

Byron se acercó hasta nosotros.

—No jodas que trabaja donde estuvo Et...¡Auch! —se calló, cuando mi pie aplastó el suyo. —Quería decir E.T.

Lo asesiné con la mirada.

—Tenemos que llevarnos a Collins al restaurante —teníamos que desaparecer los tres de allí; ese día, dejaría que Nico se saltara las clases. —¡Vámonos! Entre los tres lo subiremos al coche.

—¿Mamá?

Se quedó ahí parado, observando como Byron y yo nos inclinábamos hacia abajo e intentábamos cargar el cuerpo del adolescente mal educado.

—¿Qué quieres?

—No irás a descuartizarlo y vendérselo a los clientes, ¿verdad?

Se me escurrieron los tobillos de Collins e hice una broma.

—Nos ahorraríamos dinero en carne picada durante unas semanas —solté una carcajada. —¿¡Qué!? —Me miraron aterrorizados. —Lo dice un zombie y no pasa nada. Lo digo yo, y soy un monstruo, ¿no?

Por fin alguien rio; Byron, y creo que lo hizo por el zombie.

—¿Cuál es el plan, mamá?

—Asustarlo.

—¿Y no es mejor asustarlo a través de notas? Yo no veo lo del secuestro.

—Yo tampoco —dijo Byron, con la voz temblorosa.

Ya habíamos golpeado al chico, si lo dejaba allí, acabaríamos con una multa y Nico expulsado del instituto. Así que ganaría Collins. Y no podía dejar, que ese idiota que me llamó vieja, ganara.

—¡Todos al puto coche, ya! —me cabreé.

Ambos se acercaron hasta mí, y cuando pensé que por fin subiríamos el cuerpo al coche, un grito nos asustó. Delante de nosotros, y a saber el tiempo que se mantuvo callada observando la escena, se encontraba Leia.

¡Mi vecino es stripper!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora